Cap. 15, Eres un descarado!

Tatiana Jodchenkova.

El día que conocí a Viktor sentí que conocí el amor de mi vida, no sé si ustedes han sentido eso alguna vez, sentir que la persona es la adecuada.

Y que me hiciera caso fue ¡Dios!, Lo que explotó en mí, cómo el maíz para hacer palomitas.

El día que salimos por primera vez, yo tenía 17 años, el solo 19 o casi 20, me llevo a conocer algo de la ciudad, mi papá estaba comenzando a tratar a mi tío Nikolai después de tanto tiempo.

Bueno, en fin, quien iba a imaginar que Viktor y yo nos gustamos, que moríamos por estar juntos, que el estar en casa con todos, nuestros padres, hermanos era una tortura, ya que teníamos que disimular demasiado para que nadie lo notará.

Ese día me llevo a un restaurante, mi primo tenía la llave de otra de las propiedades, después de la cena fuimos allí, comenzamos a besarnos, sentía que la ropa me estorbaba, que mi cuerpo ardía por ser tocado, era mi primera vez; sin embargo, así me sentía.

Me hizo el amor, con tanta delicadeza, con amor, o por lo menos así lo sentí yo.

Ese día para mí fue el más especial, sentía que Viktor y yo íbamos a estar juntos para siempre, sin importar qué.

Nos tuvimos que ir a casa, ya que Alexandre se daría cuenta de que nos estábamos tardando mucho, él es muy celoso conmigo, me cuida como si yo fuera de cristal, si se llegaba a enterar de eso lo iba a decepcionar sin ninguna duda.

Durante esas vacaciones la pasamos muy bien, él me trataba como a su princesa, los demás no lo notaban, ya que somos primos, yo soy muy delicada, y pensaron que solo me trataba como a una reina por no tener una hermana.

El día que nos íbamos a ir de Moscú de vuelta a la Kazán, escuché la conversación más horrible, una que destrozó mi corazón.

Viktor estaba hablando con uno de sus amigos, ya ni recuerdo cómo es que se llama el idiota ese.

—Hermano, esa chiquilla está enamorada de ti, cómo le vas a hacer, sabes que si le llega a decir a su papá, tu papá se va a molestar mucho.

—No te preocupes, ella nunca va a saber, muy posible, nunca más nos volvamos a ver—Decía así sin una pizca de remordimiento, cuando me había prometido, Villas y castillos, sentí que mi corazón se destrozó.

Tuve que disimular mucho el dolor y la rabia delante de mis padres, mi hermano si lo notó, pero lo supe manejar, volvimos a casa, y cambie, ya a mi edad no quería hacer lo que muchas niñas, amigas hacían, mis padres se preocuparon mucho, después mi papá murió, ese fue otro golpe que tuve que soportar, dos hombres, que para mí eran mi mundo se fueron.

Un buen día que salí de la universidad, había pasado, un año más o menos un poco más, vi a una señora en la calle, me dijo un montón de cosas que eran ciertas, conversamos mucho, ella me aconsejaba.

Una tarde, la señora se había convertido en una especie de amiga paga mi, así que me dijo algo que no dude ni un poco en hacer, tanta era la rabia y la decepción.

Llame a Viktor, necesitaba verlo para poder lograr lo que tanto quería.

Me había mentalizado en qué Viktor debe pagar su burla hacia mí, aprovecharía, también, para que fuera solo mío.

Inventé un viaje de la universidad para poder viajar sin que Alex se diera cuánta, ya que es demasiado protector, y como estos últimos tiempos me había retraído tanto, debido a los acontecimientos que ya les conté.

Logré verme con él, en el hotel, nos quedamos toda la noche juntos, él me trató con mucho amor, al parecer es un caballero con todas las mujeres, yo tontamente creí que era solo conmigo. Me da rabia solo recordar.

Le dije que debíamos usar protección, ya que estaba en mis días fértiles, obviamente él no quería embarazarme y no puso ningún pretexto.

Desecho el preservativo usado en la papelera del baño, el cual aproveche para guardarlo en mi cartera, justo era lo que necesitaba, su esencia.

No me considero una persona mala por haber hecho lo que hice, no saben el placer que me da saber que Viktor solo puede estar conmigo.

Cuando me enteré de que se iba a casar, morí del coraje, porque tenía que ser yo quien estuviera con él, no ninguna otra, pero mi alivio, mi consuelo es que ella no podrá disfrutarlo nunca.

Estúpida Svetlana, no sé quién demonios se cree, tratarme así.

Mi amiga, la señora, que me hizo el trabajo con Viktor, murió hace unos años, ahora no sé cómo revertir lo que hice, a veces quiero hacerlo, pero me siento tan atada a él que no quiero alejarme, lo quiero para mí, lo quiero conmigo.

.

. Nos fuimos a vivir en otra casa, más pequeña solo seremos nosotros dos, Viktor no quiere que lo deje solo, dice que tiene miedo a que lo deje, ya sabe que estaremos juntos solo por lo que le sucedió.

Lo que mi mamá me dijo me está rondando en la cabeza, ¿Será que Tatiana si fue capaz de hacer algo tan feo solo para tener a un hombre?, Y no cualquier hombre, es su primo, después de todo.

¿Que siente Viktor por ella?, ¿Tendrá sentimientos hacia ella?

Como saber todas estás cosas, si no las conversamos, bueno, otro día le tocó ese tema, necesito saber en qué estoy metida con ella.

Supongo que Tatiana le dijo a Alexandre que la eche del hospital.

Mañana me toca viajar otra vez, estaré fuera con Alex otra vez, y no sé qué hacer, quiero estar con él, siento que mi cuerpo me lo exige.

Oksana tiene razón, nadie sabe que Viktor me es infiel, cuando se descubra mi amorío con Alex, seré yo quien quede mal, cómo la mala del cuento.

Viktor mando traer las cosas de la casa, y la maleta que tengo en el hotel donde me quedé ese día.

—Svetlana, ven a dormir conmigo, no estoy acostumbrado a hacerlo solo.

—Es mejor que cada quien duerma en su habitación, debemos comenzar a separar relaciones afectivas, si es que existen.

—Como vas a decir que no existen, cariño, yo te amo, no te imaginas cuánto.

—Supongo que si, cuando estás con. …

—Ya no sigas, amor, ya te expliqué por qué estoy con ella.

—¿La quieres?, ¿qué sientes por ella?

—Nunca he sentido nada por ella—así de descarado me lo dice.

—¡Eres un descarado!— me molestó—No entiendo por qué tiene que hablar así.

—tú no sabes nada, ella siempre, me buscó, me provocó, desde el día que nos conocimos, yo era un jovencito amor, tenía las hormonas alborotadas. Entiende. —No, no entiendo, no te quiero entender, no te das cuenta de que ella pudo haberte hecho algo feo, para que no puedas estar con alguien más.

—No empieces, yo no creo en esas cosas.

—muy bien, vete a tu habitación, mañana tengo que levantarme temprano, buenas noches—Abro la puerta para que salga, me mira con resignación y se va.

Que no piense que por lo que sucedió, por su negligencia, voy a seguir con el como si nada.

Quiero escribirle a Alex, pero me doy cuenta de que no tengo su número telefónico registrado.

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