Hoy en día la vida, tal vez, tan solo tal vez, sería menos complicada, si dejáramos de reprimirnos, en todos sentidos, en esos ayeres a pesar de que se tenían ideas retrogradas y que la mayoría de los hombres vivían en la barbarie, supongo vivían con mayor plenitud, al menos hasta antes del cristianismo, a su llegada se sintieron dueños de la verdad absoluta, con el derecho de juzgar y señalar que era bueno y que no, claro sin mirarse su propia cola.
La ignorancia y el miedo dieron a luz a algunos tabús, quienes condenaron a la sexualidad como la villana de la historia, donde ella resulto ser culpable por pecaminosa, aberrante, por condenar al hombre al infierno, hablando por Dios, asegurando que él los despreciaría y los maldeciría por los siglos de los siglos.
En muchas ocasiones la culpa se apodero de mí, y si claro alguna vez pensé que me saldrían pelos en la mano, el miedo de irme al infierno fue real, tan real que muchas ocasiones platicando con Dios, le pregunte, ¿Por qué si era malo, porque me había hecho así? cuando yo ni siquiera había pedido nacer, hoy en día se es más libre, tal vez la única pregunta debería ser definir libertad de libertinaje.
De pronto el teléfono sonó, mi madre fue quien contesto, en cuanto escuche mi nombre baje corriendo, era Claudia para decirme que el viernes a las seis de la tarde en la colonia Polanco por la plaza de los Cibeles, donde me esperaría Fernando Casas; mi vida estaba por cambiar de forma radical, todo se vendría tan rápido como una avalancha, en un abrir y cerrar de ojos dejaría de ser quien era hasta ese momento.
Oscar. - ¿Qué necesitas ahora?
Valeria. - ¿Ahora? ¡Por Dios no seas cínico si fuiste capaz de renunciar para quitarles la pensión a tus hijos! y después de eso dime ¿cuándo te he pedido dinero, cuando te he pedido algo más…?
Oscar. - ¿Crees que iba a dejar que te dieras la gran vida…?
Valeria. - ¡No seas imbécil! Con los tres pesos que dabas, ¿nos íbamos a dar la gran vida? ¡No te equivoques Oscar, esa me la doy yo y se la doy a mis hijos con mi trabajo!
Oscar. - ¿Entonces qué carajos quieres?
Valeria. - ¡Que no dejes de buscar a tus hijos, que te acerques a ellos sobre todo a Alejandro…!
Oscar. - ¡Hago lo que puedo, si recuerdas no solo son ellos…!
Valeria. - ¡Pues que no se te olvide a ti que fueron primero nuestros hijos, se hombre y padre para los 4 Oscar! Alejandro te necesita más que nunca, necesita de la figura paterna, es… tan inseguro, tan vulnerable, tan niño aun…
Oscar. - Ya no es un niño es un hombrecito, y tiene que aprender cómo es la vida, esta no es fácil para nadie…
Valeria. - ¿Y eres tu quien me lo dice a mí? no me hables de lo difícil que es la vida lo sé de sobra y si te estoy buscando es por Alejandro no por mi…
Oscar. - Evita hablarme con sarcasmo no solo para ti la vida ha sido difícil ¡veme a mi después de tenerlo todo, de ser un Rey…
Valeria. - ¡Por Dios Oscar ya supéralo! sé que lo tenías todo y no estamos aquí para hablar de tus traumas, si no de nuestro hijo, hay cosas que simplemente no sé cómo abordar con él…
Oscar. - ¿De qué me estás hablando? ¡Por favor no seas dramática todos a esa edad somos complicados…!
Valeria. - No es ningún drama, simplemente como mujer no sé cómo hablar de sexo con él… de los cambios que ha tenido que experimentar, con Carolina fue distinto… y para ti debe ser más fácil hablar de esos temas.
Oscar. - ¿Eso es todo…?
Valeria. - Tuve que llevarlo con el urólogo, tienen que hacerle la circuncisión y van a realizarle estudios, tiene problemas con un testículo…
Oscar. - ¿Qué no está demasiado grande para la circuncisión?
Valeria. - Es más común en niños, pero también puede ser necesaria en jóvenes o adultos… la cirugía es ambulatoria.
Oscar. - ¿Lo del testículo es grave?
Valeria. - Aun no lo sabemos, hoy en la mañana le realizaron unos estudios y mañana programan la cirugía…
Oscar. - Entiendo, en la noche les marco para ponernos de acuerdo y salir los tres y buscare la manera de que se abra conmigo…
Valeria. - Te lo voy a gradecer, si no creyera, que te necesitan, sobre todo Alejandro no te buscaría… pero tan bien haya otra cosa… no sé cómo decirlo…
Oscar. - ¿Tan grave es?
Valeria. - ¡No lo sé, ni siquiera sé si es así, y es algo que deseo no sea cierto…!
Oscar. - ¿Pues qué pasa? ¡Habla de una vez…!
Valeria. - ¡Al parecer es homosexual…!
Oscar. - ¿Qué carajos te pasa? ¿Cómo te atreves a inventar algo así de nuestro hijo? ¡Crees que inventando algo así voy a regresar contigo…!
Valeria. - ¡Por Dios Oscar no seas imbécil! ¡Se te olvida que fui yo la que decidió divorciarse! primero muerta que regresar contigo, en segunda jamás inventaría semejante cosa de Alejandro o de Carolina para acercarme a ti…. No seas iluso, yo solo te busque por Alex ¡porque está muy confundido, porque necesita más de su padre que de mí…!
Oscar. - ¡Eso no puede ser no.…! ¿Cómo voy a tener un hijo mariquita no…?
Valeria. - ¡No es algo que me agrade! ¡Claro que no es fácil aceptar algo así, jamás imaginas que un hijo tuyo pueda ser diferente! lo peor que podemos hacer como padres es idealizarlos…. ¡Y si… Alejandro lo es, es mi hijo y un hijo no lo tiras así no más…!
Oscar. - ¡Seguramente es culpa tuya de que mi hijo sea así… siempre rodeado de mujeres y cosas femeninas…!
Valeria. - ¡Por favor Oscar deja de decir estupideces! ¿Que querías que los dejara con quién? ¡Si tenía que estudiar y trabajar… para sacarlos a delante ¡porque tú les quitaste la pensión…!
Oscar. - ¡Así lo quisiste… preferiste divorciarte que perdonarme…!
Valeria. - ¿Perdonarte y ser una estúpida e ingenua ama de casa? ¡Mientras tú y vas a seguir revolcándote con la estúpida de Carmen…!
Oscar. - No voy a mentirte claro que quiero a Carmen, es la madre de mis otros dos hijos, ¡pero tú eres el amor de mi vida…!
Valeria. - ¡Por favor Oscar! ¿Crees que soy una estúpida, como Carmen? ¿A estas alturas vienes a decirme eso? ¡Si te encontré con ella!… ¡podrá darse aires de gran señora, pero la verdad que nunca va a dejar de ser la otra, la amante…!
Oscar. - ¡La culpa fue tuya…! ¡Carmen solo era eso mi amante jamás paso por mi mente dejarte o hacerla mi esposa! y si estoy con ella fue porque se embarazo y bueno hoy en día es una buena esposa…
Valeria. - ¡A mí no me importa si es buena esposa o no! ¡para mí siempre será una perra mal parida que se metió en medio de nosotros! una mujercita con aires de hija de familia que se metió con un hombre casado… Ja jajá irónico… que no le hayan enseñado a cerrar las piernas…
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