Negociación

..."Todo es negociable. Incluso las circunstancias y las reglas que crees que son fijas no lo son."...

...—Mariela Dabbah....

Leonardo era consiente de la necesidad de reunirnos, a fin de cuentas era su reino el cual estaba sufriendo por una enfermedad como nunca antes se había visto, en palabras suyas, nunca se había diseminado de tal forma la enfermedad, siendo incluso costumbre de las madres llevar a sus hijos pequeños donde se encontrará alguien enfermo para contagiarlo.

En mi anterior mundo, se tenía bien documentado este hecho, algunas enfermedades cutáneas como la varicela o el sarampión, era mejor contraerlas de niño, donde su sintomatología no sería tan exagerada, evitando un mal mayor, pero ya en los adultos podía producir incluso la muerte, por eso se creó la vacuna contra este virus, para prevenir esas muertes.

Así que con base a datos de mi antigua vida y la colaboración del sabio, comencé a hablarle a Leo sobre la vacunación, como está podría proteger a su población, los pasos para su elaboración, cuántas muertes podría evitar, entre otras cosas, lo había sorprendido, pero no las vacunas, sino la capacidad con la cual manejaba el tema, nunca había sido testigo de alguien a tan corta edad con tanta información.

—¿Cómo sabes tanto? –pregunto Leo.

—Pues, hice algunas pruebas. –respondió Alexander con miedo de ser descubierto y asesinado.

—Me impresionas, –respondió Leo–, tendrás el apoyo para tus vacunas, pero a cambio necesito que me hables más de todo.

A regañadientes acepte el trato, primaba la salud de la población, aunque yo quería vivir una vida tranquila junto a mi hermanita, cosa que no podría llevar a cabo teniendo que visitar cada tiempo el palacio, pero era un precio justo a cambio de un bien mayor, por otra parte, las negociaciones duraron prácticamente toda la noche, pero obtuve un laboratorio para vacunas totalmente financiado por la corona.

Partimos por la mañana a la ciudad, llegamos cerca de medio día, pero pese al sueño por no haber descansado toda la noche anterior, había mucho papeleo que realizar, sobre todo redactar las indicaciones para la creación de las vacunas en el nuevo laboratorio que ya se encontraba en construcción, que estaría listo en dos días gracias a la capacidad de la corona.

Demore prácticamente hasta la noche creando las indicaciones para la replicación, siempre haciendo énfasis en la protección de los animales, pero ya era momento de un buen descanso, así que tome el carruaje hacia la residencia Snow con la tranquilidad de que todo estaba yendo a viento en popa, pero como no siempre todo puede salir bien, este caso no sería la excepción.

Mientras recorríamos la carretera, solo nos encontráramos mi persona y el chófer, el cual nunca antes había visto, dato que se me hizo raro, pero no sospeche la ausencia del mayordomo de mi padre gracias al sueño; mientras transitábamos por un sector de poca luz el carruaje se detuvo repentinamente, se me hizo extraño por lo que decidí preguntarle lo ocurrido.

Sin responder una sola palabra, pude ver cómo descendía de la silla de manejo, mientras que un grupo de hombres salía de la penumbra de la noche, una fuerte descarga recorrió todo mi cuerpo, aquel sueño se había disipado, ese grupo venía a asaltarnos, pero no lo permitiría, así que baje del carruaje y con círculo mágico en mano cree una bola de fuego para defendernos.

—Retroceda, colóquese detrás de mí. –le dijo Alexander al chófer.

—Claro que lo haré. –respondió el chófer mientras levantaba un objeto apuntando a la cabeza de Alexander.

^^^¡Pow!^^^

...Al día siguiente...

Me desperté desorientado con las manos atadas en la pared, en medio de cada mano una roca que evitaba el movimiento de los dedos, con la boca amordazada para evitar el recitar hechizos, con unos 5 hombres grandes delante de mí, cada uno tan fornido como el anterior, era imposible escapar, mucho menos en mi condición, sin contar que no sabía dónde me encontraba, pero logré escucharlos hablar.

No fue muy claro lo que escuche, sin embargo, hablaban acerca de la farmacia, era más que claro que esperaban obtener algún beneficio, sin contar que esto era un secuestro, pero debía encontrar la manera de salir de ahí, así que decidí arriesgarme, haciéndole señas con los ojos a uno de aquellos hombres en señal de negociación, quienes algo dudosos accedieron a escucharme.

Con espada en mano retiraron de mi boca la mordaza, así que para no levantar sospechas les pregunté sobre qué deseaban, para obtener una respuesta inesperada; resultaba ser que sus hijos se hallaban muy mal de salud, pero no contaban con la facilidad de comprar los servicios de un experto, así que trataron de utilizar las drogas pero ineficazmente.

Ya me encontraba listo para realizar una invocación que logrará darme tiempo de desatarme, pero al escuchar sus historias, opte por ayudarlos, ganándome su confianza en el proceso, teniendo sus hijos no más que un resfriado común, me habían permitido obtener la gratitud de sus padres, lo que prometieron pagar su deuda con cualquier trabajo que llegara a necesitar.

Era momento de un descanso, aunque era de día, decidí ir directamente a casa, muchas emociones por pocos días, además que había dejado listas las indicaciones de todo tanto en la farmacia como en el gremio, podrían funcionar sin mi presencia al menos durante una semana debido a la epidemia, pero ya mañana regresaría a tomar las riendas de la problemática.

Caí rendido en la cama, al punto que pasaron dos días, de no ser por la intromisión de la noticia que Sofía ya podía caminar, posiblemente hubiese durado más tiempo en cama, el agotamiento era increíble, pero predecible para la situación, debía regresar pronto al gremio, así que tome mis cosas y equipo de protección, partiendo de inmediato a la farmacia, pero me lleve una grata sorpresa al llegar.

Todo se encontraba en orden, mi padre por medio de mis anotaciones había planificado una estrategia para la situación, en este momento los casos se encontraban en disminución, además del inicio de la primera ola de vacunas creadas por el laboratorio financiado por la corona sería distribuido en poco tiempo, lo habíamos logrado, estábamos controlando la epidemia.

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