Capitulo 9. El masaje.

--Okey. No hay problema había dicho la doctora. Lucio arrimó su silla de ruedas a la camilla.

_ Puedes ayudarme ? - dijo.

Angélica temblando en forma extraña contestó.

_ Claro - Tomó al hombre por los hombros pero el solo, hizo el esfuerzo para sentarse en la camilla.

Luego comenzó a sacarse la camisa. Angélica apartó la mirada, buscó la crema y se puso los guantes.

_ Creo que no tengo nada contagioso. ¿Puedes sacarte los guantes, por favor? -

Ella no contestó. Parecía cohibida. Marchó hacia el baño y la escuchó lavarse las manos. El suspiró profundamente. Necesitaba que ella le toque. La escuchó decir desde el baño:

_ Empezaremos por la espalda. Allí generalmente se juntan todos las terminaciones nerviosas que producen molestias. -

Lucio se tendió boca abajo en la camilla. Estaba excitado de manera extraña y expectante. Apenas ella llegó junto a él, la miró deseando en su mente desvestirla y soñando anticipadamente con la caricia de sus manos.

Angélica empezó el masaje en forma profesional pero los ojos grises la perforaban.

_ Cierre los ojos y relájese - dijo.

El hizo lo que le indicaba y su mente comenzó a imaginarla de mil maneras sexuales con él, en la cama.

_ Recuerdo tus manos en cada parte de mí cuerpo - dijo roncanente.

_ Creo que eso no puede ser...usted estaba en coma..y yo solo le masajeaba piernas y brazos. - contestó temblorosa mientras sus manos apretaban con movimientos circulares sus hombros.

_ Lucio creía que explotaría de placer. Su masculinidad apretada por la camilla comenzó a latir y agrandarse.

_ Puedes bajar el yoguin?. Tengo un calambre en una nalga -- dijo despacio.

_ No hay problema - dijo ella. Su voz estaba distinta. Parecía un poco temblorosa. Pero bajó parte de sus pantalones y su boxer.

Luego la vió con el rabillo del ojo ponerse más crema en las manos y acercarse a él. Comenzó el masaje más erótico que Lucio alguna vez había sentido. Las manos de Angélica en su trasero eran la delicia total. Ella trabajaba profesionalmente pero el sentía que podía llegar a terminar sobre la camilla.

Justo cuando estaba al límite, Angélica bajo más sus pantalones y comenzó a trabajar sus piernas.

_ El se estremecía abruptamente y le dijo :

_ Suficiente. Gracias "Angie".

Angélica lo soltó y se apartó como si quemara.

_ Perdón. Mis manos aún están frías y ..

Lucio se sentó en la camilla. Su excitación era evidente. Los ojos de Angélica fueron justo a ese lugar y de inmediato apartó la vista.

_ Lo siento - dijo él.-- Es algo que no pude evitar -

_ Entiendo - dijo ella. --Lo dejo vestirse señor. Perdone si le moleste con el masaje, yo ...

_ No me molestaste. Al contrario, es lo mejor que he sentido en estos días. Mí padre me dijo que estás embarazada. No quiero que te canses.

_ Le dijo ? _ ella parecía confundida - El embarazo no me causa problemas gracias a Dios. Todo está bien.- dijo ensayando una timida sonrisa.

El intentaba ponerse la camisa con dificultad.

_ ¿Me ayudas ? - dijo.

Ella se volvió a acercar a su lado. Mientras le prendía la camisa , muy cerca suyo, él volvió a excitarse.

_¡ Angi. ! -

_ ¿Si ? - dijo ella. Estaba muy cohibida y avergonzada como una niña escuchando esa voz ronca hablarle con un diminutivo de su nombre.

_ Gracias - dijo él. Y se agachó y la beso.

El beso fue en su mejilla pero extemecio todo el cuerpo de Angélica. Estaba húmeda de deseos. Sus hormonas otra vez habían enloquecido.

_ Puedo tocar tu panza - dijo él y la miraba intensamente.

_ Señor yo...

_ Llámame Lucio- dijo. ¿Puedo Angi ?

