Capitulo 3

Unos meses después, la vida de Génesis era una película de terror, no salía casi, ya no veía a Santiago, siempre sacaba una excusa, no le contó a nadie lo que le pasó, no por que no quisiera, a Lucía le decía que no tenía permitido salir, se sentía cada vez más débil de mente, amaba a ese chico, recordaba ese beso, pero también ese día de terror y los siguientes desde ese día.

Flash

_Ni sé te ocurra decir algo o se lo haré a tu hermano, calladita te ven más bonita._

Subía su pantalón, mientras decía esas palabras sin ningún tipo de remordimiento, sin ningún temor a nada, el corazón de Génesis latía fuerte, dolía, aunque no más que su cuerpo, que su alma.

Fin del flash

_Los odio, odio mi vida, por qué me pasa a mi Dios, por qué yo, por qué no puedo ser feliz, que hice tan malo._

Sus ojos estaban llenos de lágrimas, sus manos se estrujaba la una con la otra, acostada, Lloraba y lloraba al darse cuenta de lo cruel que era la vida con ella, no sabía por qué le pasaba a ella, no comprendía por qué no pudo vivir una adolescencia tranquila, feliz, rodeada de sus amigos, de su amor, su gran amor, ese que ya no podía ver como antes.

Génesis

Solo deseé un poco de felicidad, crecer como muchos, vivir, tener un futuro mejor, imaginé una adolescencia tranquila, llena de buenos recuerdos, de buenas decisiones, pero jamás imaginé que mi vida cambiará así tan drásticamente.

No me importa mucho las riquezas, desearía más, una madre que su prioridad, sean sus hijos, que cuidarlos le importara más.

Decidir sufrir, cada vez más, solo por salvar a mi hermano de una desgracia, de ser marcado, de quitarle su sonrisa, prácticamente dar mi felicidad a otro.

La sonrisa de génesis, ya no estaba, aunque salía y seguía compartiendo con todos, ya no era lo mismo.

_¿Qué pasa nena? ¿Por qué no tratas más a Santiago?_

_Ya les dije, mi madre me lo prohibió, si no le hago caso, me bota de la casa._

¿Camino apresurada a casa, odiaba tener que mentir, odiaba no tener el valor de decir la verdad, su habitación era el único refugio donde podía sacar su dolor, donde se veía a un pequeño espejo y se decía, se preguntaba, que sería de su vida? ¿Dónde terminaría todo?

_Génesis, ve por un pan._

Seco sus lágrimas, se arregló como pudo y salió.

_Sabes que, voy yo, no llegarás hoy, quédate con tu hermano._

Esas palabras la asustaron, aunque no estaba su padrastro, sentía que podía llegar en cualquier momento y dañarla nuevamente.

_Gene, jugaré un rato._

¿El chico de 8 años salió corriendo, sentía pánico, veía a todos lados, como podía vivir alguien así? Asustada, con temor, quería encerrarse en su habitación, pero debía estar pendiente de su hermano.

_Que haces ahí._

Su cuerpo se llenó de temor, pedía a gritos que si hermano volviera, quiso salir y buscar a su hermano, pero sus brazos la agarraron.

_¿Dónde vas? Sé que quieres, vamos._

Nuevamente, esa pesadilla, ya no solo era una violación, era un pervertido, quería tenerla como mujer.

_Ya déjeme por favor, no me haga más daño._

Sus súplicas eran desgarradoras, ella no quería seguir así, se arrepentía tanto de no decir nada, tal vez solo la había chantajeado con su hermano.

_No te hago daño, solo nos hacemos felices, podemos lograr una familia feliz._

¿Sentada sobre sus talones, lloraba de impotencia, de dolor, deseaba que todo fuera un sueño y despertar era su deseo, con una navaja en mano y su muñeca lista para ser cortada, su cabeza solo reproducía esa escena y las siguientes, Santiago nunca la amaría así, si se enteraba, no la trataría más, sentiría lástima por ella, que tenía en su vida para seguir luchando? Sin pensar más corto sus venas, y cerró sus ojos, no podía diferenciar su dolor, no sabía que le dolía más, de lo único que estaba segura, era que el dolor era capaz de no matarla, pero esa sensación de no tener vida, la hacía descansar un poco, sin saber dónde iría su alma, solo quería olvidar todo, jamás ver y pensar en nada de lo que ha vivido, salir y sentir que la juzgaban, miedo a la vida.

_¿Donde está Génesis? La dejé cuidando a Carlos y no está._

_No ha salido de su habitación._

Sin una pisca de sentimiento, remordimiento, como un buen padrastro, la mujer molesta, tocaba la puerta duro, empezaba a ver a Génesis molesta.

_Génesis, sal de esa habitación._

Pudo abrir la puerta, verla así.

_¿¿Génesis??_

Su madre la vio sentada y con un pozo de sangre al lado.

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