¡Buscan el Cetro!

Luego de cambiarse, Kabáh salió para reunirse con Muyal

Muyal- Al parecer el campamento de bandidos se sitúa a unos doscientos metros de aquí entre unas cuevas 

Kabáh- Perfecto, iremos en grupos pequeños para rodearlo y atacarlos de sorpresa.

Muyal- ¿Partiremos mañana señor? me imagino que estará cansado… ¿quiere que le envíe comida para usted y la joven que me imagino será su futura concubina?  

Kabáh- Iremos ahora, ellos no esperarán que ataquemos y en cuanto a Alitzel… enviale sus alimentos a su tienda…

Muyal- Si su majestad (haciendo una reverencia) Me retiro 

Soldado 1- (Siguiendo a Muyal) ¿Entonces esa chica es la nueva concubina?

Muyal- El Emperador no lo negó, quiere decir que sí. Envía alguien que le sirva a la joven, me imagino que el emperador la nombrará en cuanto lleguemos 

Soldado 1- ¡Sí señor! 

Varios grupos de soldados salieron en busca de los bandidos mientras que Alitzel terminaba de bañarse 

Empleada 1- (Hablando fuera de la tienda de Alitzel) ¿Señora? ¿disculpe? ¿puedo pasar?

Alitzel- (Extrañada) Sí… pasa

Empleada 1- (Entrando con comida, hace una reverencia) Le traigo su cena mi señora

Alitzel- ¿Disculpa? no comprendo, en un momento voy a la tienda de comida y ¿por qué me hablas tan formal? 

Empleada 1- (Acomodando la comida en una mesita) El Emperador mandó a que la sirvieramos como la futura concubina 

Alitzel- (Sorprendida y molesta) ¡¿Qué?! ¡¿eso dijo ese…?!

Empleada 1- Sí señora, le dejó sus alimentos, si requiere algo no dude en decirme (haciendo una reverencia) me retiro 

Toda la noche, Alitzel se la pasó caminando de un lado a otro de su tienda, no entendía cómo es que Kabáh la había nombrado concubina sin consultarla. 

Alitzel- (Preocupada) Si eso fuera una órden… no podría rechazarlo 

Cuando el sol apenas salía por las montañas regresaron los soldados con varios bandidos encadenados, mientras los demás salían de sus tiendas 

Kabáh- (Dirigiéndose a Muyal) Quiero que adaptes una carreta para transportar a los bandidos (viendo a una empleada) diles a los que sirven que atiendan a los soldados y que nos den de comer

Todos se dispersaron y atendieron las órdenes de su Emperador, excepto Alitzel que al escuchar de la llegada de Kabáh no se atrevía a salir de su tienda. 

Alitzel- (Viendo a Kabáh desde su tienda) No quiero ser la concubina… no quiero dejar a mi amado Imosh (molesta) no seré tu concubina ¡jamás! 

El regreso de la caravana estaba siendo un poco más pesado ya que se había creado una carreta de celda para los bandidos y ahora varios se tenían que rolar para caminar o poder subirse a las otras carretas. Alitzel se le había asignado la carreta del emperador por lo que ella se sentía al igual que los bandidos: atrapada  

Kabáh- (Entrando a la carreta) ¿No piensas hablarme todavía? 

Alitzel- (Con cara molesta desvía la mirada) …

Kabáh- Te dije que fué un malentendido el qué piensen que eres mi concubina, al llegar a palacio diré la verdad

Alitzel- (Enojada) ¿Por qué si es un mal entendido me tienen en tu carreta? ¿por qué tengo una joven para servirme? ¡¿Por qué me besaste?! 

