Aceptar la realidad.

Tamara

"Que día de mierda"

Cayeron siete pendejas que se egresan, más jodidas, imposible... Para colmo mi adorada amiga "Cristal" me lleno de WhatsApp, mostrándome fotos de aproximadamente setenta y cinco vestidos que vio en Internet y le gustaron, a los diez minutos le encontraba un defecto.

También teníamos que entregar con Caro 5 vestidos hoy, y de los cuales uno nos faltaba ultimar detalles, al final lo logramos, pero salí un poco tarde.

Cuando estoy por salir me llega un mensaje de un número desconocido. Al final mi desconocido era "Nahuel"... Mi corazón se volvió a acelerar, pero sentí una lamentable desilusión al leerlo completo. O sea ¿Por qué escribe así? Me ve cara de vieja o que sé yo, ¿Lo criaron de vuelta? No puede ser tan distinto al loco que yo conozco, me desconcierta totalmente.

A final le contesto de igual manera...

wwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww

Yo: buenas noches,, Nahuel, recién leo su mensaje... Me parece perfecto, puedo tomarme la mañana de mañana... estamos en contacto para coordinar hora y lugar... nos vemos.

wwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww

Jajaja que verg@... Me siento tan ridícula.

Se me hizo tan tarde que decido no pasar a mi casa a cambiarme e ir directo donde mi viejo... Valen y Meli me deben estar esperando, no las quiero desilusionar.

El camino fue con mucho tráfico y logró llegar por fin a mi primer hogar.

– Buenas, buenas... Llegue familia, disculpen que me atrase un poco en la boutique ¿Dónde está mi cuñada preferida? jajaja – digo mientras las escucho cuchichiar.

– jajaa Tamy, soy la única cuñada que tenés, creo jajaa– Me contesta la grosa de Mel.

Pero todo se vuelve surreal cuando giro y me encuentro con Nahuel, su mamá, y el hermano que hace añares no veo.

¿Pero qué carajos pasa acá?

– Sí boluda, sos la única cuñada– dice mi hermana abrazando a Meli de la cintura.

– ¿Qué me perdí?– pregunto estática. Mientras Nahuel y su mamá están igual que yo.

– Oh Tamy, perdón, que colgada yo siempre... Te presento a mi vieja y mis hermanos Isma y Nahu...

¿Hermano? Esto tiene que ser un chiste...

– Pero si ya nos conocemos – Dice la doña levantándose a darme un abrazo– ella es mi diseñadora preferida jajaja Le va a hacer el vestido a Cristal incluso– Ay no, no, no, que no este Cristal acá, me va a volver loca.– igual nos tenemos que presentar más formal, Yo soy Lucrecia querida.

–Hola Lucrecia, soy Tamara...– Le digo correspondiendo al abrazo de la señora que podría haber sido mi suegra... también.

– Acabamos de descubrir que se egresaron juntos con Nahuel ¿No es todo muy loco? – dice mi hermana con una alegría.

– La verdad que sí... – digo acercándome a Nahuel con la mirada fija – ¿Cómo andas Nahuel? – él se levanta y me besa en mejilla.

"Error" mi nariz alcanzo a atrapar su riquísimo olor masculino.

– ¿Bien y vos? – me pregunta haciéndose el mejor de los pelotudos.

– Bien – me alejo para saludar a su hermano – Hola Ismael, tanto tiempo...

– La verdad que sí... – dice saludándome de igual manera.

Por unos segundos un silencio incómodo nos agobió. Pero no tarde en romper el hielo...

– Bueno, me esperan que me pongo cómoda y vuelvo así charlamos y tomamos unos mates...

– Anda tranquila querida, que se nota que hoy fue un largo día...– me dice Lucrecia.

– Es que todos los años en esta época nos cuelen locas con los vestidos de egreso... pero bueno es trabajo, ¡ya vuelvo!

Corro prácticamente del lugar hacia mi vieja habitación, debo estar demacradísima, hecha pelota.

Me cambio la ropa, me saco mi jeans, mi camisa y mis zapatos de taco, por una remera verde con escote, un Jogger negro y mis zapatillas.

"Siempre tengo ropa acá por las dudas"

Luego me lavo bien la cara y las manos, también me ato en pelo en una coleta alta, y me maquilló muy leve. Sé que quede más juvenil, pero mi cuerpo necesita descanso.

Después de respirar un poco y aceptar la realidad, y es que "Nahuel" está en mi casa... Porque nuestras hermanas nos van a emparentar. Así que... ¿Por qué no disfruto de tener un rato la vista en ese morocho que siempre me puso los pelos de punta?

Agarro coraje y vuelvo a living con la visita.

– Hola hija hermosa– me saluda mi papá con un abrazo cariñoso.

– hola viejo, ¿como estas?– Lo huelo– ...con olor a humo jaja

– jajaj vos y tu olfato Tamara, estoy haciendo asadito.

– Jajaja papá, pero si las agasajadas son vegetarianas – le digo señalando a las chicas– ...

– Lo sé, por eso también estoy asando sis verduritas y unas milanes de soja.– me aclara feliz... Siempre pensando en todo el.

– Me imaginé papá.

– Bueno, les venía a avisar que todavía falta un poco para la comida.– me mira– así que te egresaste con el cuñado de tu hermana, el mundo es un pañuelo.

Me pongo nerviosa al recordar lo que hicimos después de ese egreso. Lo que daría porque alguien me vuelva a hacer sentir así.

– Así tal cual viejo...

– Claroo, yo me acuerdo de Tamara, fueron al mismo curso con Nahu toda la secundaria... – Dice Ismael y sonríe con malicia... Al parecer recordó la obsesión platónica de Nahuel conmigo.

– Mira vos, yo tengo tan mala memoria– dice mi papá mirándome, él percibe que algo pasó, lo conozco.

Al final la incómoda conversación quedo ahí, y tanto mi viejo con el papa de Nahu y las chicas se fueron al patio.

Nahuel no puede estar más callado, al parecer mi presencia lo incómodo.

Así que me acerco lo más informalmente y me siento cerca.

– ¿Hace cuanto ejerces pediatría ya?– le pregunto casual, para que parezca una conversación con cualquier excompañero.

– y... Hace 5 años, ya. Me gusta mucho– que linda es su voz madura, mucho más llamativa de la que tenía cuando estuvimos juntos.

– es bueno ejercer la profesión que nos apasiona, y no todo el mundo tiene la oportunidad. Entonces... es bueno que te hayas podido ir a estudiar lejos– Suelto una bombita.

– a mira vos, igual había facultades de medicina en universidades más cerca, que me permitieran estar más seguido en Comodoro, pero bueno no sé que habrá llevado a quererme ir lejitos.

– Capas escapabas de algo...

– Y... "Capaz"

– Cómo que no estoy entiendo muy bien la conversación que están teniendo...– dice Lucrecia.

– Yo tampoco... – Agrega Ismael.

"Mierda"

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