Capitulo 2. Inicio de una carrera por la vida.

Alejandro Horvar sentado junto al lecho de su hijo tomándole de la mano inerte, lloraba como todas las mañanas cuando lo visitaba. Las enfermeras y médicos solían dejar al enfermo solo para darle espacio a su padre en ese tiempo de visita.

Lucio Alejandro Horvar, único hijo del magnate, estaba en como desde el accidente y parecía que así seguiría, no había avances positivos en su estado. La inmensa habitación del centro médico, ubicada en la zona VIP del Sanatorio tenía un sin número de aparatología de punta. Totalmente blanca con unas flores brindando el color en una pequeña mesita de la esquina y un sillón dedicado solo a el padre, única visita permitida.

Lucio Alejandro Horvar , el gran corredor de autos formula Uno, yacia desde su terrible accidente en la pista de Monaco , en esa cama agonizante. Si pudiéramos sacar todos los aparatos que lo rodeaban veríamos solo al más bello y formidable hombre desnudo dormido.

Pero su belleza, su fama y su dinero ahora no importaban. La muerte esperaba pacientemente para llevarlo.

Alejandro acarició los cabellos ensortijados de su hijo. Recordó que de pequeño eran rubios como los de su madre y ahora eran oscuros y con algunos rulos rebeldes.

Beso su mano y se levantó con dificultad del salón. Toda su vida se había detenido con el accidente de su hijo, había rezado mucho por Lucio y sus oraciones tenían siempre un sentimiento de culpabilidad.

Lucio de pequeño amaba los caballos y fue él, quien hizo a su niño apasionarse por los autos. Hasta que su pasión lo llevó al delirio,a la compra y patrocinio de autos de carrera y a la participación de todos los eventos automovilísticos relevantes. Fama, carreras, mujeres hermosas, medallas, era la vida de su único heredero y¿ a qué lugar lo habían llevado ? A esa cama, donde yacia moribundo.

Alejandro Horvar salió caminando despacio de la habitación, un grupo de médicos esperaba a su salida para entrar.

Su secretario Andrés Mejía lo tomó del brazo :

_ ¿Está bien Señor Alejandro ? - le dijo con mirada preocupada.

_ Estoy bien. Vamos a hablar con la Dra Rubí. ¿Ya ha venido ? - preguntó.

_ Acaba de llegar - dijo - lo espera en su escritorio señor -

El magnate caminó hacia el ascensor y nada en su noble rostro y en su erguida figura denotaba su desbastacion emocional.

Lucio Alejandro Horvar, cuando empezó su alocada vida de corredor de autos había hecho congelar su esperma.

Riendo le había dicho a su padre :

_ Quizás un día me quedé impotente. Quizás me golpee las bol** en una carrera. Congelemos este precioso líquido para asegurar mí heredero - y realizó un gesto cómico a su padre.

Recordó que ese día tuvo un presentimiento horrible después de las palabras de su hijo. Incluso se sintió mal físicamente todo ese día, pero después los éxitos de su heredero, los tabloides alabando a Lucio , calmaron su preocupación.

Entró a su escritorio y conversó con la doctora especialista en fertilidad asistida.

_Esto tiene que hacerse en secreto. Quiero un nieto, necesito que elija muy bien, las mujeres que serán inseminadas. Nadie debe saber que se trata de mí hijo , elija un equipo que le ayude y póngase a trabajar en este proyecto de inmediato. - dijo.

_ Bien. Haremos pruebas médicas a las seleccionadas. ¿Algunas características en especial desea señor ?- expresó la doctora Rubí Halem con seriedad.

_ La elegida debe ser menor de treinta, caucásica, fuerte, de rasgos nobles, esbelta y fundamentalmente sana. El monto que cobrará le dirá mí secretario Andrés Mejía. El le dará las características del contrato de cumplimiento y confidencialidad. También estará estipulado los pagos que recibirá mensualmente desde la inoculación.- dijo Alejandro Horvar.

_ Correcto señor Alejandro - Rubí anotaba en su laptop todo lo que se le señalaba.

_ Además la quiero dedicada a pleno a esta tarea doctora. Deberá dejar todos los otros trabajos que tenga. Se le pagará en Euros y muy bien. - dijo Alejandro.

_ Muy bien señor, entonces me marcho con su permiso para empezar - dijo entusiasmada Rubí.

Pensó que esta tarea sería apasionante y además ganaría mucho dinero. Todo una fortuna que le permitiría cambiar de departamento y comprarse un nuevo auto.

Andrés Mejía la esperaba para indicarle su nuevo escritorio en la empresa y el equipo de médicos que trabajaría con ella. Tenía un mes para la selección e inoculación y nueve meses o un poco más para presentar al jefe a su nieto o nieta. Sería todo un desafío, pero ella lo lograría.

Entusiasmada la doctora Rubí Halem, redactó una carta de renuncia al hospital donde trabajaba y se puso a preparar a su nuevo equipo para la tarea.

Seleccionó un lugar alejado al Centro Médico Horvar para las entrevistas y los estudios clínicos. Arregló el alquiler del lugar y salió a recorrerlo en persona para verificar que contara con todo lo necesario.

Alecciono a doctores, bioquímicos ,especialistas en recursos humanos y psicólogos para la tarea que emprenderian. Después de una jornada agotadora se marchó feliz a su residencia. La carrera por un nuevo ser humano había empezado.

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