De vuelta a casa

Han pasado dos años y Clara no volvió su línea telefónica fue desconectada aunque seguí preguntándole a su familia, no había rastro de ella. Fui capaz de intervenir las líneas telefónicas de su padre y de su hermana pequeña. Pero todo fue imposible.

- Hola amor. - durante estos dos años la he pasado con Anahí dos años increíbles, aunque mis hijos todavía no se acostumbran a ella. No como lo hicieron con Clara. - Estás acá, o en quien piensas.

- Negocios, mañana tengo que viajar y regresaré dentro de un par de días.

- Que mal, quería celebrar nuestro aniversario con una escapada de fin de semana.

- Lo podemos dejar para después, la verdad no es un buen momento.

- Está bien amor mío, pero será que me puedes dar dinero para hacer unas compras.

Dinero, porque el mundo es así, todos se mueven por el dinero, la gente se acerca a ti por el dinero y en mi mundo no sé si tengo amigos verdaderos.

- Está bien, toma por favor ten cuidado y nos hablamos en la noche.

En mi mente solo había imágenes de aquella chica que una vez se interpuso delante de unos matones para que no dañaran a mis hijos, una chica que nadaba en las noches en la piscina pensando que nadie se daba cuenta, una chica que a pesar de mil mal humor siempre me dejaba la cena guardada.

Hoy era uno de esos días uno en el que no podía dejar de pensar en ella.

- Maldita sea. - los papeles de mi escritorio salen volando.

- Que humor el que te mandas el día de hoy hermanito.

- No es un buen momento.

- Dime cuando es un buen momento para ti, tienes todo lo que querías desde hace dos años y no es suficiente. Sí que eres un hombre avaro.

- Ya te divertiste conmigo.

- No me estoy riendo de lo que acabo de decir, pero la verdad no entiendo que es lo que quieres, contratas a un agente secreto para buscar a tu esposa estando con tu amante a un lado.

- Eso no es asunto tuyo.

- Solo digo las cosas como son hermanito, cuál es la obsesión con Clara. Ya déjala ir, como ella te dejo ir a ti, por tus malas atenciones...

- A que venías. - él solo se encoge de hombros.

- Mañana al fin vas a viajar.

- Sí, tengo reunión con los petroleros de México. Me vas a acompañar.

- Sabes que a mí no se me dan bien las negociaciones eso te lo dejo a ti.

- Ok, ya que te vas a quedar, revisa la cantidad de combustible que tenemos para este mes. No podemos dejarlo acabar, y por favor organiza una reunión en Colombia para comprar mas petróleo.

- Está bien.

Las palabras de mi hermano quedaron sonando en mi cabeza, porque me afectaba tanto el hecho de que Clara no apareciera, al fin y al cabo yo estaba con la mujer que amaba...

Deje esos pensamientos tan absurdos y continúe con mi trabajo. No era hora de ponerme a romantizar la situación en la que me encontraba. Esa tarde y noche por más que lo intentará no podía sacar de mi mente a esa mujer, me mal decía una y otra vez, pero eso no servía de nada.

A la mañana siguiente tenía ya mi mente en el trabajo, y sin despedirme de nadie incluso de Anahí salí para el aeropuerto.

- Ya estoy de vuelta.

Era una hermosa voz que sin lugar a dudas había escuchado seguido, pero eso era imposible, me hubieran avisado si ella volvía, mi mente me estaba jugando una mala pasada. El estar esperanzado en encontrarla me estaba volviendo loco de remate.

- Paso, a la casa y tengo que volver a salir.

Tenía que salir de dudas ella no podría ser. Me giré para buscar la fuente de tan melodiosa voz, pero no vi a nadie que se pareciera a ella. Solo había una mujer que estaba de espaldas, usando vestido, unos zapatos bastantes altos, cabello largo recogido a media cola, ella no era, la mujer con la que me case y a la que estoy buscando nunca se vestiría de esa manera.

- Señor el transporte ya está listo.

- Gracias.

No podía quedarme como un tonto esperando a encontrar la fuente de aquella voz, todo debía de ser por los nervios.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Era raro volver a casa después de tanto tiempo, volver a ver a mi padre y a mi hermana aunque nunca deje de comunicarme con ellos. Mi comunicación fue un poco rara, nunca los llamé por teléfono, gracias a Javier sabía lo que Rodrigo hacía así que solo me limite a enviarle cartas.

Todo este tiempo fuera me ayudó a aclarar mi mente, olvidar lo que había pasado y el trago amargo que viví, y no solo eso puede empezar a estudiar, no fue nada fácil porque logre entrar a dos carreras una de administración de empresas y otra de publicidad.

Pero aun así. Continúe con mi trabajo de niñera. Por un tiempo fui la niñera de los hijos de Javier, pero como le tocó regresar al país los dejé, pero no fueron los únicos.

- Y ahora a dónde vamos. - soy asistente personal de un importante petrolero y también la niñera en algunos momentos, su nombre es Caleb. Se que no está dentro de lo que estoy estudiando pero algo es algo, en ocasiones sigo cuidando a niños. Es un trabajo muy lindo.

— Vamos a ir a mi casa por ahora, tu departamento no lo han entregado.

- No tenías eso ya listo. - en momentos puede ser un sol de la mañana. Pero cuando está enojado puede llegar a ser un sol de medio día insoportable, altanero y grosero. Y eso se queda corto. Respiro profundo para poder contestarle.

- Se supone que tu apartamento lo entregaban hace unos días, pero tuvieron que hacer algunos arreglos adicionales y por tal motivo no lo entregaron.

- Cuánto tiempo debo esperar.

- Máximo una semana yo me encargo de eso.

- Por eso eres la mejor, y ahora que vamos a hacer.

- Tienes una reunión en dos horas así que vamos a dejar las maletas y salimos para la empresa Petroleros Santo Domingo. Eso sería todo por hoy y mañana estás invitado a una gala de beneficencia.

- De acuerdo.

Esta era una situación muy incómoda, tenía que ir a ver a mi querido esposo. Las cosas se podrían poner difíciles y estresantes.

Mientras llegábamos a la casa mi mente volvía al pasado, volvía a aquellos días en los que trate de ser la mejor esposa, la mejor compañera, pero todo fue inútil.

- Ya llegamos señorita. - uno de los guardaespaldas de Caleb me saca de mis pensamientos.

- Gracias.

Los hijos de Caleb los había dejado, no quería que se trasladarán acá solo por un tiempo y luego volver.

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