Radioactividad

..."Era como si se me abriera un mundo nuevo, el mundo de la ciencia, que por fin se me permitía conocer con toda libertad."...

...—Marie Curie....

Según lo informado por los comerciantes, se trataba de un material extraído de lo profundo de la tierra, el cual producia calor como si estuviera apunto de hervir, pero cuando se enfriaba y se colocaba a la oscuridad emitía un brillo verdoso, capaz de atravesar objetos mostrando lo que se encontraba dentro de esto, e incluso permitiendo que se pudiese observar los huesos sin cortar la piel.

Era claro, se trataba de un material radiactivo, pero necesitaba comprobar con mis propios ojos este hecho, además de ser cierto, no podría dejar que las personas se expongan ante la radiactividad de esa manera; en mi antiguo mundo, este fenómeno fue descrito por muchas personas, pero a quien se le atribuyen mayores avances en el campo es a Lady Marie Curie.

Marie fue una científica de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, que junto a su pareja describieron el fenómeno de la radiactividad, además de descubrir por su cuenta el radio y el polonio, además de ser la primera mujer en recibir dos veces el premio nobel por sus avances en física, los cuales también fueron aplicados a la medicina, pero lastimosamente falleció por la exposición sin protección a la radiación, debía evitar que esto le ocurriera a las personas de este mundo.

Inmediatamente, partí hacia la ubicación que me habían informado los comerciantes, se trataba de un pequeño pueblo al sur del país, donde aún se conservaba la relación con la naturaleza, pudiéndose observar el verde por doquier, pero no era momento de hacer turismo, por lo que me dirigí hacia la casa de aquellas personas que se encontraban investigando la radiación.

Al tocar la puerta, se pudo escuchar como se caían recipientes, mientras una voz gritaba que pronto saldría, presentándose ante mi una mujer joven, de aproximadamente mi edad, con el cabello blanco como la nieve, y un par de anteojos que hacían ver inmenso sus ojos café, me hizo pasar inmediatamente al saber el motivo de mi visita, emocionada me advirtió que me asombraría.

Efectivamente, me asombré, esta chica de no más de 16 años había creado un rayos x, no era posible, así que la cuestioné, sobre todo por la mención de una pareja realizada por los comerciantes, algo que al parecer la hizo entristecer, su cara perdió la sonrisa con la que se mostraba, para decir en una voz tenue, "fallecieron", eran mis padres y ahora se encuentran muerto, reafirmó.

Me disculpé inmediatamente, había tocado algo doloroso para cualquiera, pero al menos volvió su sonrisa después de mi disculpa, para seguir mostrándome sus avances; mis padres descubrieron esta piedra, –dijo la chica–, pero desde su fallecimiento, yo he estado esforzándome para lograr esto, de modo que estén donde estén, se puedan sentir orgullosos de su hija.

—Por cierto, no me presenté, –dijo la chica–, mucho gusto, Maria Blade.

—Oh cierto, disculpa, un gusto, Alexander Snow. –decía mientras pensaba que era mucha coincidencia.

Maria me mostró unos cuantos descubrimientos más que había hecho, pero mientras eso ocurría, pude darme cuenta de que la falta de padres estaba afectando en su diario vivir, sobre todo alimenticiamente, era evidente su falta de alimentación en los últimos días, manifestándose incluso en temblores musculares al intentar sujetar un objeto y no contar con la fuerza necesaria para ello.

Tenía un par de soluciones para esta situación, por lo que se las ofrecí, por un lado, era comprarle sus avances tecnológicos en el campo de la radiactividad conforme los fuese realizando, principalmente un prototipo seguro del rayos x, pero la otra opción es que pasará a trabajar para a mi, en un laboratorio adaptado por la farmacéutica donde estaría segura y podría tener a su disposición todo lo que quisiera.

Cómo lo sospeche, el ofrecimiento de un laboratorio le pareció fascinante, optando por la segunda opción inmediatamente, así que antes de partir, decidí enviar un mensajero con las instrucciones, para qué se iniciará la construcción del laboratorio lo más pronto posible, el cual tendría indicaciones precisas como el plomo en las paredes para evitar la transmisión al exterior de radiación.

Le tomo a Maria unos días preparar su equipaje, además de ir a despedirse de sus padres en la tumba, donde afirmó que habían sido los mejores padres que hubiese podido tener, desde un principio de su vida siempre la apoyaron en sus experimentos por muy dementes que sonarán, arriesgando su vida en algunas ocasiones con tal de comprobar las teorías de ella, hasta aquel fatídico día.

Según Maria, está situación había ocurrido hace aproximadamente un mes, donde habían comenzado a utilizar el material que denominó como radio, para conocer sus funciones, pero al no saber que podía llegar a ser letal, se expusieron ante altas cantidades, hasta que un día, su pelo comenzó a caer, después le salieron vesículas de líquido por todo el cuerpo, hasta que finalmente fallecieron con mucho dolor.

Lo que me había contado no era más que la intoxicación por radiación, algo que había sido descrito en mi vida anterior a fondo, siendo observado en mayor medida, durante los ataques de Hiroshima y Nagasaki, pero pudiendo ser visto a lo largo del tiempo de mejor manera en los sobrevivientes del accidente de Chernóbil, causándole una muerte dolorosa a quien sufra de ello, y dejando a los que logren salvarse con un alto riesgo de neoplasia, en definitiva algo letal.

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