Capitulo 17

2 semanas después

Orlando se recuperó totalmente, Alondra se dedicó a él, Fabricio seguía a cargo de la empresa y Rebeca del negocio de ellas, esas dos semanas eran de pura felicidad, Orlando veía a alondra sonreír más, sus hijos eran felices de ver a sus padres unidos y compartiendo más.

_Están listos niños?._

_Sii.. shii._

Ambos niños respondieron, estaban felices de salir a pasear.

_¿Donde está mamá?_

Oliver señaló la habitación donde ella duerme, orlando, se acercó y abrió, se estaba tardando un poco.

_Alondra?... Qué pasa?_

_Ah, es que no puedo subir el cierre._

Alondra luchaba por subir el cierre de su vestido, Orlando se acercó y se posó atrás de ella, lo cerró muy lento tocando con dedo la espalda de su esposa, por unos segundos ella cerró los ojos, hasta que sintió que lo subió todo.

_ Estas muy bella.

_Gracias..._

Orlando sonrió, salió después de alondra, quedaron en cenar con Atenea, los niños estaban feliz, pasaron por su abuela y fueron a un restaurante, luego una heladería y después un rato al parque, hasta que ya los niños estaban muy cansados.

_Los niños ya están cansados._

_Y yo aún más, estos niños tienen mucha energía._

Atenea caminaba casi arrastra al auto.

_Ja,ja,ja._

Alondra reía de ambos, ella estaba acostumbrada a sus movimientos.

_¿No les molesta si me dejan a los niños por hoy? Me acostumbré a ellos..._

_Como me va a molestar Atenea._

Alondra no podía negarle a sus nietos, era la que más la ayuda con ellos.

_Quería dormir con ellos, pero está bien por hoy._

Orlando ya tenía esas dos semanas durmiendo con ellos, se había perdido esos momentos con ellos, que no quería hacerlo más, llevaron a Atenea con los niños y se fueron a casa, en total silencio.

_¿Alondra?_

Orlando la llamo y no respondió, hasta que se dio cuenta de que se había quedado dormida, después de guardar el carro, la tomo en brazos y la llevo a la habitación donde dormían antes.

_Estás agotada, todo por mi culpa._

Orlando observaba el cansancio en su rostro, lo cuido sin importar las diferencias, sentía que ese vestido la apretaba y Trataba de quitar el vestido para poner su bata de dormir, pero se le hacía difícil

_¿Te dejo así?_

Pensaba como hacerlo, volvió a intentar y solo obtuvo un jalón de ella.

_Te extraño._

Beso a Orlando con desespero, estaba teniendo un sueño muy erótico con su esposo, pero Orlando no quería aprovecharse, aunque ganas le sobraban.

_Amor, alondra._

La movía y la llamaba un rato hasta que despertó.

_¿Orlando?_

_Estás soñando?_

Ella se quedó viéndolo, estaba entre la espada y la pared, su cuerpo estaba muy caliente, aunque su mente le recordaba que no estaban en condiciones de complacer esos deseos, pero se dejó llevar por la de abajo y lo volvió a besar, está vez poniendo sus brazos sobre su cuello.

_Quiero hacer el amor._

Esta vez sí estaba despierta y esas palabras eran las más deseadas por orlando, solo tenía casi tres semanas del balazo, pero eso no le impediría hacerla suya, de la manera más deseada y amorosa, la extrañaba, ya eran muchos meses.

_Aah.._

Orlando jugaba no solo con sus senos, también su parte íntima, besaba sus labios y muchas más partes de su cuerpo, la estaba disfrutando mucho, sabía que ella recordaría su infidelidad, sabía que no le aseguraba una reconciliación, pero también sabía que lo estaba haciendo por qué lo deseaba y lo amaba igual que él, a ella.

_Te amo alondra._

Después de una entrega demasiado intensa, ambos tenían tantas ganas que no hubo rincón ni posición que no practicaron, Alondra quedó totalmente dormida en los brazos de Orlando.

