Capítulo 8.

Pasaron unas horas y todo en el palacio estaba raro, Hilarie se sentía mal, y la emperatriz estaba ansiosa al igual que él Consorte real. Llegó una carta que la delegación de la archiduquesa y decía que estaban en camino.

- Mi niña estás en camino, pero que es lo que siento -

En ese momento Hilarie entró.

- Abuela, ¿Todo esta bien? -

- puedo ver que tú también lo sientes, así que tienes corazón, tú Hermana llegará pronto en unos días -

- Entonces no hay nada de que preocuparse -

Unos días después

La delegación llegó y la emperatriz junto al consorte llegaron para recibirla, después llegó Hilarie y Damián. Durante los 11 meses de ausencia Hilarie y Damián solo se comprometieron pero debido a la guerra no pudieron festejar el compromiso.

La emperatriz estaba sonrieron pero cuando vio como entraron sintió como si su mundo colapsara.

Al frente iba Ranger y nada más le colgaba la espada que usaba Dayanna. Ese día llovía, y todos los soldados tenían la mirada hacia el suelo, ninguno podía ver a la emperatriz y eso fue que ella se diera cuenta de la verdad. Jessica bajó del caballo y la emperatriz corrió hacia ella.

- Jessica… mi niña.. mi niña - Jessica no podía verla a los ojos así que evadía su mirada.

- JESSICA MI NIETA DONDE ESTÁ - La Emperatriz le apretó y se aferró a ella.

- En la guerra su alteza mató a la princesa Lasha, después llegó el príncipe demonio el AS del reino Ruby, logró matarlo por medio del poder divino, quedó muy agitada, después nos encontramos en el campamento un ataque que mandó el rey de Ruby, mandó a secuestrarla, ella en su último aliento nos empujó y cabalgó a Ranger, después cuando seguimos las pistas, los hombres la habían acorralado en un ancantilado… y ella… ella.. saltó su majestad al mar… ella no sabe nadar, dijo el hombre que capturamos que que ella le dijo “prefirió morir antes de ser capturada…” LLEGAMOS TARDE SU MAJESTAD NO MERECEMOS VIVIR - Todos se arrodillaron.

- Mi niña… mi niña.. AHHHHH .. - La Emperatriz y el consorte real comenzaron a llorar, Hilarie se quedó en shock y Damian se desmayó. Jamás se llegó a pensar que Dayanna hubiera muerto.

La emperatriz se desmayó y rápido todo mundo se preocupó por ellos y la llevaron a la habitación, rápidamente el médico imperial llegó y le recomendó reposo total.

En la habitación de la princesa heredera estaba Damián, recostado en la cama, ya había sido revisado por el médico imperial así que solo era estrés.

- Té sorprendiste tanto por la muerte de mi hermana - Ella beso su frente.

- [Dayanna Tu no puedes estar muerta hermana, como puedo desquitar mi odio con un muerto]- colocó su brazo en la cabeza.

-

La emperatriz no podía creerlo, sin un cuerpo no podía creer que su nieta había muerto, ella se aferraba a su esposo y lloraba, el lloraba en silencio por su pequeña.

Hilarie solo estaba bebiendo, no sentía dolor alguno, estaba sentada en el balcón con una botella de vino. Su mirada estaba perdida y no sabía que hacer, sabía que sus abuelos sufrirían mucho por ella al igual que los nobles, Hilarie siempre sintió que trataban a su hermana como la verdadera heredera y ella solo era un juguete que Dayanna controlaría.

- Si realmente moriste mis abuelos sufrirán pero que más da, todos debemos superar la muerte de alguna manera - Ella seguía bebiendo.

- Su alteza - Damian se a despertado y solo traía una manta que cubría su espalda.

- Represa a la cama Damián, todavía no te has recuperado - Hilarie puso su capa en él, pero, podía ver sus ojos llorosos y eso la hacía enfurecer.

Hilarie Taylor la princesa heredera y una de las más hermosa del imperio, su cuerpo es demasiado seductor y su mirada penetrante es sexy, tiene una personalidad dura pero a la vez coqueta, ningún hombre se puede resistir a sus encantos, ella tenía amoríos con varios hombres antes de Damián, tenía una lista de amantes nobles que era secreto porque aún así ella protegía su honor, vivía su vida llena de locura y libertad porque la emperatriz le otorgó su permiso.

Su rostro delicado y hermoso, su mirada encantadora, tenía una figura muy bien marcada, un busto grande y unas caderas anchas, un trasero redondo. Ella usaba trajes y vestidos pero siempre de una manera que dejara ver su encantador rostro seductor, por eso Damián cayó en su trampa, lo sedujo y no se pudo resistir.

- [ Damián no le importas a mi hermana, durante estos meses le enviaste cartas en secreto, ninguna de ellas respondió, aún así sufres por su muerte, no sé si me gustas o simplemente es porque ella te dio un poco de atención ] -

- Su alteza, ¿Dormirá conmigo esta noche? -

- ¿Quieres que duerma contigo? - Hilarie comenzó a besar su rostro.

- No quiero dormir sólo -

- No te preocuoes cariño, me quedare contigo así que vuelve a dormir, se aproxima su cumple años así que haremos un festejo enorme, después de casarnos el abuelo será tu maestro para que aprendas a cómo llevar el imperio - Él solo asintio y se volvió a recostar, cerro sus ojos y pensó.

- [De verdad moriste Dayanna, si es así por favor déjame verte en mis sueños ] - Damián estaba enamorado de Dayanna pero cayó en el encanto de Hilarie y no pudo escapar de sus garras, pero piensa que Dayanna siempre lo llevaba en su corazón y jamás existirá un hombre en el imperio más hermoso que él.

-

La emperatriz y el consorte real estaba en el balcón observando la hermosa luna llena, era tan resplandeciente que iluminaba toda la habitación.

- Danielle, Benjamin, si mi niña se fue con ustedes por favor cuídenla por siempre y si ella está viva cuídenla y que regrese a casa - ella no podía dejar de llorar, ambos estaban destrozados.

- Edward.. cariño… no hay que anunciar la noticia, sin un cuerpo no podemos dar por hecho su muerte, digamos que la archiduquesa desapareció en su deber y esperamos que regrese pronto -

- Esta bien mi amor, lo que tú digas se hará - él le dio un beso en la frente y la abrazó con mucha fuerza.

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