Estando contigo

Abro mis ojos, encontrándome con el hermoso paisaje del océano bañado con los primeros rayos del Sol. La brisa de la madrugada es fría, pero eso no me importa porque estoy entre sus brazos, recibiendo su calor, tengo miedo despertar de este sueño y que sea una más de mis fantasías. Una lágrima de felicidad recorre una de mis mejillas, Yejun es el hombre al que he amado y amo desde que era una adolescente. Fui testigo de sus triunfos, de sus tristezas, lo acompañé cuando el dolor del recuerdo de la pérdida de sus padres lo acompañaba.

Aún recuerdo cuando llegó a la secundaria, era bastante delgado y reservado, bueno, aún lo sigue siendo, sigue tan reservado con muchas personas. Más con sus abuelos y yo, es todo lo contrario, de hecho, nos juega bromas terribles. Una vez me dijo que mis lentes estaban pasados de moda y los arrojó a la playa, duré una semana enojada con él, no lo quería ni ver, cuando se me pasó el enojo me los volvió a entregar. Corrí durante más de medio kilómetro detrás de él...

- Espero ser el dueño de tus pensamientos - escucho su voz ronca.

- De hecho, estoy recordando la vez que ''arrojaste'' mis lentes.

- JAJAJAJAJAJA... jamás olvidaré esa ocasión, ni en la escuela corrías y yo te hice correr.

- Eres un odioso Park, siempre te valías de mi cariño por ti.

- ¿Me quieres? - me hace subir un poco más a su cuerpo, para quedar más cerca de su boca.

- No te quiero... yo te amo! - debo parecer una bombilla roja.

Con su mano libre acuna mi mejilla y me besa en los labios.

- Mi dulce Sum, te quiero siempre a mi lado... me he hecho egoísta por tu causa.

Es un beso tranquilo, de esos que trasmiten más que palabras.

- Haré el desayuno mi preciosa joya - me dice mientras se levanta.

- Yo te ayudo!

- ¡No! Hoy soy yo quien te va a atender, tú disfruta del panorama, llama a mis suegros y a mis abuelos para darles señales de vida.

Río por su comentario, y es que ayer no avisamos que nos quedaríamos aquí. Debo organizar un fin de semana familiar en este lugar. Aún no me creo que Yejun me diera este regalo tan ¿grande?. Aunque estoy sumamente feliz y agradecida de que se haya dado a la tarea de pensar en mi amor por el mar. Me gustaría quedarme a vivir en este lugar, eso en definitiva es maravilloso porque hay días que salgo demasiado estresada del hospital.

- Dulce Sum, ya el desayuno está listo ¿quieres desayunar aquí o en la otra terraza?

- Aquí es perfecto, amor.

- Perfecto!

Vuelve a entrar a la casa y regresa después de unos minutos con una charola con varias cosas en ella.

- Hummm! Todo se ve delicioso, sí que te luciste Park.

- Quería sorprender a mi linda novia.

- Lo has logrado.

Desayunamos acompañados por el relajante sonido de las olas, nuestras risas era lo único aparte de ellas que se oía en el lugar. Por la tarde salimos a caminar por la costa, no faltó la coqueta que le guiñera un ojo, Yejun es tan atractivo, tiene un hermoso porte y una buena altura. Me siento tan contenta de ir de su mano, hasta siento que voy caminando sobre nubes.

- Yejun! - lo llamo

Se detiene y en ese acto hace que yo también frene.

- ¿Hummm? - se posiciona frente a mí y toma mi rostro en sus mejillas - ¿Ocurre algo amor?

- Me gustaría que pudiéramos venir un fin de semana con tus abuelos y mis padres a la casa de la playa.

- Me parece maravillosa idea, compartir como familia es excelente, por supuesto que sí.

- ¿Puede ser el próximo fin de semana?

- Correcto... - se queda un momento en silencio - tendríamos que invitar a Hyo-jin ¿no te molesta?

- Traeremos a Dan, quien quita y ese par ligan.

- Eso sería bueno, así Dan ya no andaría detrás de tus huesitos que ahora son solo míos.

Me da un beso de pico y yo río por su comentario.

- No sabía que eras así de posesivo.

- De hecho no lo era, pero no quiero que nadie más anhele estar contigo, eres mía, estando contigo me doy cuenta que te quiero solo para mí.

Después del paseo regresamos a la casa, allí nos volvimos a entregar a la pasión, y esta vez lo disfruté mucho más. Creo que me declaro fan de hacer el amor con Yejun, que es todo un maestro del placer.

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