Al principio estaba segura de todo, de que está unión era lo mejor, pero ahora me estaba arrepintiendo. Mientras caminaba hacia el juez, aquel hombre con el que tenía que casarme nunca me miró.
Solo andaba pendiente de su celular, era consciente de mis decisiones, al llegar junto a él las palabras del juez se perdieron en el aire. No pude poder atención.
- Pueden firmar el acta.
- Firma.
La frialdad en su voz, atravesaría hasta la más espesa de las nieves, y como un ser autoritario hice caso.
- Esto lo hago solo por negocios, así que no te confundas, nunca voy a querer a nadie como tú.
Hubiera querido no llorar, no derramar una sola lágrima por lo que estaba pasando. Tomé aire y dejé que las cosas siguieran su curso, al finalizar todo ese show, me di cuenta de que en la sala estaba también el hermano de Rodrigo.
Al parecer no mucha gente Sabrá lo que acababa de pasar, al parecer esto era solo un formalismo para conseguir lo que ellos querían.
- Felipe llévala a la mansión y dile a Gloria que aliste la habitación de invitados, que ella. - me señala con un dedo. - Se va a quedar por un tiempo con nosotros.
- Si señor.
Sin decir más se va con el resto de las personas, solo una en especial se queda y es quien me quita el velo y me mira a los ojos.
- Sabía que esa cabellera la había visto en algún lado, ¿por qué lo hiciste?.
- Me creerías si te dijera que no tuve opción, que el amor hacia la familia te hace tomar decisiones difíciles.
- Lo acabo de ver con mi hermano, está no es una decisión fácil para él, es que...
- Él no quería casarse o está enamorado de otra persona.
Dos hombres que comparten el mismo apellido, pero que son tan distintos en su forma de ser, uno es frío como un témpano de hielo y el otro es un ser en el cual puedes encontrar calma.
- Señorita por favor, nos tenemos que ir.
- No te preocupes por ella yo la llevo a la casa.
Felipe asiente, no está muy seguro de si se va o se queda.
- No te preocupes, Felipe me llevará a la casa, al fin y al cabo ya se a donde voy y lo que me voy a encontrar en casa.
- Para mí no es ninguna molestia, solo quiero hablar contigo y conocer a mi cuñada.
Acepte la oferta de Javier y Felipe se fue sin decir una sola palabra al fin y al cabo estaba hablando con uno de sus jefes.
Mientras íbamos para la casa, nos desviamos de camino y Javier me compro ropa para que me cambiara y me invitó a almorzar. Por un momento había olvidado lo que estaba pasando y más cuando me quite el maldito vestido.
- Y ahora que vas a decirles. - le había comentado lo de mi renuncia.
- Nada, decir que todo fue una broma de mal gusto de mi familia.
- Te puedo decir una cosa.
- Dime.
- Mis sobrinos nunca habían estado tan felices, habían tenido muchas niñeras, pero ninguna cómo tú, gracias por quererlos tanto.
- Son unos niños que se dan a querer fácilmente.
Apenas llegamos y todos me miraron, como si hubieran visto un fantasma, ninguno me esperaba y yo tampoco esperaba verlos a ellos en estas circunstancias.
Ese día volví a mis labores, en cuanto a Rodrigo él no volvió. Por lo que me había dicho Gloria el señor le había tocado irse de viaje.
Los días pasaban y yo me comencé a encariñar más con los niños sabía que eso no iba a ser bueno, pero que puedo decir.
- Donde está, la invitada que envíe con Fabián hace un mes. - Si voz resonó por toda la casa.
- Cuál invitada, señor, acá no llego nadie.
- Cómo así que no llego nadie si Felipe había quedado de traerla. Llama a mi asistente para comunicarlo a mi oficina.
- Si señor.
- Mis hijos donde están.
- Con Clara.
- ¿Clara?.
Las pisadas se hicieron más pesadas a medida que se acercaba a la habitación de juegos, a penas entre los niños se abalanzaron hacia él, por simple casualidad en mi rostro se dibujó una sonrisa.
- Buena tarde, no dizque se iba.
- Si señor, pero surgieron algunos problemas. - descuidadamente, levanté la mano para recoger mi cabello detrás de la oreja y el anillo que me había dado el día del matrimonio se veía.
No me di cuenta, solo hasta que él abrió los ojos y me di cuenta del error que yo acababa de cometer, me lo dejé puesto porque pensaba que sería algo muy lindo.
Después de abrir los ojos lo único que hizo fue sacar a los niños, pensé que eso iba a ser todo, pero me equivoque. Se acercó a mí sin decir una palabra, me tomo del brazo y con un fuerte empujón me puso contra la pared, una de sus manos se apoyaba en la pared mientras que la otra me apretaba el cuello.
- Que mierda está pasado, quien eres tú. - trataba de hablar, pero no podía la presión era bastante fuerte. Solo tenía veinte años y él era mucho mayor y tenía más fuerza.
- Esos malditos no me van a dejar en paz.
- Suel... Suel.. Te.. Me.
De muy mala gana lo hace y yo caigo de rodillas tratando de recuperar el aliento, maldito psicópata.
- A qué te enviaron, a qué me sedujeras y pudieras averiguar quién sabe que cosas.
- No se seque habla.
- No se haga la estúpida, usted es hija de la familia López, ellos me quieren ver caer y la mandaron como espía.
- Eso no es cierto, déjeme explicar lo que pasó.
- Cayese, la única razón de nuestra unión es por negocios así que no se hagan ilusiones y por favor manténgase alejada de mí.
Lo iba a llamar para explicarle la situación y el porque yo me había casado con el, pero fue imposible, apenas dijo eso, salió de la habitación dando un portazo.
No fui capaz de llorar, porque la verdad no había un verdadero motivo para hacerlo, tenía que ser fuerte y terminar con esta situación, solo eran cinco años en lo que tenía que estar unida a él, nada más.
Me levanté y respire profundo revise mi ropa y el cuello, los dedos de Rodrigo estaban marcados, despeje mi mente con un nuevo pensamiento en mi cabeza.
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Updated 35 Episodes
Comments
Alejandra Vergara
Que no eran 2 años 🤔❓️.
2024-10-03
0
Arcelia Medina jaime
leei mal decía que sólo dos años 😨😨🤔🤔o cinco años
2024-09-29
0
Maria Cordova Quiroz
no que esa 2 años
2024-09-07
2