Al día siguiente

  Orlando despertó primero, pero no se quiso mover, tenía a su esposa en sus brazos, después de una maravillosa noche, sintió que se movió y se hizo el dormido, quería disfrutar más de ella, ya sabia lo que venía y no quería escuchar nada de eso.

_Auch..._

Sentía que había corrido un maratón, sus piernas, espalda y brazos dolían, pero no podía negar que se sentía superbién, veía a Orlando y quiso moverse, pero él la apretó.

_¿Orlando.?_

_Mmm._

_¿Puedes soltarme? Quiero ir al baño._

_Uju._

Alondra esperaba y él ni se movía, estaba hablando y qué dormido, no quería soltarla y regresar a la realidad.

_ORLANDO._

Del susto quedó sentado, y no era broma, el grito de alondra lo asustó, su juego de hacerse el dormido le quedó mal.

_Qué pasó? Me matas del susto._

_Necesito ir al baño._

La quedo viendo y entendió, no podía casi levantarse, puso una sonrisa de burla y la llevó al baño cargado.

_No creas que..._

_No digas nada, yo sé lo que me dirás, pero no lo digas, quiero seguir recordando toda la noche._

La dejo en la bañera y salió para darle privacidad.

_¿Que te pasa Alondra, quieres convertirte en la amante? Es que la abstinencia y ese hombre... Aaah._

La cabeza de alondra explotaría de tanto pensar, como se atrevía a dejarse llevar así por el deseo de la carne.

_Ya está el desayuno, siéntate._

El baño relajó mucho a alondra, aunque aún sentía que le había pasado un camión por encima, no podía negar que su cuerpo necesitaba una ronda así, ese tipo de ejercicio liberaba mucho estrés.

_¿Gracias, vas a trabajar?_

_Si, el pobre de Fabricio me manda caritas de molesto, seguro extraña a su mujer._

Orlando se sentó junto a ella, unos segundo de silencio, para nada incómodos.

_Yo también iré al negocio, tengo unos diseños que fabricaré, pero antes pasó por los niños._

_Llame a mama y ya los llevo al colegio y a Alicia a la guardería._

Alondra sonrió, qué buena era esa mujer, eso le encantó a Orlando, pero mejor no decía nada, no quería que le respondiera algo negativo.

_¿Te llevó o irás en tu auto?_

_Tengo que hacer unos recorridos._

Orlando solo asintió y ambos caminaron a la cochera, orlando se aseguró de verla salir primero, pero no salía, se bajó para ver qué pasaba.

_¿Pasa algo?_

_No sé, no prende._

_Baja para revisar._

Orlando revisó y se echó a reír, definitivamente ella era única en un millón.

_Sin combustible no la prendera mi amor._

_¿Qué?_

Orlando seguía riendo, definitivamente ella era muy olvidadiza, hasta recargarle el combustible se olvidaba.

_Vamos en el mío, me dejas en la empresa y te lo llevas, solo no olvides recargar..._

Lo cayó un golpe de alondra, en todo el camino orlando reía y alondra revisaba sus pedidos, volteando los ojos de vez en cuando lo miraba y él reía.

_Feliz día no olvides pasar por mí y también recar..._

No lo dejo hablar, arrancó el auto y se fue dejándolo muerto de risa.

_¿Y esa cara de idiota?_

_De idiota feliz, no cambiaría nada de anoche._

Fabricio ya espera a Orlando en el estacionamiento, quería ir a ver a su mujer, aunque aún no estaban en un término de decir eso, moría por estar con ella.

_Qué bueno, tome sus llaves, en el escritorio está todo organizado y su asistente tiene todo preparado._

_¿Oye, así nada más.?_

_Mi cuerpo y mente tienen necesidades, hermano, feliz día._

Le dio un golpe en el hombro y salió a su auto, dejando a Orlando con una sonrisa, camino a su oficina con una sonrisa que hacía que todos los empleados lo vieran extraño, es que la felicidad no cabía en su cuerpo.

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