La boda

Desde que llegaste de donde tu familia estás algo distraída y distante.

- No te preocupes por eso Gloria, pronto va a pasar todo esto.

- Si, y te vas quien sabe para dónde.

- Ni siquiera yo lo sé. - sé que lo deje en voz baja, pero estoy más que segura de que ella lo escucho.

Esa noche después de dejar a los niños en su habitación corro a la mía y me organizo para salir a nadar un rato.

Mientras me acerco a la piscina escucho unas voces desde la habitación del señor, al parecer está hablando con alguien.

- Ya está todo listo para la boda. - silencio solo se escucha, eso solo significa que está discutiendo por teléfono. - Lo sé, pero no quiero casarme con una vieja fea, la verdad solamente quiero ver a Anahí. - otra vez silencio. - Está bien, lo tomaré con calma, de todas maneras solo serán por dos años.

Camino rápidamente hasta la piscina no quiero que me vea o piense que lo estaba espiando, yo no soy de esas.

- Que te entretuvo tanto. - dice César casi gritando.

- Baja la voz, no quiero que el señor nos llame la atención, porque estamos perturbando su espacio.

- Te preocupa tanto lo que piense él, acaso sientes cosita por el gran señor. - le doy un golpe con la toalla en la cabeza, pero al hacerlo me causa un poco de dolor a mí también.

- Deja de decir bobadas, lo único que quiero es que no le griten, me basta con los problemas que tengo como para añadir más a la lista. - César deja de reírse y se pone bastante serio.

- ¿Qué pasa Clara? - no va a ser fácil decirle lo que va a pasar en un par de semanas.

- Me voy a casar. - bueno si fue fácil.

- ¿Qué?, ¿cuándo? ¿Cómo? Y ¿con quién?.

- Ya te dije cuando, con quien no lo sé y como, cómo lo hace la gente en un juzgado.

- Déjame entender, te casas dentro de dos semanas en un juzgado y no sabes quién es el novio.

- Si, por eso, pase mi renuncia, la verdad tomé la decisión por el bienestar de mi papá y de mi hermana.

- Estás loca o en serio los amas para cometer esa locura.

- Es más complicado que eso. - mojo mis pies en la piscina y mi ánimo decae. Ahora vuelvo a pensar si fue una gran idea o va a ser mi infierno.

- Bueno, no estamos acá para estar tristes así que vamos a nadar un rato.

Me gustaría tener esa alegría, la alegría de alguien que no tiene preocupaciones y no tiene responsabilidades.

Ambos nos metemos en la piscina, parecemos niños pequeños haciendo carreras, nadando de un lado al otro y lanzando nos.

- Interrumpo algo.

Casi me ahogo al escuchar la voz del señor, me acerco a la orilla más cercana y veo al mismísimo diablo enfrente mío. Suelto el borde de la piscina y me sumerjo del susto que me ha dado, pero no es solo por eso, su mirada era más fría que nunca.

- Clara. - escucho gritar a César mi nombre.

Sé que yo no me voy a ahogar, tengo un buen aguante, éllos no saben eso. Los minutos pasan y lo único que deseo es que él se vaya y yo pueda salir para mi habitación.

Los segundos pasan y siento unos fuertes brazos alrededor de mi cintura, trato de soltarme, pero no lo logro. Cómo veo que no puedo soltarme me giro para ver quién es la persona que me está sujetando y para mi sorpresa es Rodrigo. Sus brazos me sostienen por la cintura y no me da mucho movimiento.

El aire comienza a faltarme y yo comienzo a desesperarme, mis movimientos hacen que me vaya quedando más rápido sin aire. Lo último que se es que los labios de Rodrigo se unen a los míos.

Eso me deja sin aliento dejándome llevar por el momento, siento un Carlos subir por todo mi cuerpo y eso que sus manos están solo en mi cintura, los segundos pasan y cuando sé que esto no está bien me suelto y subo, no me tomo eso, tiempo de ponerme una toalla no nada, solo quiero esconderme y olvidar lo que acaba de pasar.

En mi habitación lo único que hago es recostarme contra la puerta, aún siento sus manos y sus labios, mi corazón late locamente.

- Cálmate, eso fue un error tanto de el cómo mío, yo debí permitir que pasara esto. Tomo aire y calmo a mi alocado corazón.

- Esto no volverá a pasar, no quiero ser una más del montón.

Después de esa noche Rodrigo se fue de viaje y yo me dediqué a mis actividades, y un día antes de la boda me fui, dejando atrás a esos pequeños, deseaba con toda el alma que consiguieran una niñera mejor, alguien que los cuidara y los amara cómo yo lo había aprendido a hacer.

Las despedidas son duras, pero más cuando amas a alguien, sin mirar atrás volví a la casa de mi padre, quien me esperaba con una gran sonrisa y no solo eso, con una hermosa sorpresa. Al parecer los tratamientos pagados estaban funcionando él ya no estaba en una silla de ruedas, tenía un pequeño caminador.

- Papá estás caminando. - llorar se había vuelto un hábito.

- Sí, ha sido un proceso doloroso, pero vamos con toda.

- Me alegra escuchar eso. - no todo es felicidad y todos lo sabían, el día tan esperado había llegado.

- Renuncia a lo que vas a hacer.

- No lo haré, a ti todavía te queda mucho camino para la recuperación y mi hermanita tiene que estudiar.

- Y que hay de, de tu felicidad, de tus sueños.

- Algún día puede que lo logré.

No hay mucho que decir, las ruedas del engranaje se pusieron en marcha desde el día que apareció la familia López en la casa de mi padre.

A la mañana siguiente y con muy poco ánimo, me pongo el vestido que me habían dejado, no podía negar que es hermoso, pero si me casará por amor sería el mejor día de mi vida.

- Te ves hermosa.

- Gracias papá, es hora de salir no quiero llegar tarde a mi propia boda.

- Te vas a cubrir la cara. - dentro de la caja había un velo, me hubiera gustado dejarla a un lado, pero no era lo correcto.

- Es parte del traje, además le da algo de misterio.

- Solo tú puedes decir eso en un momento como este.

Nos damos un beso y yo me subo al carro que enviaron por mí, por órdenes de la familia mayor, ni mi padre ni mi hermana podían acompañarme.

Al llegar me toma unos segundos decidir bajarme, no entramos por la puerta principal si sino el sótano, al parecer nadie debe de enterarse sobre este matrimonio arreglado.

Al abrirse las puertas de la oficina del juez donde se iniciaría la ceremonia mi cara se desencaja al ver a la persona con la que me tengo que casar, me detengo y comienzo a dar pasos hacia atrás, pero una voz femenina me detiene.

- NO LO PUEDE HACER, EL FUTURO DE SU PATETICA FAMILIA DEPENDE DE ESTO. O QUIERES VER A TU PADRE Y HERMANITA EN LA CALLE PIDIENDO LIMOSNA.

- Lo haré.

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Comments

Blanca Montero Angulo

Blanca Montero Angulo

sí yo también creo que la tal anahi, no es una blanca paloma 🕊 🤔 🤷

2024-12-11

0

Alejandra Vergara

Alejandra Vergara

Nadie mejor que tu hermosa Clara puede cuidar de esos pequeños ya que tu eres una joven de buen corazón No aso tu hermana Anahis de eso estoy segura.

2024-10-03

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