Pasado — Confesiones

PASADO

Tamara

– ¡No para Nacho! ¿Qué flayaste? – me saca a bailar el salame este y yo de onda me puse a bailar con él… Y flaya chape... está loco. Sin previo aviso me metió la lengua hasta la garganta. Horrible.

– eu Tamy, estás hermosa hoy, pensé que pintaba conmigo, que sé yo...– ridículo.

– chau Nacho– ni me gasto en pelear, que se curta ese gil. Me alejo de la pista y me voy donde están las chicas.

– ¿Qué onda con Nacho boluda? Vimos todo jajaja.

– no sé, flayo cualquiera que se vaya a cagar.

Me quedo tomando una birra con ellas, y mirando para todos lados ¿qué carajos estoy buscando? Más bien... A quien.

– ¿A quién buscas boluda? – me pregunta Roxi.

– A nadie, estoy aburri...

– ¡Chicas, chicas! – aparece Cami agitada– traigo pute, aprovecho que Pato se fue al baño.

–¿Qué paso? Contá tarada? – dice Luana.

– Es que estaba bailando con Patito, y él estaba preocupado... entonces le pregunte que le pasaba – Toma un respiro – me dijo que estaba preocupado por Nahuel, que no lo vio bien hoy, y que la causa sos vos– me señala.

– ¿y yo que tengo que ver?– le digo enojada.

– Dice Pato que Nahuel te espero toda la semana, una hora completa a la salida de la escuela y vos nunca fuiste – mierd@, era verdad.– ... Y también que hoy Nacho le dijo que te tenía ganas y él no le dijo nada, pero estaba mal.

– ¿y yo que culpa tengo? Aparte él estaba con la trompuda, ya se deben haber ido a chapar a alguna esquina.

– Nooo– interrumpe Roxana– ... Cuando Nacho te beso, él la dejo a la trompuda sola y se fue a la mierda.

–... estaba llorando– dice Eli... O esa ¿qué?

– anda a fijarte boluda, de última explícale bien que no querés nada con él, pero no lo trates mal... Viste que te dije que era verdad, el loco está enamorado.– Me dice Luana.

– Ok, solo porque soy buena mina, voy a averiguar que onda – digo poniéndome la campera para salir– ... Ahora vengo.

Salgo el salón y no veo a nadie. Me voy hasta la esquina y tampoco veo a nadie, sí que voy hasta la otra, y Ahí visualizo a un chico en las hamacas de la plaza de al lado. De corajuda me mando, y sí, es él.

– ¿Nahuel?

– Tamara ¿todo bien?, yo ya me iba... te dejo.– Se levanta para irse, pero lo detengo.

– ¿Todo bien?– ¡Ay dios! Tiene los ojos llorosos... Y que lindo se ve así, lo tengo que admitir.

– Sí, sí... no más necesitaba un poco de aire, chau– se quiere alejar, pero le digo.

– No me transe a Nacho, tu amigo está re loco me agarro desprevenida.– él se frena y se me acerca.

– ¿Eso cambia algo Tamara?, yo no te gusto ni te voy a gustar...– me dice con cierto grado de enojo.

– Pero estaría bueno que hablemos bien, por ahí nos hace bien... por ejemplo, yo de verdad pensé que vos solamente me agarraste de punto para joderme y era todo mentira. Ni siquiera te creí que estabas esperando todos los días a la salida boludo.

– está bien, hablemos, quizás con eso cierro etapas– se sienta en el césped, y yo me siento al lado de él– si, te espere todos los días, una hora completa… Pero no es tu culpa es la mía.

– Y si, sos tan payaso que uno nunca sabe que es verdad y que es joda.

– Jajaja ni que eso cambiará las cosas Tamara, si me hubieses creído tampoco ibas a ir.

La verdad, no sé.

– pero mínimo te hubiese aclarado el primer día, así no ibas el resto– bue eso sonó más cruel.

– es verdad...– dice con desilusión– ... Yo te amo, fue un flechazo a penas te vi por primera vez, y soy un ridículo que no sabe como tratar a las mujeres, más que rompiéndole las bolas– sonó más sincero que todos estos años.

– Jajaja por eso te apretás a todas– es verdad, aunque suene un reclamo, él me jura amor y los minutos está con otra.

– Error, yo solo me transe a otras las veces que te vi con otro... cosas de pendejo resentido, supongo– ahora que lo pienso es verdad– ¿yo te parezco lindo? ¿O me ves feo?

¡Ay dios! ¿Le miento o le digo la verdad? Ya fue, le digo la posta, total estoy un poco en pedo.

– Estás bueno boludo– me acuesto en el césped– sos re lindo, por eso le gustas a todas.

– pero a vos no...– afirma y se acuesta también, a mi lado.

– si, me gustas físicamente, pero sos muy pelotudo.

– Jajajaja– no puedo evitar admirar que tiene una sonrisa moja bombachas. De repente se pone serio– Me voy, y no creo que vaya a volver.

¿Qué dice?

– No te entiendo Nahuel.

– Me aceptaron en la universidad de córdoba, en la carrera de medicina.

– ¿Querés ser doctor? No mientas– No puedo evitar tener una sensación extraña... ¿Se va?

– jajaja para qué voy a mentir– dice resignado– ... Si hablaras más conmigo lo sabrías. En mi familia son todos médicos, mi papá, mis tías, y bueno mi mamá es enfermera. En fin la medicina me apasiona y quiero ser pediatra.– No lo puedo creer, de verdad nunca me tomé un segundo de mi vida para conocerlo.

Me giro para su lado– ¿O sea no vás a volver nunca?

Él se gira para el mío– seguramente algunas vacaciones, pero son muchos años de estudio, y es más económico instalarme allá. – lpm, me estoy sintiendo mal. – Tamara, sé que no te gusto, pero... me dejarías besarte una sola vez, ya sabes que no nos vamos a volver a ver, después de hoy.

Sonrió y muerdo mis labios, no le digo nada, me acerco yo y lo beso.

De un momento a otro me empecé a sentirme rara, mi corazón empezó a latir muy fuerte y sentía una sensación extraña en la boca del estómago.

¿Qué es esto?

El beso que era simple se estaba yendo de las manos, nos acercamos más el uno a otro y su lengua entró a explorar mi boca, al segundo siguiente la mía también exploraba la suya.

Nuestras respiraciones se agitaban y mientras Nahuel me estaba dando los mejores besos que me habían dado en la vida, termino llevando su cuerpo encima del mío.

– Perdón Tamy, pero que ricos labios– dice entre besos.

– Lo mismo digo– confieso.

Los besos se volvieron más eufóricos y yo no quería terminar, entonces siento su erección apoyada en mí, justo en mi entrada. Y lo peor de todo es que me encantaba. Nahuel empezó a moverse sobre nuestras ropas y yo estaba sintiendo sensaciones que nunca había sentido con nadie.

– Tamara, ¿me regalas una noche de despedida?– me dice agitado a más no poder.

Y yo sin pensarlo ni un segundo le respondo...– "Si"

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