PASADO
Tamara
¿Qué mierda me pasa?
Nunca había tenido estas sensaciones, jamás había sentido una excitación que se salga completamente de mi control.
Añoro esta cercanía, me late el pecho a mil por hora, me siento tan extraña que me da miedo.
Nunca pensé que me iba a gustar tanto él, y estar con él. Ahora lo tengo encima de mí, moviendo su cuerpo y el mío, al compás de mi respiración. Acelera periódicamente sus movimientos, la delicadeza del comienzo quedó en el pasado y es cada vez más brusco, eso me gusta más.
Tengo una sensación desconocida para mi cuerpo, como si algo pícara por salirse, no puedo evitar moverme junto a él, mis sentidos hablan por sí solos. Aumentamos la velocidad de nuestros cuerpos, es ahí donde me desconecto totalmente de mí y una especie de contracción placentera atraviesa todo mi ser.
Pero no termina ahí, Nahuel no termina y totalmente desconectado de la razón sigue embistiéndome eufóricamente. Yo me mareo, me embriago y a cabo de unos segundos vuelvo a llegar... se repite la misma secuencia una cuatro veces más, hasta que él logra acabar, y yo vuelvo a llegar con más intensidad.
¿Qué me pasó, por dios? No conozco bien todavía mi cuerpo, pero podría afirmar que tuve varios orgasmos seguidos. "Irónico" pasé de ser una frígida sin orgasmos a ser una multiorgásmica.
¿O es por él?
Ese razonamiento me perturba, porque desde anoche, más bien desde el piquito en la escuela siento que algo cambió con él... después de tanto tiempo él empezó a gustarme pero mucho.
Lo miro y está acostado mirándome intensamente como quien mira a su musa... no sé que hacer, me siento muy vulnerable y me asusta.
Sin decir palabra alguna, que estaban de más en aquel hermoso momento, nos quedamos dormidos...
zZzZzZzZzZzZzZz
¡La put@ madre!
Me despierto con una luz impregnando que enfoca directamente mi cara... Estoy perdida, pero el lindo rostro que tengo frente a mí me vuelve ala realidad.
Faaa si que disfrute la noche, lo admito cumplió como dijo alguna vez...
Después de unos segundos de observar cada detalle de su rostro, comenzó otra vez a sentir esa taquicardia absurda que últimamente me está atormentando y que solo él me provoca.
"Me tengo que ir"
Me siento demasiado culpable conmigo misma, no me puede estar pasando esto.
Entonces recuerdo, las chicas deben estar preocupadas, supuestamente nos quedábamos todas en casa de Roxi y yo nunca llegué, realmente me tengo que ir.
Me levanto asustada y me empiezo a vestir mientras voy encontrando mis prendas… ¡Carajo! Tiramos todo por cualquier lado...
Una vez que encontré todo y me vestí, me puse a atar mis sandalias complicadas, aun así las ato para el ojete, que queden como queden. Pero mientras estoy por terminar escucho un carraspeo, Nahuel despertó.
Lo miro y él está sentado, ya con su bóxer puesto, pero no me mira, está mirando pensativamente la ventana.
– si te llegas a arrepentir, voy a estar dos meses en mi casa, después me voy.– me dice con melancolía, yo no le respondo nada, estoy muy nerviosa, no sé qué decir.
Él agarra su riñonera y saca un anillo, se me acerca, agarra mi mano y me lo pone. Es una serpiente roja con strasss, es hermoso. Lo miro y él me mira por primera vez hoy, entonces vuelve a pasar, mi corazón se acelera y se desboca de mí. – ... Adiós mi amor– dice con su varonil voz quebrada, levanta mi barbilla con su mano y deposita en mí, un suave beso de despedida. Luego se gira y vuelve a apuntar su mirada nostálgica por la ventana.
– Adiós Nahuel...– digo sintiéndome más rara que nunca. Pero me voy, salgo de habitación sin mirar para atrás.
Me tomo un remis hacia la casa de Roxana, donde me tuve que comer que el remisero hijo de put@ fuera todo el camino haciéndose el gato conmigo, menos mal que iba sentada atrás y que el camino era corto.
Cuando llegue me escabullí cómo toda una delincuente por el patio trasero para golpear la ventana de Roxi. Para mi suerte, todas las chicas ya estaban despiertas. Entre por la ventana como una vulgar ladrona.
– Tamy boluda ¿que paso?–pregunta Luana.
– ... estábamos preocupadas tarada.– me recrimina Eli.
– ... Pero no tanto como para llamar a la policía porque Patito me dijo que de ustedes con Nahuel.– Camila no nombra y yo...
"Nahuel"
Se forma un nudo en mi garganta y sin poder contestar sus preguntas, lo que más temí pasa, me largo a llorar. Lloro desconsoladamente unos minutos y cuando logro calmarme, las chicas vuelven a sus preguntas.
– Tamy ¿qué paso?
– ¿Te hizo algo Nahuel?
– ¿o te paso algo con otra persona?
– Chicas... no sé que me pasa, me siento rara.
– Pero... ¿Qué paso con Nahuel?
– estuvimos juntos, y fue... hermoso. Listo, no lo nombren más por favor.
Las chicas acceden a no hacerme más preguntas, yo me pongo u pillada de Roxi y me acuesto a descansar.
Al final el domingo paso volando, me distraje de mis extrañas sensaciones, hicimos siesta, comimos e hicimos pijamada la noche, recién el lunes volví a mi casa.
Al principio parecía todo volver a la normalidad, pero con el paso de los días todo se ponía peor, me sentía angustiada, tenía algo que me dolía tato y no descifraba bien que era. Me empecé a encerrar a diario en mi habitación con una depresión que crecía incontrolable.
Después de una semana, Luana preocupada vino a verme...
– Colo, boluda ¿qué te pasa? Nos tenés preocupada flaca, desde el egreso estás muy extraña.
– no sé que me pasa Lu, desde que estuve con Nahuel me siento rara...
Por primera vez habló y le cuento a Luana todo lo que paso, mis absurdas taquicardias, lo que me gustó su cercanía, sus besos, los orgasmos que sentí por primera vez en mi vida, la nostalgia al saber que se iba y la despedida triste que me dio.
"No me pude sacar el anillo ni para bañarme" Siento que es mi conexión con él.
– Tamy... ¿Vos sos tarada? – ¿y a esta que le pasa? La miro incrédula. – Te enamoraste del chabon pelotuda, o lo estabas desde antes y no te diste cuenta.
¿QUE MIERDA?
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