Capítulo 3.

- No me afecta abuelo, simplemente me da igual y dejo a Hilarie que juegue lo que quiera -

- No me vas a negar pequeña traviesa que tuviste algo que ver con él -

- No lo diga de esa forma, no soy tan libertina como Hilarie -

- Dayanna mi niña, quiero que te cases con alguien que tú ames de verdad, quiero que estés con una persona que te haga sentir feliz -

- Algun día lo encontraré abuelo -

Después de dar un recorrido con su abuelo, Dayanna regresó a su habitación en el palacio, se quitó la chaqueta y la corbata. Cuando estaba desabrochando su camisa unos abrazos la tomaron por detrás. Esa persona colocó su rostro en el cuello de esa mujer.

- Damián, ¿Que haces aquí? -

- Sentiste mi presencia y aún así entraste, no me apartes de ti por favor, quiero estar contigo Dayanna, tomé un baño de rosas ya no huelo a Hilarie - Dayana giró su cuerpo quedando frente a Damián, quien estaba completamente desnudo trayendo puesto una bata nada más, dejando a la vista su encantador torso y su rostro hermoso hambriento. El estaba haciendo todo lo posible para seducirla.

- Damián, Damián, con solo volver a verme y tenerme así de cerca te pones así - Ella pasaba sus dedos arriba de los labios de ese hombre, abajo ya se sentía un bulto.

- Me vuelves loco - Damián beso su mano y colocó su rostro en ella.

- Hazme tuyo su alteza - Dayanna perdió el control y lo sujeto fuertemente del rostro y lo beso apasionadamente, el beso comenzó de una manera intensa, introdujo su lengua y comenzaba a saborearlo completamente. Tiraba de su labio y él hacía leves gemidos.

Él la cargo y la puso contra la pared así, repegando más su cuerpo, mientras su apasionado beso seguía, ella comenzó a bajar sus manos hasta llegar a su parte baja y la apretó levemente, ese hombre estaba duro y volvió a gemir.

- Joder, eres tan sensible -

- Usted me pone así su alteza - Ella comenzó a masajear su parte baja y el gruñía pero ninguno se separaba del beso. Damián con sus manos recorría el cuerpo de Dayanna y cada vez se excitaba más, estaba obsesionado con el cuerpo de esa mujer ya que tenía todo lo que le gustaba, un busto mediano, un trasero grande, redondo y firme, una cintura tan pequeña y su abdomen extremadamente marcado lo volvía loco.

Al caminar directo a la cama Damián quedó debajo de ella, ella se sentó encima de él y dijo:

- Tu lo pediste - desabrochó su camisa de un jalón y comenzó a recorrer el cuerpo de ese hombre con puros besos. Pasó desde sus labios hasta su cuello dejando una leve marca y siguió hasta recorrer su pecho y mordiéndolo poco a quito.

- Ahh\~ Dayanna\~ - ella comenzó a bajar pasando por su abdomen y no dejó de besarlo, ese hombre estaba extremadamente caliente, sentía que era su mejor momento. Dayanna bajo hasta su parte baja y lo tomó, sus manos estaban frías y eso hacía que él se contrajera, con sus manos comenzó a frotarlo, arriba y abajo cada uno de sus movimientos eran suaves y después agresivos hasta que él se vino.

- Tu decidiste entrar por tu cuenta Damián y tú sabes que la noche es corta para mi - La sonrisa llena de lujuría de Dayanna aterraba a Damián.

A la mañana siguiente.

Ese hombre estaba lleno de chupetes por todo el cuerpo. Dayanna quien estaba desnuda se colocó una bata y se levantó de la cama, pero se quedó observándolo fijamente.

- [ Damián Bedford, el hombre que toda mujer noble quiere. Hermoso, alto, tiene un buen cuerpo, tu parte bajo no está nada mal es grande y es fácil de manejar, tus ojos son bellos, ya veo porque eres el estandard entre los nobles, sin embargo no eres mi tipo y jamás te vi con un ínteres amoroso, a comparación de mi hermana que siempre hace lo que quiere yo escojo con cuidado lo que comeré y de una manera sutil. Espero que esta sea la ultima vez que hagamos eso, saboree todo pero se que encontrare a alguien mejor que no se deje caer por el encanto de seducción de Hilarie ] - Dayanna se iba a ir cuando depronto él tomó su mano.

- No me dejes -

- No seas ambicioso, ya serás el futuro consorte real y madre del imperio, no me digas que quieres ser el famoso Archiduque también -

- Dayanna, podemos estar juntos y… -

- Te has confundido Damián, desde el inicio te dije que esto solo era deseo sexual y nada más, no hay amor entre nosotros y no te tomaré como amante, la emperatriz consideró tu matrimonio con la princesa heredera, si te preocupa que Hilarie no te dé el título de consorte real no te preocupes, tú madre jamás permitiría que fueras un concubino -

- Dayanna por Dios, pídele a la emperatriz mi mano mejor, por favor deja que yo sea tu esposo y el archiduque, déjame ser quien duerma contigo todos los días -

- En unos días me iré a la guerra Damián y no sé si regresare, tú mejor lugar es con Hilarie, descansa lo que tengas que descansar, ya estuviste mucho tiempo fuera de casa, el carruaje real te llevara de regreso a tu casa - Dayanna dejó atrás a ese hombre y salió de la habitación en una bata, fue directo a otra habitación donde se lavó y vistió de una manera más casual y tranquila.

Dayanna no vivía en la capital si no en el norte del imperio pero debía ir a la capital a reportar lo que sucedida en el Este, ha estado fuera del norte durante mucho tiempo. Al salir de la habitación debía ir a la comida que sería nomas entre la familia imperial, pero se encontró con Hilarie en el camino.

- Dayanna - Esa mujer la veía fijamente con ojos llenos de furia.

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