Capítulo 4.

- Dayanna -

- Hilarie no quiero pelear -

- Dayanna como te atreves -

- ¡Ja!, ¿tu hablas de atrevimiento? , dime hasta donde has llegado para conseguirlo, por lo que sé tuviste que rogarle para que cayera en tus encantos. ¿Creíste que por irme no sabría lo que pasaría con Damián y me iba a sorprender? - Hilarie se quedó callada.

- ¡ JA JA JA! , Dios Hilarie, ¿creíste que yo iba a enojarme porque te quedaste con el?, hermana, hermana, usa tu cabeza por primera vez, usa tu estupido cerebro, eres la princesa heredera de este imperio que la abuela a forjado con Sangre y sudor, nuestros padres Hilarie murieron en el deber, nuestro odio es grande hermana pero aún así te serviré mientras la abuela viva y voy a cuidar este imperio que ella tanto ama y cuida con su propia vida. Hilarie tienes 20 años por Dios, quédate con Damián, Gózalo si quieres, dale todo lo que quieras pero si realmente te gusta, no te metas conmigo Hilarie y yo no me meteré contigo, Damián fue a mi habitación anoche a buscarme, me iré en estos días al Este a luchar si vivo o muero depende de mi suerte y mi fuerza pero cuida bien de nuestros abuelos, a pesar que tú y yo nos odiemos, ellos son nuestra única familia en este mundo - Dayanna comenzó a caminar y Hilarie se quedó en completamente en silencio, apretaba su puño de coraje, pero dijo algo.

- ¿El té gusta? -

- Hilarie la abuela siempre nos enseñó, que siempre debemos respetar a los hombres y no ser mujeres sin vergüenza, no lo amo, tampoco me interesa en lo más mínimo, quédatelo y disfrútalo, ¿Sabes porque la abuela se enojo?, la duquesa Bedford es una sanguijuela, buena suerte hermana mía, no hagamos esperar a nuestros abuelos - Dayanna camino y Hilarie se fue en camino contrario directo a la habitación donde estaba Damián.

Ella irrumpió en la habitación, él estaba de pie abrochando su camisa, ella al verle la marca en el cuello y en el pecho enfureció y caminó hacia él.

- Su alteza - Lo tomó del cuello de la camisa y lo arrojó a la cama, él cayó y no sabía porque actuaba así.

- ¿Fue buena la noche con mi hermana? - Damián sintió sudor frío, no esperaba ser atrapado por ella.

- Bien, veamos - Tomó sus manos y las posicionó arriba de su cabeza, hizo presión al agarre, era imposible soltarle. Hilarie comenzó a besarlo apasionadamente, él peleaba pero ella se aferraba más a él, ella introdujo su lengua y siguió presionando en su parte baja, después ella mordió su labio inferior así ocasionando una leve herida en el labio de Damián.

- ahh alteza - Su quejido de dolor hacia volverla loca, pero vio las marcas de Dayanna y las mordió fuertemente así dejando sus propias marcas. Al final lo soltó.

- Te perdonaré por esta vez Damián, que jamás se vuelva a repetir, tú dejaste que te tomara, mi hermana no te quiere, le dije que podías ser libre y me dijo que no te quería, serás mi Consorte real - Hilarie salió de la habitación azotando la puerta dejando a ese hombre dentro de la habitación.

- Aghs, Dayanna todo se acabó… no importa que pase jamás encontrarás alguien mejor que yo y que te entienda a la perfección -

Hilarie iba caminando hasta donde estaban todos reunidos.

- Mi niña hermosa, no hemos empezado porque te estábamos esperando, apresúrate a comer -

- Si abuelo - Hilarie estaba contenta porque su abuelo la estaba esperando.

La comida era familiar ya que no sabían si podrían volver a ver a su querida nieta Dayanna, la armada del reino Ruby era fatal y sanguinaria, sabían que si dadá la ocasión si llegase atrapar a Dayanna, ella se quitaría la vida.

- Mi niña procura llevar siempre este anillo - Era un anillo hermoso, grande de zafiro que le dio el Consorte real.

- Hilarie, apartir de ahora tú carga será más mi niña, tú abuela y yo decidimos que tengas esto, un collar de oro puro, está bendecido y siempre te protegerá, te guiará por el buen camino -

- Mis queridas nietas sean siempre felices y siempre cuando no sepan que hacer no se den la espalda, si no por favor ayúdense mutuamente - La Emperatriz tomó la mano de ambas mujeres y ella sonrieron.

- Partire en unos días, les prometo que será rápido y esperen mis buenas noticias -

La comida concluyó y cada quien regresó a sus deberes, Damián fue mandado de regreso al ducado. Hilarie se enfocó en el estudio ya que tenía muchos pendientes que hacer.

En la noche

La emperatriz estaba en el balcón observando la luna y las estrellas, estaba perdida en sus pensamientos que no escuchó la voz de su esposo.

- Cariño es tarde, y no tenemos 20 años -

- Jajaja Amor, me siento con corazón de 20 como en los viejos tiempos -

- Dime querida, que te tiene así -

- Aunque Dayanna fuera una diosa o un demonio en la guerra, no puedo evitar preocuparme que irá a pelear, Edward, esa bebita que cargue en mis brazos y desde que la vi supe que la iba amar, Danielle me imploró en su lecho de muerte que la cuidara y se lo juré, fue mi promesa de oro, ¿Que tal si ella muere?, le habré fallado a Danielle -

- No querida, Danielle está muy orgullosa desde el cielo viendo como has criado a su hija, Nuestro hijo Benjamin encontró una hermosa mujer, que también amo a Hilarie y la protegió como su verdadera madre. Quizás yo sé que la distancia entre nuestras nietas se debe a que no saben la historia completa pero espero que algún día cuando lo sepan, desaparezca ese odio y esa línea entre ellas. Danielle y Benjamin cuidarán de nuestra pequeña - Edward abrazaba fuertemente a su esposa.

- Hilarie me preocupa, la decisión de querer casarse con Damián no fue por amor si no por posesión, tiene una fuerte competencia con Dayanna y jamás en su formación hicimos diferencias, siempre fue igual, no se qué pasa por la cabeza de mi nieta, pero si ella se sigue aferrando a querer casarse con Damián lo aceptaré -

- Asi mi amor, deja que nuestras nietas resuelvan esos problemas, nosotros solo debemos guiarlas pero las decisiones las toman ellas no nosotros. -

- Te amo cariño -

- Yo más mi amor -

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