capitulo 3

Leonardo y yo subimos a una camioneta y Amanda en otra aparte, emprendimos camino a nuestro destino, fue un camino muy largo, de difícil acceso más de lo que recordaba y nos detuvieron una vez 

La única vez que nos detuvieron fue al llegar al portón que aísla el camino a la propiedad, este tiene la inicial de nuestro apellido y hay hombres armados vigilando 

Después de todo por fin llegamos a nuestro destino, aquí estoy de nuevo frente a la casa donde crecí y creció mi familia, Leonardo baja del carro, pero yo aún lo dudo

— vas a bajar o no - me pregunta Leonardo al ver que no he bajado aún 

— sí, solo me perdí por un momento - dije bajando del carro

Amanda también bajo del carro en el que venía y se paró aún lado de nosotros también observando la casa 

— es hermosa y muy bien ubicada - dice Leonardo 

— tienes razón y la casa es grande - menciona Amanda y por primera vez estos dos se ponen de acuerdo en algo

— vamos a entrar o van a seguir mirando una simple casa - digo sin más y camino hacia la entrada de la casa

Leonardo y Amanda me siguen, al llegar a la entrada, tocó la puerta un par de veces y abre supongo yo que es el ama de llaves, antes era una señora diferente, ahora al parecer ya no está 

— buenas a quien buscaba señor - me dice la mujer de la tercera edad

—soy Massimo King

—uu-usted es el hijo de mis patrones- menciona la mujer tartamudeando como si hubiera visto un fantasma

— ese mismo, veo que le han hablado de mí

— sí, sí, adelante, pase, pase - me dice jalándome del brazo hacia dentro de la casa —mis patrones van a estar felices de que usted se encuentre aquí - menciona una vez que cerró la puerta

— umju, dónde se encuentran ellos en este momento

— ellos están en la terraza, casi toda la familia está ahí 

— quienes están ahí - pregunto para saber con quién tengo que lidiar

— bueno, están sus padres, la joven Leonor, el joven Alejandro, el joven Vicenzo, nada más joven

— dónde están mis otros dos hermanos - pregunto ya que se me hace raro que mis padres no los hayan reunido a todos para darme la bienvenida 

— la pequeña victoria, ella se fue a casa de su tío Adriano ayer y se va a quedar todo el fin de semana vuelve el domingo y el joven Derek, nunca se sabe dónde está y que está haciendo 

— ya veo, bueno, pues, andando - le menciono a Amanda y a Leonardo, los dos caminan a tras de mí como si fuéramos a una guerrera y yo soy su escudo

El ama de llaves es la que nos va guiando para ir a la terraza y yo voy tras de ella y es que en cierto punto yo también estoy como Leonardo y Amanda

El ama de llaves abre las puertas corredizas, sale a la terraza, dejando la puerta abierta para que pasemos nosotros, Leonardo me empuja para que siga caminando

— y si mejor nos vamos, la verdad me conformo con lo que digan ellos y ya - murmuró y Leonardo me pega y me vuelve a empujar. Respiró hondo, suelto el aire y me dispongo a salir a la terraza

hay una mesa donde mis padres y mis hermanos que se encontraban almorzando alzan la vista y me observan

Mi madre es la única que parece estar feliz con mi regreso, ella limpia la comisura de sus labios con un pequeño trapo, se levanta, deja el trapo en la mesa y corre hacia mí fundiéndonos en un abrazo

— te extrañé tanto mi pequeño, tanto tiempo sin verte ya hasta empezaba a olvidar esos ojitos color café - dijo mi madre en medio del abrazo 

— también te extrañe madre, sabes que eres todo para mí - deje un beso en su frente y nos separamos 

— ven, toma asiento, acompáñanos a almorzar apenas y empezamos

— no vengo solo, Leonardo, Amanda salgan por favor - menciono y ellos salen a la terraza, Leonardo hace una pequeña reverencia y Amanda saluda con una mano

— tomen asiento, los amigos de nuestro hijo son bienvenidos - menciona mi padre viéndonos fijamente

Pasamos a sentarnos en los lugares desocupados, mis hermanos estaban sentados por dónde se les dio su gana, mis padres estaban sentados en las cabeceras de la mesa, mientras que Leonor al lado derecho de mi padre, Alejandro estaba a una silla de Leonor y Vicenzo del lado derecho de mi madre 

Tome asiento aún lado de Vicenzo, Amanda se sentó a lado mío, mientras que Leonardo se sentó en medio de los gemelos y pude notar su incomodidad

Entraron varias muchachas y colocaron nuestro almuerzo frente a nosotros y empezamos a comer, nadie hablaba y solo se escuchaba el ruido de los cubiertos chocando con los platos

— y tu amiga que está muy buena, como se llama - menciona Alejandro viendo fijamente a Amanda ni disimula un poco, se la está comiendo con la mirada

—ella es Amanda y es mi prometida - menciono dando un golpe en la mesa para llamar su atención, todos se me quedan viendo sorprendidos 

— estás por casarte, entonces - menciona mi padre tranquilamente

— sí, estamos por casarnos, bueno todavía no tenemos fecha, pero Massimo ya me pidió que nos casáramos- interrumpe Amanda y le muestra el anillo a mi padre

— Massimo no pensabas decirnos que te ibas a casar- ignora mi padre a Amanda

— no se preocupe, yo no iba a dejar que Massimo no se atreviera a invitarlos - vuelve a meterse Amanda y la cara de mi padre no es buena, así que tomo la decisión de levantarme, tomar a Amanda de la mano y llevarla de nuevo dentro de la casa

— Massimo que te sucede me estás lastimando, suéltame - me pide Amanda y la suelto, creo que sí me excedí con mi fuerza 

— ahora mismo volveremos a salir a la terraza y te quedarás callada, aquí no es lo mismo que en Londres, entiendes- le digo Amanda casi gritándole

— primero dejas de gritarme porque no soy una cualquiera, soy tu prometida y segunda no veo nada de malo querer hablar con mi suegro - me explica ella igual casi gritándome

— modera el tono con el que me hablas, las cosas aquí son diferentes, en Londres te permito lo que sea, pero aquí no, no puedes venir e interrumpir la plática con mi padre, te espero afuera - le digo y salgo de nuevo a la terraza ante las miradas de todos vuelvo a tomar asiento, mi madre se levanta y entra a la casa 

— en que estábamos - pregunto acomodándome en la silla

— que te vas a casar y no pensabas invitarnos - menciona mi hermana Leonor

— me voy a casar y será por el civil, por eso no invite a nadie, solo vamos a ir Amanda, los testigos y yo a qué nos case el juez

— cuando te casaras con esa mujer 

— aún no le he pensado, dentro de algunos meses, tal vez - le explicó a mi hermana

— estás seguro de que amas a esa mujer, mira que yo te puedo hacer el favor para mí no sería problema, si esa mujer está como quiere - menciona Alejandro y solo me hace quererle cerrar esa boca a madrazos 

— mira puto de mierda, Amanda es mi prometida y pronto será mi esposa, así que deja de decir pendejadas o si no, se me olvidará que eres mi hermano y te partiré la cara, entendiste - doy un golpe seco a la mesa 

— Massimo - reprende mi padre, ya que según él, es el único que puede alzar la voz porque es su casa 

— podemos ir a lo que vine, necesito volver a Londres lo antes posible

— entonces vayamos arriba, ahí hablaremos los cuatro a gusto - menciona mi padre y se levanta dejando el pequeño trapo en la mesa, todos también nos levantamos y también dejamos el pequeño trapo en la mesa

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