Conversación.

Tamara

"Deos" La cara de boludo que puso... me encanta.

Estoy extasiada, tenerlo acá, escucharlo, observarlo y admirarlo, me está provocando sensaciones que creí que ya no existían para mí. Él me gusta de verdad, y no se como carajos controlarlo.

– ok, vamos...– dice serio y con cara de asustado. Jajaja lo puse entre la espada y la pared, ya que no tiene nada de malo que dos adultos vayan a comprar y charlen.

– ¡No se pierdan!– Dice mi hermana mirándome con picardía, y yo para empeorar las cosas, le guiño el ojo.

Salimos callados de la casa y yo desactivo la alarma del auto.

– ¿Queda muy lejos el kiosco?– Me pregunta sorprendido de que no vamos a ir a pie.

– Más o menos, conozco uno que siempre tiene pomos y ofertas en bebidas– él me mira incrédulo– ... Yo ahorro Nahuel, no soy una derrochadora.

– ok...– es lo único que dice y se sube del lado acompañante.

"Ni en mis sueños hubiera imaginado esta situación"

Ya estando en el auto corrieron minutos de silencio entre ambos.

– Estás cambiado Nahuel...– Le digo.

– No sé porque lo decís... – me dice mirando por la ventana.

– O sea obvio no vamos a ser los mismos, pero... Vos pareces otra persona, eras tan alegre, extrovertido y un total sinvergüenza jajaja.

Hace una mueca de costado que a penas parece una sonrisa. – No sé, calculo que madure demasiado...

– Puede ser... – Le voy a hablar ahora, porque juro que no aguanto más.– "Tengo un problema"– lo observo de costado y él me mira, trato de no perder el rumbo del camino– ... No puedo tener una pareja estable, no logro enamorarme ni empatizar sentimentalmente con alguien...– Él me mira sorprendido por lo que le estoy confesando–... ni siquiera puedo tener buen sexo, ni un puto orgasmo y...

– ¡Para, para Tami! ¿Por qué carajos me estás contando estas cosas? – mierd@, me estoy yendo de boca.

– Es que... – Suspiro muy, pero muy pesado– la última vez que sentí algo por alguien, disfrute del coito, y tuve orgasmos... fue con vos. – Confieso y él me mira muy sorprendido.

– Tamara ¿Me estás jodiendo? Hay una cámara escondida por algún lado.– dice mirando para todos lados.

– No, pavo, estoy diciendo la verdad... fui al psicólogo hace unos años, y con varias sesiones y contándole nuestra "pequeña historia", llegamos a la conclusión de que tenía que cerrar ese capítulo con vos de una vez por todas...

– ¿Qué capítulo? Tami... no entiendo nada– Va dos veces que me dice "Tamy" y yo me estoy poniendo muy cachonda.

– ... El que quedo en aire, él nunca cerré cuando te fuiste antes de tiempo, y yo descubrí tarde que tenía sentimientos por vos, ahí algo que no cerró, que mi inconsciente no supera.– Digo estacionando fuera del kiosco.

– ¿Cómo se supone que te puedo ayudar? – me pregunta con una sincera duda y preocupación... Y a mí como toda una degenerada se me pasaron diez mil cosas para que me ayude, y ninguna incluía estar vestidos.

"Lpm" esto se está poniendo más grave.

– Bajemos, compremos y después seguimos hablando...

Bajamos y nos adentramos en el almacén, mientras ambos por separados buscábamos las cosas que íbamos a comprar, estábamos perdidos en nuestros propios pensamientos.

Llegamos a la caja y era evidente que él estaba más pensativo que yo, ya que pague todo y él seguía mirando a la nada.

– Nahu– me mura – ¿Vamos?

– ¿Eh? Ah si si... Yo pago– si que está distraído.

– Ajaja ya pagué Nahuel, no hay drama, vamos... – Salinos del local con nuestras compras, las bebidas que habíamos dicho de ante mano y algunos snacks, eso por si pintaba hambre.

Ya estando otra vez en el vehículo me dice –... Hable con Pato ¿te acordás de Patricio?– Asiento mientras arranco el auto– bueno él me contó que una vez me buscaste, y que yo no quise saber...– me queda mirando esperando que yo le confirme esa versión.

– Así es, te busqué después del egreso, casi un mes después... Pato me confirmó que ya te habías ido y consiguiente, que no querías saber nada de mí.

– ¿Qué se supone que querías?– Yo apoyo mi cabeza en el asiento y giro para mirarlo. Él me está observando por suerte.

– No sé, era muy chica, me pico el amor mal jajaja– río nerviosa, – me acuerdo patente que lloraba todo el día porque tenía una put@ necesidad desesperada de verte... No más que tarde un poquito en darme cuenta lo que era.

– ... Un mes – contesta seco.

– si, un mes... si te hace sentir mejor, tarde mucho más que un mes en olvidarte.

Él hace una sonrisa notoria esta vez y se muerde los labios – Me siento medio pelotudo hablando de algo tan viejo...

– Imagínate yo, que te estoy confesando algo que paso hace mil años, y peor al parecer me dejó traumada jajaja...

Aceleró para irnos a casa. En el camino él vuelve a preguntar tarde, me alegra que se esté abriendo un poco más.

– ¿Por eso me besaste el otro día? – se me moja la cajeta de solo recordar ese pequeño beso.

– Sí, por eso, necesitaba corroborar que seguís siendo la única persona que me provoca algo...

– ¿y? – pregunta dudoso.

– y... Al parecer si– se tensa– ... Perdón por eso, fue infantil y arrebatado.

– Yo... Tamy no se como ayudarte, o sea me voy a casar. – Una lástima, pero una injusta realidad para mí.

– Lo sé, soy conciente de eso, y no quiero por nada del mundo ser un problema. – Estacionó un poco antes de mi casa.

– ¿Entonces?– Me pregunta y me mira muy intensamente, tanto que me vuela la mente.

– Creo que contándote lo que me paso aquella vez, me ayuda bastante, también confesándote que ya me gustabas desde mucho antes, pero tu personalidad arrolladora me cohibía a corresponderte, porque me hacía dudar de tu veracidad... Pero después de estar juntos, me cayó el veinte– Mierda que hoy estoy confesando de lo lindo– ... Pienso que ahora me ayudaría que me rechaces, y me digas que no te gustó, que no fue difícil borrarme de tu sistema, supongo que así voy a cerrar el capítulo.

Me acomodo para que me mire a la cara y me diga lo que necesito para borrarlo por completo de mí.

– Tamy yo... ni me acordaba que existías – le tiembla la voz, no parece ser sincero, pero aun así siento una punzada en mi pecho– ... me fui enojado si, pero duro muy poco ese enojo porque me olvide de vos muy fácil. Y ahora, sos muy bella lo admito– se me hace un nudo en la garganta–... humilde e inteligente pero... No me provocas nada.

LPMQLP

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