Kabáh- (Sonriendo) Bueno, almenos ya me hablaste… Ali lamento el haberte besado, sé que eso te molestó demasiado, pero lo que te dije es verdad… No quiero verte con otro ya que me gustas

Alitzel- (Sorprendida) ¡Su majestad! ¡Yo amo a Imosh! ¡Usted tiene a la Reina y Emperatriz! (triste) no la lastime…

Kabáh- (Triste) No lo haré… es por eso que no te tomaré como concubina y llegando a palacio aclararé todo (tomando la mano de Alitzel) solo quédate a mi lado este viaje 

Alitzel- No puedo su majestad, sería faltarle al respeto a Imosh y faltarle al respeto a usted fingiendole una atención que no siento 

Kabáh- Entonces seré un poco egoísta… En nombre de las atenciones como emperador que he tenido hacia tí. Si no te quedas a mi lado en este viaje, llegando al palacio no aclararé nada y serás mi concubina. Si te quedas, llegando al palacio haré de cuenta que no te conozco salvo como otra empleada  

Con seriedad, Kabáh señaló la entrada de la carreta y miró a Alitzel. No importaba que decidiera, al final ella saldría perdiendo. 

Con mirada triste, Alitzel se levantó y se sentó en unas cobijas que estaban en un rincón. Kabáh sonrió melancólico y se sentó a su lado quedándose esa noche juntos.

Alitzel- (Caminando por el campamento, ve a unas Empleadas llevando comida) ¿Les ayudo? 

Empleada 1- ¡No señora! son para los prisioneros 

Alitzel- (Incómoda) Mi nombre es Alitzel…. ¿Prisioneros? (tomando una cacerola) les ayudo, yo vine para ayudar, no para pasear y por favor dejen de decir que soy algo del Emperador…

Con las sobras de comida llegaron a la carreta de los prisioneros y con ayuda de los soldados comenzaron a repartir. Alitzel intentaba no ver a los bandidos hasta que en una esquina de la carreta vió a un joven de escasos 17 años

Alitzel- (Tomando un tazón) Pequeño toma

Zazil- (Mirándola con odio, toma el tazón) ¿debería darte las gracias?  

Alitzel- (Triste) No…

Zazil- (Viendo el tazón) ¿el perro no lo quiso? (arrojando la comida a Alitzel) ¡Comansela ustedes perros del Imperio! 

Soldado- (Molesto levanta una lanza e intenta pegarle a Zazil) ¡Maldito!

Alitzel- (Deteniendolo) ¡NO! ¡Fue un accidente! choque con la carreta y me cayó encima 

El soldado bajó la lanza y vió despectivo a Zazil 

Alitzel- (Tomando otro tazón) Toma, no lo tires porque no te darán más 

Confundida, Alitzel se alejó de la carreta mientras se limpiaba el rostro

Empleada 1- ¿Está bien señora?

Alitzel- Sí… oye esos bandidos ¿qué harán con ellos?

Empleada 2- Lo más seguro es que los cuelguen  

Alitzel- Pero ese niño… 

Empleada 1- Es un bandido señora 

Luego de ese día, Alitzel le daba de comer a Zazil a pesar de sus malos tratos y por las noches en la carreta de Kabáh meditaba con respecto a lo que había pasado en ese viaje.

Alitzel- (En la carreta con Kabáh) Su majestad durante el viaje y los altercados con los bandidos noté algo…

Kabáh- Dime…

Alitzel- Los bandidos no han herido a nadie señor, siempre crean disturbios para que la gente corra y desde que salimos de palacio jamás pelearon directamente, cada que llegábamos ellos corrían, como si nos quisieran alejar cada vez más… 

Kabáh- (Comprendiendo) ¿Querían sacarnos del palacio?

Alitzel- Si señor… perdón, pero ¿hay algo en el palacio que ellos quieran?  

Kabáh- (Recordando preocupado) ¡El cetro! 

Alitzel- ¿Cetro su majestad?

Kabáh- (Preocupado, se levanta) ¡Vamos Ali! 

Rápidamente Kabáh salió de la carreta y montó su caballo llevando a Alitzel con él

Muyal- (Confundido) ¿Su majestad?

Kabáh- (Dando una vuelta con su caballo) ¡El cetro está en peligro! ¡Me adelantaré con Ali! ¡Tengan cuidado! 

Cabalgando rápidamente Kabáh y Alitzel salieron en camino al palacio. Por las noches Kabáh intentaba buscar una posada para quedarse y temprano en la mañana seguían con su viaje. 

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