PRESENTE
Nahuel
"Es ella"
No puede ser tan hijo de put@ el pinche destino... ¿Justo ella tiene que ser la que le va a diseñar el bendito vestido a Cristal?
Pensé que no la iba a volver a ver en mi vida, también pensé que el día que eso pase no me iba a afectar... No sé, me imaginé que iba a estar fea que se yo, que se iba a teñir esos hermoso rizos rojos que me volvían loco. Pero no, la condenada tenía que estar igual o más hermosa que antes.
Vine a acompañar a Cristal porque ella insistió mucho, pero no quería, me como terrible embole con estas cosas, aun así vine. Pero cuando abro puerta quede en shock cuando la veo, ella concentrada dibujando en un papel, con una cola alta despeinada, sus rulos color sangre caían sobre una sexi camisa blanca que dejaba un escote poco prudente y asomaban unos... ¡basta! Me giré tratado de asimilar la impresión, pero no podía huir, no podía.
– Mucho gusto...– digo serio asintiendo con la cabeza. No la quiero mirar, no la quiero tocar ni nada.
– ... El gusto es mio– dice despacio.– bueno Cristal, les ofrezco café y pasamos al living así me mostras todas tus ideas.
Al parecer yo no le afecte en lo más mínimo, o quizás no me recuerde, sí al final de cuentas nunca fui nadie para ella, nada más que un loco obsesionado.
– ¡Genial Tamy! – ahora se dirije a la otra chica– El mio con edulcorante y el de Nahui sin azúcar por favor...– Por eso no me gusta salir con Cristal, es muy caradura.
– No hay problema, pero yo los preparo, siéntanse cómodos... – contesta Tamara. Se aleja a lo que debe ser la cocina con la otra chica. La observo una milésima de segundos, lleva un jeans claro ajustado... ¡Qué culo que tiene todavía!
¡Basta Nahuel! ¡Basta!
– ¿Te pasa algo amor? Tenés una cara de culo...– es tan densa a veces.
– No Cristal, es que me aburren un poco estas cosas...– No le miento en mi respuesta, aunque eso no es lo que me pasa.
– bueno te vas a tener que acostumbrar porque yo no conozco a nadie acá, mis amigas no están...
– ok, Cristal ok
Ella se queda mirando unas revistas de vestidos que hay en la mesa central y yo me pongo a jugar al Free Fire en mi celular. Al final están tardando demasiado para hacer un café.
A cabo de unos minutos, vuelven...
– Disculpen la tardanza, no me quería andar la cafetera, pero resulta que estaba mal enchufada jaja. – mmm huele a mentira.
– Jaajaja – ríe la asistente un poco exagerada me parece.
– Bueno, comencemos...– dice sentándose al lado de Cristal.
Se ponen a hablar entre ellas sobre el vestido sin prestar atención a nada más. Yo no puedo controlar mi mirada hacia ella, pero de a ratos y disimuladamente.
Tamara anota todo en una libreta muy concentrada, no puedo evitar recordar cada vez que la miraba escribir en clases, como a veces mordía el lápiz sin darse cuenta lo sexi que se veía, cuando levantaba su mirada verdosa, al darse cuenta de que yo la observaba.
"Put0s recuerdos"
– Bueno, tengo todo anotado... ¿Te molesta si al diseñar le hago algunos pequeños cambios o retoque de acuerdo a tu figura? Te prometo que no voy a cambiar cosas importantes.– le sonríe.
Ahora envidio a Cristal... ¡Mierda!
– siempre y cuando me gusten, no tengo drama, ahora... ¿Tenés vestidos que me pueda probar? – Carajo!! Sabía que iba a hacer eso, cómo no se lo advertí antes.
– Claro que sí... enseguida te muestro.
– "Yo la llevo" – se ofrece la asistente. No por favor, que no me dejen solo con Tamara.– Vos Tamy seguí con el isleño que estabas haciendo antes.
Tamara parecía estar por negarse, pero se arrepiente– Dale Caro, tráela para que me muestre los que le gusta y como le quedan, toda información sirve.
– ¡Si! – aplaude Cristal feliz, si es por ella vive probándose ropa.
Cristal y la asistente se alejan al guardarropa. Entonces nos quedamos solos y el silencio nos abruma. Yo por mi parte sigo jugando al Free aunque no logro concentrarme ni un poco. Tami anota algo en su libreta.
Entonces cierra la libreta y me mira.
– Muchas felicidades Nahuel, por tu boda– Hdp me reconoció, es una buena actriz.
– ¿Así que me reconociste? Pensé que ni te acordabas de mí– le digo con un mal tono.
– Disculpe Nahuel, si usted entra a mi local y me saluda como si no nos conociéramos siento la necesidad de hacer lo mismo, así no existe la posibilidad de provocar un malentendido.
"Usted" ¿Qué soy yo? Un viejo choto...
– ... Es que al principio no te reconocí, te veía cara conocida... hasta que me cayó el veinte de quien eras. – ¡Toma! Pelirroja soberbia.
Ella frunce el ceño y pone esa cara de enojada que tanto me gusta, digo me gustaba...
– ... Me imagino, deben haber sido un montón las pelirrojas que te cojiste después de tu fiesta de egreso... imposible acordarse. – ¿Queeee? Miro asustado para donde se fue Cristal– ... Igual no te asustes, por mi parte es bueno ver una cara conocida y me alegra que te vaya bien y seas feliz.
"Eso no sonó sincero"
Me deja estático y mudo, sin esperar repuesta se levantanta y se aleja.
¿Qué carajos acaba de pasar?
– ¡Ahhhhhh! – se escucha un grito desgarrador, es la voz de Cristal inconfundible.
Tamara pasa corriendo y yo la sigo... Llegamos a los vestidores.
– ¿Qué paso? – pregunta asustada. La asistente, que está parada a un costado revolea los ojos con cara de cansancio.
–¡No me cruza! – grita Cristal– debo estar más gorda– se larga a llorar.
Yo no me sorprendo, esto es común en Cristal cuando se compra ropa, ella es muy delgada, pero siempre trata de serlo más.
– No querida, no te asustes...– dice Tamara acercándose a Cristal – este vestido es para chicas de taza 85, o sea casi sin pechos, son los pecho los que no te cruzan, el resto sí... estás perfecta.
La expresión de Cristal cambia automáticamente por una de alivio y felicidad, es tan dramática.
– Gracias Tamy, tenés razón, yo que me asusté tanto.
– Incluso no te olvides que a esta hora de la tarde las mujeres tenemos una retención de líquidos que nos hincha, pero vos estás impecable.
"Sí que sabe hacer su trabajo"
Cristal se pone a saltar como una nena y me echa para poder probarse más vestidos. Ambos salimos al living dejando a la asistente con ganas de pegarse un tiro jajaja.
– gracias por eso... – Le digo.
– es mi trabajo...– dice parándose frente a mí– Nahuel, disculpe, necesito comprobar algo personal... – Se me acerca demasiado– ... Perdón por esto, espero no lo tome como una infidelidad de su parte. – ¿eh?
Me agarra de la remera y me tira hacia ella para estampar sus labios en los míos...
¿?¿?¿?¿?¿?
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