Oscar. - ¡Tan poco voy a permitir que la insultes…!
Valeria. - ¡Tú no eres nadie Oscar, absolutamente nadie para prohibirme nada…!
Oscar. - ¡Ya cállate o no respondo…¡
Valeria. – ¡No te equivoques Oscar…! ¡En primera no eres nadie para callarme, en segunda atrévete a ponerme un dedo encima y juro que te refundo en la cárcel! ya veo que soy el amor de tu vida, me queda claro…. Con permiso…
Oscar. – ¡Valeria espera… claro que eres el amor de mi vida! pero no por eso voy a permitir insultes a Carmen ella es una señora mi esposa…
Valeria. – ¡Sea lo que sea que sea esa tipa, no me interesa Oscar! solo me interesa seas padre y hombre con tus hijos… y si ya sé, con ella ya tienes dos, que por cierto creo es hora de que les digas a Carolina y a Alejandro de ellos…
Oscar. – ¿Tu no les has dicho nada…?
Valeria. – No soy quien, para hacerlo, si por mi fuera no se enterarían, pero dos medios hermanos no se pueden esconder, así que prefiero lo sepan por ti…
La verdad es que iba con los nervios a flor de piel, me baje del camión y atravesé toda la plaza Cibeles, era un edificio de apartamentos de unos 15 pisos yo llegue hasta el piso 10 al apartamento 47B, toque el timbre después de dudar no sé cuántas veces estuve a punto de arrepentirme, al tocar la puerta se abrió inmediatamente después de un voy, supongo que antes se asomó por la mirilla, al abrir la puerta nuestras miradas se encontraron, Fernando era un tipo muy bien parecido, impecable en su vestimenta aun cuando era de lo más sencilla, un suéter blanco con franjas horizontales color azul marino con las mangas arremangadas hasta los codos, un pantalón blanco de lino con zapatos tipo mocasín en color blanco, su apariencia parecía más la de un modelo que de un psicólogo.
Fue inevitable sentirme miserable y poca cosa ante él, considerando mis kilos de más, un pantalón de mezclilla horrendo una playera enorme y mal fajada y que decir de mis zapatos raspados y sin bolear, puede sentir cómo fue que me barrio de pies a cabeza seguramente pensando y este como va a pagarme.
Fernando. - ¿Tú debes de ser Alejandro Rey…?
Alejandro. – ¡Sí, creo mejor me voy…!
Fernando. - Tranquilo Alex, ven pasa ¿te ofrezco algo de tomar…?
Alejandro. – Así estoy bien gracias…
Fernando. - Ok toma asiento por favor y dime cómo puedo ayudarte, que te gustaría contarme… Sé que no es nada fácil hablar con un extraño de lo que nos pasa, de lo que sentimos, por miedo y claro vergüenza, pero te a seguro que lo que platiquemos aquí se quedara…
Alejandro. - ¿Y cuánto vas a cobrarme por consulta…?
Fernando. – Tranquilo, te parece si eso lo hablo con tus padres, y tu solo deja salir lo que quieras, lo que sientas…
Alejandro. – ¡Sera con mi madre, mi padre se le olvida que existo…!
Fernando. - Ok perfecto me dejas los datos de tu madre y yo me pongo en contacto con ella…
Alejandro. – ¿Pero lo que yo te platique se quedara entre tú y yo… verdad?
Fernando. – Claro, por eso no te preocupes, si creó que sea necesario que tu mamá venga contigo a alguna consulta lo hare, repito solo que sea necesario de acuerdo… ¿le tienes miedo a tu mama?
Alejandro. – ¡No es miedo, es vergüenza, no soporto como soy, como me veo…!
Fernando. – Imagina que estas en una isla desierta, dibújalo en esta hoja…
Alejandro. – ¿Crees que pueda salir de todo esto…?
Fernando. - Todo es cuestión de actitud, de que tu desees salir de donde estas, terminaste muy rápido tu isla, ¿este cuadro de en medio que es?
Alejandro. - Es una casa, ahí estoy y esos son unos árboles….
Fernando. -Vaya que estas, muy protegido en la isla, porque estos en lugar de árboles parecen una cerca y que decir de la casa ni ventanas ni puertas tiene, parce que no quieres ser rescatado de esa isla, ¿no quieres ser rescatado Alejandro?
Alejandro. – No es eso, ¡no quiero que nadie me vea, estoy cansado que me agredan, de tantas burlas!
Fernando. – Ven acompáñame…
Alejando. - ¿Adónde?
Fernando. – Tranquilo Alex, ven y párate ahí enfrente del espejo.
Al estar frente a ese espejo pude ver toda esa inmensa humanidad, no fue nada grato verme en ese estado, mis ojos solo veían un monstruo, muy desagradable, una combinación de coraje vergüenza, repulsión hacia mí mismo, me quede mudo si poder articular palabra alguna, con unas ganas inmensas de soltar el llanto de puro coraje por ver lo que veía y creo odio hasta con Fernando por obligarme a ver lo que tanto odiaba en mi vida yo. No sé cómo pude evitar el no llorar, en otro momento lo había hecho cual niño, también fue una combinación de tanta tristeza y desconsuelo, que el odio que sentía en ese instante por Fernando desapareció cuando sentí su brazo de él, no sé cuánto tiempo paso durante ese abrazo, pero fue tan grato sentirlo sentir que en verdad Fernando habría de ayudarme a dejar de ser lo que era quien iba ayudarme a evolucionar como persona en todos los sentidos.
Esa sesión terminó me dejo como tarea escribir sobre mí, sobre mi entorno para vernos la semana entrante a la misma hora.
En el transcurso de esa semana me sometí aquel proceso quirúrgico, la circuncisión vaya que la cicatrización fue algo dolorosa y que decir de aguantarme las ganas de mastur-barme. Sorprendentemente Oscar había estado conmigo, aunque en todo momento lo sentí raro, algo distante diría yo, su pongo se resistía a creer que su hijo varón más grande que Daniel, su otro hijo, fuera una mari-ca, considerando que de joven había sentido homofobia y claro que Oscar Rey fue de aquellos tipos, como con los que había tenido que lidiar yo, burlones y ofensivos por ser diferente a ellos, según sus estúpidas creencias, su pongo que es muy cierto eso de que inocentes terminamos pagando los platos, y sin temor a equivocarme creo estaba pagando cada burla, cada insulto y cada humillación que había cometido Oscar con algún hombre de su pasado.
En esa semana no sé cuántas cuartillas escribí de mí, vaya que me sentía bien escribiendo, al grado que se volvió mi pasión, mi vida, las siguientes sesiones debieron ser un dolor de cabeza para Fernando, a través de esas cartas Fernando me conoció tanto o más que a la palma de su mano.
No recuerdo cuando la relación de psicólogo, paciente se volvió en amistad su pongo que fue cuando dejo de aceptar el cheque de mamá, pero no medí cuenta hasta mucho después, no sé si no debimos haber roto ese lazo, pero la verdad es que habría sido inevitable, Fernando era y siempre será alguien muy importante en mi vida, y en ese instante de ella era todo lo que nunca había tenido.
Fernando. – ¿Alex como te sientes hoy?
Alejandro. – A decir verdad, si diferente, este año ha sido mucho más fácil, bueno supongo que en un principio no tanto no sé cuántos dolores de cabeza te di en un inicio.
Fernando. – No fue fácil hacer que te abrieras, a que aprendieras hacer más expresivo, aún falta y mucho, pero hemos avanzado muchísimo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 83 Episodes
Comments
Martha Gomez
Poco a poco aclara su confusión y acepta su orientación sexual. La que sea.
2024-05-05
1