_ Creo que no es correcto Lucio. - contestó. Y luego sin más, se fue de su habitación.

Angélica caminó como una sonámbula hasta su recámara. Se encerró , hecho llave a la puerta y se recostó en su cama.

Temblaba. Sus bragas estaban húmedas de deseo por ese hombre. El estaba demasiado cariñoso con ella. Seguramente era gratitud por su trabajo pero esto estaba movilizando todo su interior. Comenzó a llorar desconsolada.

Tenía que apartarse de esa casa porque está atracción la haría sufrir. Y su sufrimiento anterior bastaba. Le faltaba unos pocos meses para parir y el poco dinero que tenía debía bastar para alquilar aunque más no fuera una pieza en cualquier lugar.

Regresaría al hospital Meridional y esperaría el alumbramiento lejos de esa gente. Con ellos tuvo en ese tiempo la ilusión de familia. Pero eso era solo una ilusión. Una creación de su mente agotada por tantas pérdidas y desgracias. Ese hombre estaba excitado porque hacía mucho tiempo que no tenía mujer a su lado. Eso era todo. Gratitud y necesidad física.

Era el momento de abandonar su cuento de hadas y volver a la realidad de su vida.

En eso estaban sus afiebradas cavilaciones cuando sintió golpes en su puerta. Se secó con las manos el rostro húmedo de lágrimas. Temblando aún fue a abrir. El señor Alejandro en persona estaba allí, mirándola intensamente.

_ Dra, necesito hablar con usted. Puede acompañarme a mí escritorio - dijo serio.

_ Claro señor- dijo Angélica.

Siguió al empresario a su despacho y ambos se sentaron frente a frente.

_ Angélica , usted ha salvado a mí hijo. Todo lo que ha hecho, masajes, música , lectura, lo han vuelto a la vida. Le debo el regreso de mí único hijo. Y eso nunca podré pagarlo.-

_ Señor, solo he realizado mí trabajo y lo hice más que científicamente de forma intuitiva. No debe agradecerme. Me ha pagado muy bien y no tiene idea de lo que me ha ayudado esto. - dijo.

_ Lo sé Angélica - dijo tuteandola por primera vez. - Suelo informarme de mis empleados aunque tú, ya eres parte de mí familia. Quiero que sepas que lo que debes en el Hospital Meridional ya está cancelado. Se por Paula que piensas irte. Te ruego con mí corazón de padre en la mano , que te quedes con nosotros. Paula te ama, mí hijo te ama y yo también te amo como una hija. -

_ Señor yo ...--dijo Angélica Harrison mientras las lágrimas inundaban sus mejillas .

_ Lo sé. Estás embarazada. Te cuidaremos. Mí hijo debe sanar sus heridas. Luego volver a operarse del pie derecho. Nunca más podrá correr en auto. Por favor, Angélica. Necesito tu ayuda, no quiero que Lucio caiga en depresión. Por favor- repitió.

_ Está bien, señor. Ayudaré a Lucio, perdón, al señor Lucio en este trance. Pero quiero que reduzca mí salario , que me pague lo que cobraba en el Hospital.

_ Gracias Hija. ¿Puedo darte un abrazo ? - dijo.

_ Claro señor - y Angélica sintió en el abrazo poderoso del señor Alejandro Horvar, igual sensación que sentía con los abrazos de su padre fallecido.

No sabía porque motivo pero realmente sentía que había recuperado su familia. Aunque todo sea aún , un hermoso sueño del que tendría que despertar un día. 💙

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Comments

Elia Barreta

Elia Barreta

Gracias Autora, estoy fascinada con tu hermosa novela. Dios te bendiga siempre 🙏. Felicitaciones.

2024-04-13

34

Paulina Gabriela Pérez Castillo

Paulina Gabriela Pérez Castillo

ohh si señores contacto piel con piel 😈😁 así se empieza jajajaja 🙈

2024-05-08

1

Mafercita Feijoo

Mafercita Feijoo

ya deberían decirle la verdad sobre el niño.... quizás así deje de pensar q es un sueño... y quiera más a ese bebe

2024-04-25

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