Rey de los duendes

Al regresar con Xelena, –narra Jack–, regresamos al poblado más cercano, donde nos recibió la posadera, creyó que no volveríamos con vida por lo que se entusiasmó demasiado al vernos llegar, en nuestro honor, mando a sacrificar varios ganados para preparar un banquete de despedida, por lo que decidimos pasar la noche en el lugar y así no hacerle un mal gesto a tan lindo acto...

A la mañana siguiente una vez ya recuperados, luego de un gran festín, tomamos nuestros nuevos hipogrifos para llegar más eficientemente a la capital, pero antes de partir, uno de los exploradores llegó con noticias, en un pueblo cercano se han estado desapareciendo las mercancías de los comerciantes en el camino, hace poco lograron capturar uno de los ladrones, el cual resultó ser un duende...

Pronto recordé que los duendes eran seres que se movían en enjambre, con una inteligencia similar a la humana pero una reproducción mayor a la humana, aunque mucho más débiles y de menor tamaño, también contaban con la característica de crear jerarquías y reinados, esto incluido a qué dentro del listado de misiones se encontraba eliminar un Rey duende, hizo que cambiáramos nuestra prioridad...

Rápidamente, cambiamos el curso hacia la ciudad indicada por los exploradores, pero decidimos escondernos en el camino para observar hacia donde se dirigían los duendes, de esta forma podríamos atacar su base y eliminar al Rey, mientras esperábamos, se escuchó una carroza que se dirigía hacia el poblado por medio del camino, cuando un relinchido de los caballos sonó por toda la zona...

Observamos un pequeño grupo de duendes intimidando al caballo mientras otros tomaban los alimentos que llevaban, se marcharon rápidamente por lo que los perseguimos a pie, hasta un pequeño campamento a la entrada de una caverna, sin dar muchas vueltas, decidimos atacar, por lo que Xelena y yo nos lanzamos contra ellos, eliminando el campamento en un abrir y cerrar de ojos...

Dentro del recuento de cadáveres no encontramos a ningún rey, solo a un cacique, no sería de suficiente poder para crear el objeto mágico, por lo que rápidamente nos deprimimos, pero de repente una lluvia de piedras cayó contra nosotros, era otro grupo de duendes y venía de dentro de la cueva, así que fuimos tras de ellos, para llevarnos la gigante sorpresa que habían edificado una ciudad debajo de la tierra...

El lugar era tan grande como Tetra, con cientos de viviendas incrustadas en las paredes, a estimaciones había cerca de 2000 duendes en el lugar, un número imposible de derrotar para nosotros 3, por lo que decidimos planear una manera eficiente de tomar la cabeza del rey sin hacer tanto alboroto, de no funcionar, un método para extinguir toda la ciudad lo más eficientemente posible...

Regresamos al poblado más cercano, donde compramos la mayor cantidad de aceite posible, el cual colocamos estratégicamente por la ciudad de los duendes, aunque queríamos evitar las bajas innecesarias pero en cuyo caso, llovería aceite por toda la ciudad para luego ser encendido y disminuir el número de enemigos rápidamente, de momento era mejor centrarnos en el plan original...

Este consiste en que Tadeus se posicionara frente al castillo del rey y eliminara a los guardias desde la distancia, mientras que Xelena y yo nos infiltraremos al castillo por la puerta trasera, yendo hacia la habitación principal, donde encontraremos al rey en sus aposentos dándole fin a su vida y creando el objeto mágico, para salir del lugar antes de que los guardias noten nuestra presencia, o así de fácil creíamos que era...

Todo iba de acuerdo al plan, hasta la parte de los aposentos de su majestad, al llegar a la habitación más grande, encontramos un montón de humanas amordazadas, con claras marcas de haber sido violadas por algo, pero los duendes eran pequeños, o eso pensamos hasta que observamos un duende de unos dos metros de altura y rechoncho, que al vernos lanzo un grito ensordecedor, alertando a toda su guardia...

Un grupo de guardias ingreso a la habitación, pero Xelena en un parpadeo los elimino, cosa que impresionó al rey, mientras dejaba salir un murmullo semi entendible, dijo algo parecido a "Sería una buena adquisición", palabras que me enfurecieron, a lo que en un blandir de mi espada le corté ambas manos de un tajo, confiado le di la espalda pero una pulsada me hizo dar un salto...

Mire al suelo y vi al rey con los brazos nuevamente, creando un agujero en el suelo del impacto, se podía regenerar, debía acertar un ataque crítico, apoyándome del techo me lancé a el rebanando su cabeza, pero al voltear un vapor emanaba de el, la cabeza comenzó a reconstruirse poco a poco, ¡¿es inmortal?! pensé, aunque lo fuese no podía dejar de intentar matarlo, ya no era por el objeto, era por las mujeres secuestradas en el lugar...

Seguí atacándolo y desmembrándolo en múltiples ocasiones, pero seguía reconstruyendo sus partes, pero empecé a observar que su cuerpo se hacía más delgado, no era inmortal, consumía su cuerpo para generar nuevas partes, pero se movió más rápido repentinamente, apareció al lado mío, logrando acertar un golpe que me mandó a volar, pero sirvió de distracción para que Xelena sacara las chicas del sitio...

Ahora sí podía luchar con todo mi poder, comencé rebanando sus brazos y piernas, mientras seguía realizando cortes múltiples, mientras él seguía regenerándose, pronto comenzó a salivar, tenía hambre, por lo que iba por el camino correcto, así que seguí atacando, hasta que llegado a un momento sus movimientos se hicieron demasiado lentos, lo había logrado, di un golpe final…

El rey había caído, y todos los duendes lo sintieron, un alarido sonó en el punto, ser sigilosos no era la opción, tenía que fabricar la parte rápido para huir, pero el cuerpo del rey se estaba desintegrando, así no podría hacer nada, todo había sido en vano, hasta que observé un par de gemas de un tono verde brillante que yacían en el piso, tenía mis dudas, pero era lo único que podía ser de rey, por lo que las tome...

Salí del castillo, dándole la señal a Tadeus para que encendiera el aceite y se retirará conmigo de la cueva, cuando salimos, nos encontramos con Xelena, había logrado salvar al grupo de mujeres, decidimos escoltarlas hasta el pueblo más cercano, para poder marcharnos tranquilos del sitio, el sol se encontraba menguando, por lo que pasaríamos la noche en el lugar, partiendo al alba hacia la capital...

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