capitulo 10

— como saben siempre apoyo a bolita, pero en este caso, creo que no es tan grave lo que hizo vicenzo, hasta creo que fue algo bueno - menciona Leonor y todos quedamos sorprendidos

— qué cosas dices - le dice Alejandro dejando caer el tenedor en el plato y viéndola con cara de confusión 

— sí, porque bebió en compañía de Massimo y su amigo, yo me preocuparía si no lo hubiera hecho con el porqué estaría corriendo peligro 

— lo mismo dije yo, pero al parecer eso nadie lo ve, además bueno mejor no digo nada todo lo que haga o diga de igual manera don Máximo lo verá mal, aprovechando que ya estoy siendo juzgado por mis malas de decisiones - dije asiendo comillas con mis dedos — Vicenzo trabajará conmigo en la organización - finalice y tome la cuchara para después llevar una porción de comida a la boca

— qué tonterías estás diciendo Massimo a mi niño no lo metas en esto, aún es muy chico - Vicenzo no dijo nada, solo estaba ahí sentado seriamente mientras movía su lengua dentro de su boca tocando las paredes interiores de esta 

— no son tonterías madre, Vicenzo hablo conmigo y acordamos que él trabajaría conmigo solo para mí, seguirá órdenes mías solamente así no comete errores, además ya no es un niño - justifique, la verdad Vicenzo y yo ni hablamos mucho del tema, pero sé que tanto él quiere trabajar en la organización por eso lo decidí por mí mismo, sé que él será un buen aliado

— yo opino...

— tú cállate, podrás opinar en muchas cosas, pero está vez no, las decisiones que yo tomé respecto quien trabajara para mí no te incumben - silencie a Alejandro que ya me está hartando y se está convirtiendo en un dolor de huevos

— Massimo, creo que Alejandro iba a decir lo mismo que yo y al igual que tu madre no estamos de acuerdo en que Vicenzo trabaje en la organización, no por ahora, así que me niego a que mi hijo trabaje para ti - menciona mi padre y hace que Vicenzo hablé 

— pues yo no estoy de acuerdo, es mi vida y son mis decisiones, no las tuyas, ni las tuyas, ni las tuyas - dijo señalando a papá, a mamá y a Alejandro 

— Vicenzo creo que ellos tienen razón, aún no estás en edad para trabajar con Massimo y él lo sabe muy bien, no es algo sencillo como lo imaginas - intervino Leonor, pero solo hizo que una chispa se encendiera dentro de Vicenzo 

— Leonor, tu opinión no cuenta para mí, sigues siendo una niña mimada que solo vive del dinero de papá, no quieres ni hacerte cargo de la empresa con el imbécil de Alejandro, no opines entonces, yo si quiero trabajar y ser alguien en esta vida - sentenció y Leonor se quedó callada con una cara de indignada por lo que le había dicho Vicenzo, voltee a ver a Vicenzo y bajo la mesa con mi mano le hice un ademán para que se calmara 

— bien si la opinión de tu hermana no cuenta para ti, entonces la mía si, como tu padre, te prohíbo que trabajes en la organización, no hasta que tengas la mayoría de edad. Sí, es tu vida y todo, pero eres mi hijo y mientras vivas en esta casa seguirás mis reglas al pie de la letra - sentencia mi padre, Vicenzo se levanta e intenta irse 

— Fermare - detente- le dije en italiano y él se detuvo — Siediti - toma asiento - le ordené con firmeza señalando su lugar, Vicenzo se giró en su eje y tomo asiento 

— amor - escuché decir a Amanda mientras me sujetaba del brazo, voltee a verla y no dijo más 

— don Máximo le importaría no meterse en las decisiones respecto a mi organización - le dije a mi padre tranquilamente

— se te olvida que esa organización que llamas tuya, yo la funde 

— no se me olvida, pero ahora me pertenece y toda decisión respecto a ella es mi responsabilidad, no tuya

— perfecto, pero en este caso se trata de uno de mis hijos que quieres que haga, vive bajo mi techo, así que tiene que seguir indicaciones

— bien, entonces me voy de la casa, si es la única manera en que no tenga que hacer caso a tus estúpidas reglas que así sea - sentencia Vicenzo y yo al igual que todos estamos sorprendidos por qué ni Derek o yo nos hubiéramos atrevido a hablarle así al capo de capos como conocen a mi papá, eso me dice que Vicenzo no es cualquiera y me demuestra que tiene los huevos bien puestos 

— Ti voglio nel mio ufficio, ora - te quiero en mi oficina, ahora - dijo mi padre retirándose del comedor y sumamente enojado, Vicenzo se levantó tras de él e igual de enojado

Intente ir detrás de ellos, igual yo era el culpable de todo esto, pero Amanda me sostuvo del brazo y me impidió ir, al igual que mi madre que me dijo que ellos tenían que hablar a solas 

Creo que empezamos con el pie equivocado el día de hoy. Decidimos ir a la sala a esperar que ellos terminarán de hablar 

Narrador

Mientras la familia esperaba en la sala, en el despacho del padre de familia había una discusión entre padre e hijo

— qué demonios te ocurre, solo un día lleva aquí tu hermano y ya te ha cambiado, crees que porque él está aquí puedes hablarme como se te dé la gana, estás muy equivocado 

— te hablo como se me da la gana, no porque alguien más influya en mí, si te hablé así fue por qué yo quise, mi hermano no tuvo nada que ver 

— pues déjame decirte que tú forma de hablarme me está colmando la paciencia, así que ve hablándome con respeto, porque sé que eres mi hijo y tu madre y yo los hemos criado de manera sana, sin violencia, pero está vez no habrá excepción, como dijo tu hermano Alejandro: es mejor corregir a qué te comportes como te dé la gana 

— vas a golpearme por expresarme libremente, eso sí que no lo esperaba, de igual manera no cambiara nada, mi decisión está tomada, me iré de la casa, quieras o no, la verdad me importa poco lo que digas 

— si tu decisión es esa adelante por mí vete, solo te pido que pienses en tu madre, no creo que seas malagradecido, ella se preocupa por ti al igual que yo 

— esa es su obligación como madre al igual que la tuya como padre, preocuparse por sus hijos, nada de lo que diga ella o tú me hará cambiar mi decisión 

— está bien, si cambias de opinión sabes que está es tu casa y si necesitas algo sabes dónde encontrarme - dictaminó Máximo y salió del despacho dejando a su hijo solo en el lugar 

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