6. Tienes que atraparlo

Hyo-jin

El joven Park es un hombre demasiado atractivo, yo sería la envidia de todas mis amigas si me casara con él, además de que disfrutaría de todo su dinero, así me daría la vida que me merezco.

- Ya sabes, esta noche debes lucir más que hermosa para que el joven Park te considere como esposa, necesitamos seguir teniendo el control sobre todo lo que poseé aquí en Seul - acato muy obediente todo lo que me dice mi padre.

- Sí, padre, haré todo lo que usted me diga.

La verdad es que ese hombre me gustó mucho, sobretodo su chequera, antes debo cerciorarme de que no exista alguna mujer en su vida, pues estoy más que dispuesta a sacarla del camino con tal de obtener lo que deseo.

Voy a mi vestidor y saco un lindo vestido de satén azul rey que llega cinco dedos arriba de la rodilla, tiene un escote discreto cuadrado y mangas largas. Lo sé, me veo adorable como siempre.

Aplico mi maquillaje ligero, para que me de un toque juvenil e inocente, a los hombres les agrada una chica inocente, aunque de inocente solo tengo la cara, he tenido mis aventuras por ahí, nada importante pues mi objetivo siempre ha sido el joven Park, pues no solo es dueño de una de las empresas más cotizadas de Corea del Sur, si no que también es heredero de sus abuelos por ser único nieto. Y yo quiero todo eso para mí, ya conseguiré yo distracción con algún americano cuando mi futuro esposo no esté.

Debe sentirse halagado que una mujer como yo quiera casarse con él, soy la soltera más deseada de toda Seul...

- Señorita Hyo-jin, su padre le manda a decir que los invitados ya han llegado.

No respondo nada, solo me levanto de mi tocador luego de aplicarme un poco de mi perfume favorito.

Al bajar las escaleras están nuestros tres invitados esperando en la sala de estar. Coloco mi mejor cara y saludo a los tres con una reverencia, mostrando una dulce sonrisa.

- Buenas noches señores Park - beso la mano del abuelo Min.

Intento hacer lo mismo con la esposa del señor Min, pero esa vieja aleja su mano, dejándome en ridículo.

- Pasemos al comedor, solo estábamos esperando a que mi dulce hija bajara - Nos dirigimos al comedor y yo quedo sentada junto a Yejun, ese traje a la medida le queda muy bien.

- Y bien! - habla mi padre - ¿Se quedarán un poco más en Seul?

- La verdad no podemos, nos iremos esta misma semana pues hay asuntos en el bufette que tenemos que atender - habla la vieja suricata.

- Es una pena, nos hubiera gustado que el joven Park y mi querida Hyo-jin se conocieran un poco más.

- Pues la verdad mi nieto puede quedarse unos días más - dice el señor Min.

- Está bien, me quedaré una semana más.

Veo a la vieja Park hacer un leve gesto de desagrado ante lo dicho por su nieto. Ya me desharé de ella cuando esté montada en mi imperio, ya la detesto y eso que no la he tratado demasiado.

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