Capitulo 11

Los días pasaban, ya eran unos meses, Génesis había dejado esa vida atrás, estaba la cien con Santiago, con su trabajo, pero sufría las consecuencias de solo ser la que le quitará las ganas, aunque no quería que Santi le pidiera algo más, para todos era una mujer de todos, no digna para novia o esposa.

La madre de Génesis no se cansaba de repetir para lo que servía, cuando estaba con Santiago frente a ella, era otra, no decía cosas malas de ella, decía los supuestos consejos que le daba, toda una doble cara.

¿Como le decía Génesis todas las cosas que en realidad pasaban? Jamás le creería, donde pasaba las noches de fiestas, la buscaba.

_Como estás Génesis._

_ No es su problema._

_¿Por qué no aceptas que te gustó, podemos ser una familia._

_¿Está loco? Usted me quitó lo más preciado, las ganas de vivir, mi adolescencia, hizo que mi propia madre jamás me creyera, déjeme en paz._

Sus pasos eran apresurados, como decía ese hombre tal estupidez, hizo las cosas sin pensar, sin preguntar o saber su opinión.

No quería salir más, pasó todo el día en su cama, hasta llegar la noche, decidió salir y olvidar un poco, el alcohol era su amigo en ese momento, hasta sentir una presencia.

_¿Sales sola?_

Era ese hombre, que ella amaba a morir, que moría por tener por el resto de su vida, olvidar todo el pasado y formar una familia.

_No tengo quien me saque, quien me dé amor._

Un beso en el cuello recibió de Santiago, el alcohol en su cuerpo ya la tenía hablando con el corazón, hablando de cosas que tal vez no podría llegar a tener.

_Eso puede cambiar, ya te lo dije, podemos empezar algo serio._

Esas palabras sonaban muy linda para Génesis, pero no sabía si él aceptaría de verdad, que todos lo criticaran por estar con ella, sentía miedo a dar ese paso.

_Estamos bien así, santi._

_¿Estamos o estás tú?_

_¿no puedo ofrecerte nada, me creerías su te digo que no quise esta vida?_

Una risita salió de él, creía que ella se inventaba cosas para hacerse ver mal.

_Oye, no digas esas cosas, no me importa nada de tu vida, solo quiero estar contigo._

Beso, sus labios y tocaba su cuerpo, no le importaba el lugar donde estaban, solo deseaba tenerla y ya.

_¿No me crees?_

Génesis sentía tanta rabia y decepción, ¿por qué nadie le creía? ¿Como podía inventar algo así?

_Génesis llevas una vida de libertinaje, si así fuera, te doliera hacerlo..._

_Ya no me digas nada, no me busques más, no puedo estar con alguien que recuerda mi vida pasada siempre y ni siquiera cree lo que le digo._

_¿Acaso no es así? Acepta lo que eres, para qué lo haces, si no lo reconocerás..._

_Soy Una calienta cama, que también calienta tu cama, no es necesario que me lo digas cómo lo hace mi madre._

Cada palabra salía con un dolor profundo, aunque estaban bajo el efecto del alcohol, igual eran palabras que salían del corazón y dolían como puñaladas, que mejor manera de ver lo que realmente eres para quienes amas?.

Sin esperar más palabras qué terminarán de romper su corazón, salió de ese lugar, sus lágrimas salían sin cesar, no podía esperar nada de él, ya sabía lo que era y nadie lo cambiaría, siempre la señalarían como tal, santiago no la pudo detener, pero llamaba a su teléfono, sin parar, no se rendiría hasta que le contestará.

Amar y no ser correspondido, eso dolía más que cualquier cosa, ser juzgada por quién más amas, eso era sentir sal en una herida que ni siquiera tenía tiempo de cicatrizar

¿Sus pensamientos volaron a ese momento donde quiso atentar contra su vida, pensó que se había salvado por qué le venían cosas mejores, pero fue ella quien escogió tener una vida de dolor, una vida de decisiones tras otras, que no eran las correctas, para que arrepentirse? ¿Que ganaba con eso? Ya esa era su vida y no podía cambiar nada, aunque le doliera, aunque no fuera la correcta, eso era ella, una mujer con mucha experiencia en la cama.

Su cama era su más fiel confidente, de muchas aventuras, su almohada, sabía a quién su dueña daba amor, sabía cuánto lloraba por quien tenía su corazón, sabía todos los tipos de hombre que había, pero siempre era él, el único que podía erizar su piel con solo hablarle, el dueño de todo ella.

📲_ Ya deja de llamarme..._

📲_ Perdoname, no quise decirte eso, lo hice por rabia, por celos, de saber que alguien más te tocó._

📲_ No me interesan tus disculpas, siempre haces lo mismo._

📲_ Te juro que no lo volveré hacer, ábreme por favor._

Un silencio se escuchó al fondo, colgó la llamada y se acercó a la puerta, ¿por qué era tan tonta? No podía perdonar eso, pero era tan tonta, estaba tan enamorada, era tan sumisa a él, que no podía dejar de hacerlo, sentía miedo al perderlo y la solución, era pasarle todas las cosas, las ofensas, los insultos, las veces que la juzgaba.

Abrió y ahí estaba él con una sonrisa.

_¿Me perdonas?_

Ella asintió y entraron, Santiago logro que ella olvidara todo, haciéndole el amor, como a ella le gustaba y donde algo cambio, no usaron protección, eso cambiará todo, eso lograría que las cosas dieran un giro en sus vidas.

_El fin de semana celebramos, tu cumple y de una el mío, ya hablé con los chicos._

Esas palabras fueron muy bonitas, no olvido su cumpleaños, eso le llenaba de mucha esperanza, alegría, emoción, la inocencia contra un manipulador, sabía cómo entrar en su mente, hacer que olvidará todo, abrazarlo y disfrutar de su calor.

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