14. El Reencuentro...

El reencuentro…

“Volvieron a ser eso que habían olvidado.

volvieron a quererse con el aire

del primer encuentro.

Ella sabía que él era el único

capaz de mitigar sus miedos, él simplemente

era feliz amándola.

Juan Ardini Leunam

Que complicada puede ser la vida y el amor, aunado con lo complejos que somos los humanos, cuando es tan fácil enamorarse, cuando es tan fácil cautivarse de una mirada, de una sonrisa, pero cómo es posible que a veces no nos demos cuenta o no queramos darnos cuenta que está justo enfrente de nosotros, porque despreciar al amor, cuando es todo para nosotros, o es que nos eleva tanto el ego al grado de sentirnos seguros y confiados de que ese amor es eterno ¿que siempre nos esperará?

Fernando. – ¡Qué bien te ves con ese corte, eres otro…!

Alejandro. – ¡Definitivamente soy otro, y mucho de este Alejandro es gracias a ti… y es algo que voy agradecerte toda la vida…!

Fernando. –¡Lo que paso la otra noche, fue algo que no tenía pensado o planeado es algo que se dio de forma natural! y no es algo malo, no sé en qué momento fue cuando empecé a sentir algo más por ti.

Alejandro. – No voy a mentirte Fernando, yo también siento muchas cosas por ti, y mentiría si te dijera que no sentí nada esa noche fueron sensaciones que mi cuerpo jamás había experimentado…

Fernando. – ¿Te gusto?

Alejandro. – ¡Fue algo rico, jamás imagine que podía sentir de esa manera, pero lo que siento por ti no es amor Fernando!

Fernando. – ¡Sé que aun debes estar confundido, no es fácil para algunos aceptar quien son…!

Alejandro. – ¡Me siento aun confundido, no sé qué pensar, una parte de mí no quiere perderte, pero no de la forma que tú crees! no quiero perder a mi amigo, pero necesito tiempo, necesito aclarar mis ideas mis, sentimientos.

Fernando. –Lo que siento por ti no es malo y jamás haría algo para perjudicarte, no te estoy pidiendo correspondas a lo que siento.

Alejandro. – Lo sé, lo sé, pero necesito estar solo, necesito alejarme de ti, esa noche me lleno de dudas, me hizo sentir extraño, enojado son muchas cosas que debo aclarar.

Fernando. – ¡No te entiendo Alejandro pude sentir tu ere-cción, respondiste a mis besos, no tiene nada de malo que…!

Alejandro. – ¡Se perfectamente que tuve una ere-cción, sé que respondí tus besos, no sabía lo que era un beso jamás nadie me había besado! y sé que sentí cosas que jamás una jalada me había hecho sentir, pero no sé si eso quiero para mí, si eso quiero que pase en mi vida, aprendí a conformarme con que la vida hiciera de mi lo que se le diera la gana, pero eso se acabó, no es ella la que decide sobre mí, y tengo que ver qué es lo que realmente quiero no lo que ella quiera darme.

Fernando. – ¡No voy a forzarte a nada, lo que menos quiero en esta vida es aferrarme a ti como lo hice con Samuel! quieres irte vete si algún día soy lo que tú quieres en tu vida aquí estaré o al menos intentare esperarte, puedes estar seguro que lo que menos quiero es hacerte daño, al contrario, me da gusto ver que aquel niño ingenuo e inseguro hoy es un hombre seguro de sí.

Alejandro. – ¡Pues en estos momentos no me siento tan seguro de muchas cosas!

Fernando. – ¡Lo eres Alejandro, eres otro, aquel niño enfrentando esta situación estaría aferrado a su almohada asustado llorando temeroso! ahora eres otro, y yo lo entiendo voy a extrañarte Alejandro y tan poco voy a mentirte me duele.

Sentía que le estaba haciendo daño, a la única persona que me tendió la mano cuando más necesitaba, pero mentir en algo que ni yo sabía que era realmente, habría sido aún más doloroso para él, y claro está que me dolía alejarme de él, había cumplido el rol de padre de hermano de amigo había llenado un hueco en mi vida y hoy no sabía si volveríamos a vernos. Me tomo de la mano para despedirse pude ver sus ojos inundados y los míos estaban a punto de estallar lo jale hacia mí y lo abrace, fue un abrazo fuerte algo largo porque en definitiva no queríamos sepáranos, ignoro que habría sido de mí, de nosotros, si tan solo hubiéramos hecho como que esa noche jamás había existió entre nosotros.

