Fue mi culpa.

Nahuel

Tiene esas hermosas esmeraldas brillosas como si quisiera llorar. A mí me tiembla todo el cuerpo... O sea, ni yo me creo lo que estoy diciendo.

– Está bien, es lo normal, paso más de una década, te enamoraste, y te vas a casar– le tiembla la voz y traga saliva– ... Yo estuve con muchos, pero muchos hombres– inevitablemente frunzo el ceño–... pero ninguno provocó en mi, algo que seguramente Cristal provoca en vos, sos un privilegiado.

"Muchos hombres" Ninguno le hizo sentir lo que yo sí... Esos orgasmos múltiples que me llevaron a dar una vuelta por marte.

¡Mierd@! ¿Por qué me vengo a acordar de eso?

Y me dice que soy un privilegiado por lo que Cristal me provoca... Desesperación, ansiedad y ganas de cortarme un huevo, si supiera lo que realmente me provoca Cristal no me estaría diciendo esto.

– Sí, algo así...– miento descaradamente– pero deseo que en algún momento sientas la conexión que necesitas– y yo también.

– claro, como lo que siento con vos, pero no con vos jajaja – la conch@ de la lora no me puede estar diciendo eso, con esa mirada tan frágil y sexi a la vez.– ... Gracias.

¿Qué? ¿Gracias?

Se acerca y me abraza repentinamente.

¡Ay dios! Como que me dio calor...

La abrazo suavemente por la cintura, trato de no moverme mucho, porque si soy sincero conmigo mismo, estoy que le salto a la yugular como una bestia.

– No es nada...– Le digo como puedo, que situación tan extraña.

Tami aleja su cabeza un poco sin soltar sus manos de mi cuello y me mira a los ojos. – ... Trata de tomar esto como un cierre de capítulo, y perdón por hacerlo.

¿eh? Me perdí, ¿perdón porque?

Tamara mira mis ojos y baja su mirada a mis labios, entonces pega esos carnosos tesoros rojos a mi boca, ella me vuelve a besar.

¡Deos y todos los santos! ¿Por qué carajos está haciendo esto?

Al igual que la vez anterior, me quedé anonadado y aturdido, totalmente congelado... Pero ella me sigue besando y esta vez mi cuerpo comienza a reaccionar. Cuando siento su hábil lengua tocar mis labios, no puedo evitar que mi cuerpo se despierte con furia, entonces me pierdo totalmente.

Me empujo por inercia para pegarme más a ella y abro mis labios para dejarla explorarme.

En algún momento de mi vida hubiera dado lo que fuera por comerme esta boca, y ahora entiendo más bien recuerdo por qué.

Agarro su cintura con fuerza, meto mi lengua en su boca y saboreo toda su saliva. Ella tira suavemente de mi pelo y su ansiedad por mí se vuelve más obvia.

El beso es exitante, intenso y desesperado.

Ya no me acuerdo de nada, no me importa nada, la traigo más hacia mí, es que la quiero encima de mí.

Pero mi maldito celular suena y ella se aleja asustada...

¡¡Lpm!! Es Cristal... Tengo que atender si no se pone intensa.

Trato de regularizar la respiración y atiendo.

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– Hola, Cristal...– Miro a Tam que solo mira a la calle, perdida.

– ¡Holis amouuuure! ¿Cómo estás? ¿No me extrañas? –pobre, ni me acorde de ella.

– Sí Cristal, acá todo bien ¿vos?

– Bien, pero no tan bien... Pelee con papá, el tipo dice que no nos puede regalar un viaje a Dubai, que me conforme con París...

¿Qué?

– A ver Cristal... ¿Vos te estás escuchando? ¿Cuándo hablamos vos y yo de viajar y tan lejos?

– ¿a no te dije? Le pedí a Papá que nos regale la luna de miel, y él accedió, pero ahora resulta que a Dubai es muy caro... ¿Y si le decís al tuyo que nos lo regale?

– Yo no voy a hacer un viaje de tal magnitud, tengo que ahorrar para mi propio consultorio, tengo otros planes. Y mucho menos pedirle a semejante cosa a mis viejos... ¿En qué mundo vivís Cristal?

– ufff.... chau tacaño.– se escucha el pitido de que corto la llamada, que infantil es.

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Ahora no tengo cabeza para pavadas, acabo de serle infiel a Cristal... No solo con la boca, sino con todos mis pensamientos, sentimientos y deseos.

Un silencio abrumador nos agobia dentro del auto de Tamara. No sé que carajos decirle. Aunque debo admitir que me muero de ganas con seguir lo que estábamos haciendo, pero no puedo hacerle eso a Cristal, no soy un maldito hijo de put@.

– Te pido mil disculpas Nahuel...– Habla sinceramente– ... No me controle y te metí en una situación espantosa, no creo que seas un hombre infiel– niego con la cabeza, pero no emito palabras. – Hagamos como que nada pasó, al fin y a cabo fue mi culpa, vamos adentro por favor.

¿Su culpa? Pero si yo me prendí como santígüela y juro por mi vida que si esa llamada de la conciencia no nos interrumpía, me la iba a terminar cojiendo como un maniático en el asiento de atrás de su auto.

La miro y no puedo evitarlo, me sigue volviendo loco... es lo más hermoso que vi en mi mal parida vida.

– sí, vamos...– un genio, ni un comentario al respecto, madurez cero.

Tamy se baja y yo bajo con ella, no me mira ni un poco, y al entrar parece que nada hubiera pasado.

– ¡Llegamos! – anuncia levantando la bolsa.

– Ya se tardaron ¿hasta donde fueron? – pregunta su hermana.

– Fuimos hasta "El Rodas"– le contesta ella, disimulando muy bien, tengo que admitirlo.

– ahhhh... Las promociones, buena esa hermanita.

– Obvio boluda, siempre ahorrando... bien codo jajaja – Tamy deja las bolsas en la mesa y se va a la cocina.

Tengo ganas de seguirla, tengo ganas de todo... Pero no estoy en condiciones de decir nada, ni siquiera sé que carajos le podría decir, pero algo es seguro acá, y es que ella no me es indiferente ni de joda, quise negarmelo pero es imposible, Tamara sigue moviendome todo el piso.

"Y eso está mal, muy mal"

Me voy a casar dentro de unos meses, no puedo ser un hijo de put@ con una mujer que me espero tanto tiempo.

– ¿Estás bien Nahu? – pregunta mi hermano sacándome de mis pensamientos. – ... Estás pensativo.

– Sí boludo, todo bien...– Le contesto casual, intentando disimular la tensión que siento.

– Genial, te decía por qué deberías limpiarte un poco acá...– me señala esquina de mi boca–... tenés labial rojo, digo, antes de que alguien más lo noté.

La put@ madre

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