Capitulo 20. La pizza y el baño.

Angélica estaba feliz. Después del choque emocional que significó el susto de la enfermedad de Lu, arribar a su nuevo barrio bordeado de lapachos amarillos , en un departamento ya amueblado y fundamentalmente cerca de la Casa de reposo Renacer donde trabajaría , fue un regalo inmenso que Rubí y su esposo gestionaron para ella.

Mientras desarmaba las cajas y ordenaba los ambientes, Stefan y Lu, decidieron preparar pizzas en su nueva cocina.

Stefan era un amor de hombre. Salió con su hijo a comprar lo necesario y luego ambos se pusieron a elaborar la masa para la preparación. Lu estaba feliz. Se habían llenado de harina con el tío Stefan que jugaba y trabajaba con el niño con una paciencia de santo.

Angelica le consiguió un delantal de flores y Stefan se lo colocó sin problemas causando la risa del pequeño. Estiraban la masa cuando el timbre sonó insistente. Ambos llenos de harina en el rostro fueron a abrir y se encontraron con Lucio Horvar parado en el umbral.

_¡Papito ! _ dijo el Niño que corrió a sus brazos y le ensució también con harina.

_ ¡Angélica querida ! Ha venido el padre de Lu. - dijo Stefan muy sonriente.

Se limpió en el delantal la mano y le pasó como saludo a Lucio que lo miraba serio.

_ Está bien. - contestó Angélica pero no salió ni siquiera a saludar a la visita.

Lucio levantó a su hijo en brazos y empezó a recorrer con mirada crítica el departamento. Lo primero que vió al entrar al dormitorio fue el hermoso trasero de Angélica vestido con un minusculo Short , inclinado arreglando las sábanas de una cama matrimonial .

_ Hola Angie. - dijo - mirándola fijamente.

_ Hola. Tienes que avisar. !...

_ Que debo avisar Querida ? - y recalcó esa palabra .

_ El horario que vendrás a ver a Lu. - dijo ella levantando la cabeza hacia él, muy seria.

_ ¡Es mí hijo ! - contestó.

_ Pero esta es mí casa. - respondió.

_ ¿Vamos a comer la pizza que hicimos con el tío Stefan mami. ? - dijo Lu.

_ Claro amor. Termino está cama y voy.

_ ¿Vas a salir Así ! - dijo el amargado de Lucio.

_ Stefan es un amigo íntimo , no necesito cambiarme. -- respondió.

_ Ustedes están peleando - dijo Lu mirándoles con cara compungida .

_¡Claro que no. ! Repitieron juntos.

_ Es que a tu mami le sientan muy bien los vestidos más largos. - dijo Lucio mirando a su hijo con amor.

_ Mami tiene los vestidos arrugados Lu. Iré de inmediato que termine esta habitación - dijo Angélica.

Viendo que sería imposible cubrir a esa descocada mujer Lucio fue a poner la mesa con su hijo mientras miraba con odio al afable cocinero que ponía las muzarelas al horno.

Se sentaron a la mesa y con la conversación incesante del Nino comieron la pizza que para desgracia de Lucio estaba riquísima.

_ Te ayudaré a bañarlo para acostarlo - dijo Stefan - mirando a todo el grupo con cordialidad.

_ No es necesario. Yo bañare a mí hijo. -- dijo serio Lucio. Puedes irte y muchas gracias por todo -

Angélica lo miró con ojos entrecerrados de odio. Pero viendo a su hijo expectante dijo:

--Te acompaño Stefan. -- y acompañó a su amigo a la puerta. - Muchas gracias por todo querido -

_ Por ustedes cualquier cosa Angie. Lo que necesites llámame , Mañana buscaré un jardín cerca para nuestro Lu. - dijo despidiendo a Angie con un beso en la mejilla.

Lucio con su hijo en brazos estaba observando la despedida.

_ No te preocupes, yo buscaré el jardín para mí hijo. Mañana lo cuidará su abuela Paula. - dijo Lucio.

_ Okey. Llámame a cualquier hora si necesitas algo Angie. - dijo obviando el comentario de Lucio.

Angélica cerró la puerta y miró sería a Lucio :

_ ¿No ibas a bañar al niño? - el baño no está aquí en la entrada. - dijo.

_ Vamos campeón - Lucio tranquilo ya, se dirigió al baño sin problema.

Cargó la bañera y comenzó una tarea que desconocía y que no le fue fácil. Y pequeño parloteaba, reía y le tiraba bastante agua. Terminó empapado pero feliz levantándole en un banquito para secarlo. Le puso un piyama que la bruja le pasó sería y luego le llevó a la cama. Tuvo que envolverse con una toalla para sentarse junto a su hijo y contarle el consabido Pícaro ángel Azul, según la versión Lucio Harvar.

Cuando iba alargando el cuento de una supuesta cabalgata del ángel con el joven dormido en un prado verde y un caballo blanco por fin , Lucio se durmió.

Vió a la hermosa bruja sentada en la sala, sacudiendo sus hermosas piernas desnudas impaciente.

_ Estoy todo mojado , ¿me secas un poco?-

_ En el baño hay toallas. - dijo.

- No las encontré. - respondió.

La brujita no respondió. Fue al baño y le tiró en la cabeza la toalla.

_ Secame atrás por favor. Tengo la espalda mojada.-

De mala gana Angie le comenzó a secar la camisa empapada. .

_ Tengo que traer una muda de ropa aquí. ¿No crees Angie? .- el se puso de frente a milímetros de la cara de ella.

_ Tienes que irte.

_ Pero tengo frío - dijo el casi sobre sus labios.

Ella seguía sería pero no pudo evitar el abrazo apretado de ese hombre húmedo contra su cuerpo.

Allí estaba otra vez. Convenciendole para caer en el infierno.

Y empezó el beso que ella bien conocía. Dulzura y fuego. Y temblor en todo su cuerpo hambriento.

Pero esta vez , no caería.

Con un gran esfuerzo se separó.

_ ¡Vete ! le dijo abriendo la puerta.

_ Hasta mañana amor - le dijo el volviendo a besarla.

Apenas pudo separarse esta vez. Y apenas salió cerró la puerta dando dos vueltas a la llave.

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