Karina. – Supongo que ya estas, lista para la fiesta que realiza el partido, para celebrar la candidatura de tu padre.

Cristina. – No, y ni idea de que voy a ponerme, pero lo que, si es que necesito un vestido nuevo, pues igual me acompañas por la tarde.

Karina. – Me agrada la idea, seguramente va estar Felipe en esa fiesta, ¿su madre trabaja en el partido no?

Cristina. – ¡Solo es una simple secretaria! y espero que no se les ocurra ir porque lo que es Felipe me tiene harta, ¡no sé cómo es que cree, que tiene una posibilidad conmigo!

Karina. – ¡Es un buen tipo, y siempre está al pendiente tuyo en clases siempre se desvive por ti!!

Cristina. – Pero a mí no me interesa como a ti, deberías hablar con él, y hacerle saber que no me interesa que si lo tolero es porque es tu amigo. Quien realmente me interesa es Braulio.

Karina. – Y te juro que no te entiendo por qué, hay una enorme diferencia entre ellos, Braulio es un parrandero mujeriego, literal es un patán, y si a mí me encanta Felipe, pero el solo tiene ojos para ti, no sé cómo es que prefieras a Braulio.

Cristina. – Solo soy practica querida, con Braulio no tengo que ir a comer a la taquería de la esquina, Braulio lo tiene todo, y soy una mujer que lo merece todo.

Karina. – ¿Aun sabiendo que anda con más de una?

Cristina. – ¡Estúpida no soy sé qué clase de hombre es! ¿pero qué hombre es fiel en estos días Karina? hoy en día solo tienes de dos sopas o eres la amante la de segunda o la esposa, y te aseguro que no tengo la intención de ser la amante de nadie.

Karina. – ¡La verdad es que te escucho y no entiendo todo lo que estás diciendo es absurdo todo lo que dices, porque no tiene sentido alguno!

Cristina. – Al contrario, Karina es lo más sensato para que engañarse en cuentos de hadas, en la vida hay que ser prácticos, eso del amor y los finales de cuentos, son parte de la literatura barata, de la imaginación de quien no se ama así mismo.

Karina. – ¡No puedo creer que eso pienses del amor! ¿Pensé que estabas enamorada de Braulio…?

Cristina. – ¡Jajaja yo enamorada, eso no existe Karina! existe la atracción, me gusta besa digamos bien, es un buen partido nada más.

Karina. – No puedes decir que no existe, lo que pasa es que no ha llegado el hombre indicado aquel que te haga vibrar, el hombre que con solo mirarte sepas que le perteneces.

Cristina. – Jajaja eso, sonó muy novelesco, Karina deja de creer en príncipes azules y todas esas patrañas, lo único que debes de fijarte en un hombre es en su cartera vaya claro que debe ser guapo, tengo que ir a la biblioteca, paso por ti para ir de compras.

A veces solo es cuestión de tiempo para que este vaya poniendo cada cosa en su lugar y creo es muy cierto eso de que cuando hay una inmensa calma, es porque una tormenta esta por azotar y vaya que estábamos por enfrentar un huracán el cual cambiaria mi vida en muchos sentidos.

Isaac. – ¿Cómo vas wey?

Erick. – Mucho mejor la herida ya cerro por completo, pero aun duele un poco cuando presiono, pero no se tu wey yo no pienso quedarme así ese hijo de su pu-ta madre me las va a pagar.

Isaac. – Yo también quiero vengarme, pero ahorita todos lo protegen, que no ves que después de ser nadie hoy todos lo nombran por rey ese día nadie hablo por nosotros por eso el pu-to director no creyó que él nos había madreado.

Erick. – Solo fue suerte, nos confiamos, y si sé que ahora será difícil acercarnos a él dentro de la escuela, el wey se siente tanto cuando lo llaman por rey, pero es tiempo de tirarle la corona.

Isaac. – Y que tienes planeado, porque ya no es el mismo marica de antes, cambio un chingo es otro tipo muy distinto al marica que hacíamos llorar.

Erick. Hay que darle donde más le duele…

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