Unanimidad

Pasado un rato, el duque Sandro habló, —su majestad, conozco al príncipe mejor que nadie y es por eso que me permito opinar lo siguiente; sería una excelente idea que el príncipe salga un tiempo del palacio y pueda recorrer algunos lugares del imperio para que así se de cuenta que hay muchas cosas más importantes que solo estar persiguiendo lo que tienen otras personas. Además le ayudaría para que en un futuro sea un gran emperador como lo es usted. Si usted decide que es el momento de que inicie su formación real como futuro Emperador, yo me haría cargo de protegerlo y le aseguro que eso lo ayudará a crecer y madurar como persona, sabe más que nadie a lo que me refiero.— Replicó el hombre.

El emperador se quedó pensando un momento y después habló. —¡Bien!, mi decisión es la siguiente y ustedes decidirán si están de acuerdo o no. La general seguirá en su puesto y el príncipe heredero iniciará su entrenamiento real como heredero, así que será enviado a una campaña para que conozca todo el territorio que algún día gobernará, lo cual servirá para que despeje la mente y quizás cuando regresé tenga más claras su prioridades. ¿Están de acuerdo o tienen alguna objeción con esta decisión?.— proclamó el emperador.

Todos estuvieron de acuerdo con la decisión del emperador, pues la mayoría creía que el joven príncipe aun era muy inmaduro para asumir un cargo tan importante y el salir del palacio e incluso de la capital le haría ver lo que realmente era importante para un gobernante. También todo el consejo estaba más que expectante a lo que sucedería en el futuro con la general, tomando en cuenta las palabras de la santa, ya que por lo dicho esa chica sería la persona más poderosa de todo el continente y de todas la predicciones que la santa había hecho, absolutamente todas se habían hecho realidad, era por eso más que nada que habían aceptado pasar por alto lo que había sucedido.

Terminada la reunión y habiendo tomado una decisión unánime, cada uno de los asistentes se retiraron del lugar y el emperador se dirigió a hablar con el príncipe.

Toc, toc, toc.

—Pasé.— Dijo el príncipe dentro de su habitación. Entonces él emperador entró y el príncipe se sorprendió. —Padre, no, disculpe su majestad, este es su palacio no tiene porque pedir permiso para entrar, me imagino que la reunión terminó. ¿Qué fue lo que decidieron?— dijo el príncipe un tanto serio y triste.

—Bien, hemos decidido enviarte a una campaña para que comiences tú formación como mi sucesor, partirán en cuatro días en lo que todo queda organizado. Contigo irá el duque Sandro y sus guardias, tú sabes que son los mejores guerreros del imperio y por eso no me preocupo.

—¿Qué sucederá con esa mujer?, supongo que recibirá un castigo por atreverse a tanto.

—El que hizo las cosas mal fuiste tú y ¿aún así pides que alguien mas sea castigado?, respondiendo a tu pregunta, la general seguirá en su puesto y tú dejaras el palacio por un tiempo. Espero que esto sirva para que tú puedas despejar tu mente y te des cuenta de que tú comportamiento a dejado mucho que desear. Ahora me retiro, tengo que organizar todo para tu partida, mientras tanto no causes ningún problema.— dijo el emperador y se retiro de la habitación, sin darle tiempo al príncipe de responder.

Al quedarse solo, él príncipe comenzó a destrozar todo lo que tuvo a su alcance, —verás que me la pagarás, maldita mujer. Tú estadía en el imperio no durará mucho, lo juro.— Decía entre dientes el príncipe.

Por otra parte, Lale aún se encontraba entrenando en el campo para perfeccionar sus técnicas con la espada y la lanza, cuando vio que el Emperador se acercaba. —Su majestad, es muy tarde para que usted venga a este lugar, ¿en qué puedo servirle?— dijo Lale haciendo un a leve reverencia.

—General, se ha tomado una decisión y quise venir a informarle de inmediato. Usted seguirá en su puesto y no tendrá que preocuparse por el príncipe ya que será enviado a una campaña, asi que estaré esperando que usted de lo mejor para servir a este imperio, sin embargo quiero que sepa que jamás olvidaré la ofensa que se atrevió a hacerle al príncipe heredero, él puede ser inmaduro y maleducado, pero aún es parte de la familia imperial, está falta la recordaré siempre. ¿Le quedó claro?.

—Por supuesto majestad, igual que yo no olvidaré nunca lo que sucedió. Puede estar seguro que serviré al imperio con todo lo que tengo, asimismo espero que haya tomado en cuenta mis palabras, yo estaré al servicio del imperio solo hasta que usted deje de ser Emperador ya que mi deuda es con usted y no con su hijo. Dejando eso claro, le juro lealtad a usted Emperador Aron Soller, incluso si tengo que dar mi vida, yo lo protegeré.— Dijo Lale, para al final hacer una reverencia.

El emperador asintió y se retiró del lugar dejando a Lale sola. —Maldición, quizás si me sobrepase con aquel principito, pero como se atreve a abrir su boca si no está seguro de las cosas. ¡Ah!, esto aparece estarse saliendo de control, espero que no intente hacer algo en mi contra— pensaba Lale.

......................

Por su parte el príncipe Blair ya estaba llevando a cabo un plan que evitaría que fuera enviado fuera del palacio y además le quitaría el cargo de general a Lale.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***