capitulo 5

Por la tarde, vino Darío a visitarme. Estaba en mi cuarto cuando escuché cómo alguien entraba por la ventana. Estaba en toalla, me acababa de bañar. Volteé a verlo y vi cómo pasaba sus ojos por todo mi cuerpo. Se acercó y me besó. Fue un beso muy apasionado. Todo fue tan rápido que cuando me di cuenta, estábamos en la cama. Él estaba arriba de mí y pasaba su mano por mi cuerpo.

Tenía que pararlo, pero era más fuerte nuestro vínculo. No podía parar. Sentí cómo quitó mi toalla y me tocaba un pezón, cómo lo apretaba y con delicadeza fue bajando sus labios recorriendo mi cuello y haciendo una pequeña herida con su colmillo para chupar la sangre, llevar sus labios a mi pezón y devorarlo sin dejar de tocar mi pecho. Bajó por mi abdomen dejando en su camino besos hasta llegar a mi zona íntima. Sentir cómo su lengua se introducía y cómo delicadamente me hacía enloquecer. Él era un experto en lo que hacía y yo me estaba dejando llevar, gimiendo y arqueando mi espalda con cada introducción de su lengua. Él se había quitado su ropa, tenía un cuerpo de tentación y muy trabajado, y su miembro era enorme. Eso no podría caber en mi interior ni con litros de lubricante. Él estaba jugando, preparando mi zona para poder empezar a penetrarme, cuando escuché a alguien pateando mi puerta. Fue cuando recapacité de lo que estaba haciendo. Mis mejillas se sonrojaron y solo opté por envolver mi desnudez en una sábana.

Esteban tiró la puerta de mi cuarto, me volteó a ver y a Darío. Esteban estaba muy enojado, tenía los ojos amarillos. Caminó hacia mí y me jaló del brazo. Su agarre fue muy fuerte, hizo que me quejara de dolor y Darío lo golpeó. Nunca vi cuando llegó a nuestro lado, pero escuchar cómo me lastimaba Esteban lo enfureció y le dijo que nunca me volviera a tocar, que yo era su alma gemela, que me protegería. Esteban lo volteó a ver riéndose, diciéndole:

- ¿No ves que esta zorra es mi mate?

Sentía una gran puñalada en mi corazón Dos hombres completamente desconocidos para mi peleando en mi cuarto y al que yo amaba no podía encontrar

-. No puede ser tu mate si es mi alma gemela.

Yo los miraba confundida y triste, imaginando que la diosa me odiaba. Estaba tan molesta que me levanté y los vi a los dos y dije:

"Yo, Lucía, los rechazo a ustedes, Alfa Esteban y Príncipe Dario, como mi pareja y alma gemela."

Los dos me miraban sin poder creer lo que estaba intentando hacer y habló Dario:

"Yo, Príncipe Dario, no acepto tu rechazo."

Esteban solo lo miraba, hasta que abrió sus labios para decir lo mismo que Dario:

"Yo, Alfa Esteban, dueño de la manada Eclipse, no acepto tu rechazo."

me voltearon a ver y me dijeron

-te esperamos abajo

Y salieron de mi cuarto para poder vestirme y bajar a charlar en la sala. Me puse una pijama de shorts y blusa de tirantes para bajar a hablar con ellos. Al entrar, los dos estaban callados, solo voltearon a verme y empezó el interrogatorio. Esteban dijo:

"Ahora mismo vas a decir a quién decides como pareja."

Yo respondí:

"Yo no te quiero a ti, solo pasas diciendo cosas humillantes y menos preciándome."

Dario intervino:

"Entonces serás mía."

Pero yo también lo rechacé:

"Tampoco."

Esteban insistió:

"Tienes que decidir."

Dario propuso:

"O mejor que lo decida el consejo."

Los volteamos a ver sin poder entender sus palabras y fue Esteban el que se dio cuenta de su error al no haberla hecho su pareja desde que la encontró y el primero fue Dario, entonces por derecho él sería su pareja. Esteban salió enojado de la casa y Dario se acercó a mí para darme un beso y decirme:

"Mañana, mi pequeña, serás mía y nadie podrá evitar eso."

Sin más, caminó y me dirigió una hermosa sonrisa.saliendo de mi casa y dejándome mas confundida

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