Capitulo 7

Presente.

Alondra ya no era la misma, ahora era una mujer segura, dispuesta a triunfar por ella y por sus hijos, le dolía, si y mucho, aún sentía amor por su esposo y solo recordar lo que su suegra le pidió, le dolía tanto, ella siempre tuvo la esperanza que sucediera lo contrario, pero no, sucedió lo que más temía.

Flash

_ Que tengo que hacer? _

Su suegra buscó papel y lápiz y empezó a escribir todo lo que haría, si algo sabía ella, es que alondra dio todo por él y seguía haciéndolo, estaba de acuerdo con la madre de ella, pero si no le hizo caso a su madre, a ella tampoco, solo podía tratar de ayudar.

_Primero que nada querida, anotemos todo lo que solías hacer y que tu esposo no decía nada._

_Segundo, dale espacio, eso le hará ver que está alejada y te extrañara o sentirá miedo a perderte._

_Tercera, vuelve hacer la mujer segura que eras, arréglate para ti, no para él y sobre todo, Vuelve hacer la chica independiente que eras._

Alondra escuchaba esas palabras y era como oír a su madre, antes de morir le pidió que fuera siempre la chica libre e independiente que era, pero el amor que siente por orlando la cegó y solo trabajo para los sueños de él.

_Gracias, gracias por apoyarme y ayudarme, no sé qué haría sola._

Atenea la abrazo, ella no podía pedir mejor mujer para su hijo, alondra era más de lo que imagino y si ella tuviera una hija, jamás desearía algo así para ella.

_No tienes que agradecer, eres la madre de mis nietos y una buena mujer, alondra no puedes olvidar algo, todo eso te puede llevar a algo._

Alondra agachó la cabeza, se imaginaba ya, que le diría.

_Salvas tu matrimonio o lo pierdes, pero recuerda, No podemos obligar a los demás a que se queden a nuestro lado y resten en nuestra vida, cada quien toma sus decisiones y se tienen que ser responsables._

Era cierto, alondra no podía hacer nada si su esposo tomaba esa decisión, si los demás aprendieran de los errores de uno, nadie los cometiera.

_Lo sé._

Fin del flash

Como todas las mañana y la costumbre, alondra se levantaba, ordenaba, Limpiaba, le regalaba veinte minutos a su cuerpo, preparaba el desayuno y arreglaba a sus hijos, orlando, despertaba y ya estaban desayunando.

_Buenos días mis niños._

Oliver respondió feliz y la nena sonreía por ver a su papi, todas las mañanas y tardes, le dedicó una mirada a alondra, no sabía cómo comunicarse con ella.

_Está en el microondas._

Alondra le señaló el desayuno, aun con todo lo que le hizo, seguía sintiendo esa necesidad de verlo bien, de atenderlo y su excusa era por los niños, en silencio tomaron el desayuno.

_Ve a lavarte los dientes cariño._

El niño obedeció a su madre y fue corriendo.

_Alondra, por favor perdóname, hablemos._

_¿Las cosas seguirán como siempre por los niños, no porque piense en perdonarte, acaso pensaste bien antes de tomar esa decisión.? ¿Te di tu espacio, para que pensaras, te espere para que me hablaras y me dijeras que estaba haciendo mal y que hacías? Vivir tu vida con esa mujer, la madre de tu hijo._

¿Orlando agachó la cabeza, tuvo oportunidades de apartarse de ese error, pero hizo lo contrario, trato mal a su esposa y termino siendo infiel, ahora tenía en medio un hijo, como le explicaría eso a sus hijos?

_Me arrepiento mi amor._

_Ya no vale la pena arrepentirse, yo luché por cambiar las cosas, te di tu espacio, no te hice más reclamos, pero igual hiciste lo que quisiste._

Orlando ya no dijo nada, no tenía palabras y su hijo ya estaba con ellos, alondra llevo a su hijo al colegio y a su nena donde su suegra, tenía mucho que hacer, sus amigas la esperaban para poner en práctica los nuevos proyectos.

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_Orlando, vine, apenas me enteré._

Fabricio era el mejor amigo de Orlando, fueron juntos a la universidad y cuando orlando se casó con alondra, le hizo muy feliz, era una chica buena y juntos crecieron, recordaba las veces que pedía prestado para comer, las veces que ella aguantaba hambre, para darle a él, porque era quien trabajaba.

_Las cagué Fabricio, la voy a perder, me pidió el divorcio._

Orlando estaba en su oficina, no tenía ánimos de trabajar, su mente solo estaba en lo imbécil que era, por tirar su matrimonio por un barranco.

_No entiendo que pasó hombre, alondra siempre ha sido una mujer tranquila, paciente y te apoyo en todo, Orlando fui testigo de las veces que no tenían para los dos y ella te guardaba todo a ti, te mentía que ya había comido, que pasó?_.

¿Orlando se sentía el hombre más miserable de todos, como olvidar su amor incondicional, la descuido y ella no se quejaba, la trato mal y ella no lo dejo, como recuperaba su amor.?

_Me dejé llevar por sentir aburrimiento, ya no podíamos salir por los niños, ya no se arreglaba, me sentía atosigado, no busque una solución para nada, solo vi la salida más fácil, pero la peor._

_¿Ahora que la pierdes, piensas lo mismo? ¿Vale la pena esa mujer? La diversión?_

Su amigo le hablaba para qué reflexionará y viera su error.

_No, solo me dejé llevar por las palabras de alguien que ahora se convirtió en mi peor pesadilla, tendré un hijo fuera de mi matrimonio y eso hará que pierda a la mujer que amo, la madre de mis hijos, la única que me amo siendo un don nadie._

Las lágrimas no paraban de salir, ahora la venda que tenía en los ojos se la quitó y muy tarde, para alondra ya no valía la pena luchar, no viviría en paz, sabiendo que su esposo tendría un hijo fuera y esa mujer sería la que acabará su paz.

_No pierdas las esperanzas, lucha por ella, no puedes dejar que tu Matrimonio se acabe, no dejes ir a esa mujer, si es posible arrodíllate todos los días, admite tu error y se sinceró._

Orlando pensaba en las palabras de su amigo, tenía razón, debía luchar y lo primero que tenía que hacer. Era dejarle las cosas claras a Lilian.

>>>

_ Como te sientes nena._

Rebeca sentía tanto por su amiga, sabía que amaba con locura a su esposo, no fue fácil pasar por todo lo que pasaron, formar una familia con tanto sacrificio para que llegara alguien y destruyera todo sin un poco de compasión.

_Me duele, cada noche, mañana, tarde, mi mente solo imagina las veces que me fue infiel y no pensó en su familia, en mí, en sus hijos, en su matrimonio, quiero odiarlo, pero no, lo amo y no me atrevo a dejarlo sin desayuno, saco la excusa que lo hago por mis hijos, pero lo hago porque aún lo amo, por qué no me gusta verlo mal, arregló su ropa..._

Yesenia y Rebeca abrazaban a su amiga, no sería fácil ese proceso, no para alguien que sabe lo difícil que fue construir ese hogar.

_Pasará nena, todo pasará._

No sabía en qué forma pasaría, solo se podía decir que algún día pasaría todo y solo quedaría en un recuerdo muy desagradable.

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_Necesito que este divorcio tarde un poco, 3 meses, pero que piensen que es por seguridad y bienestar de los niños._

_¿No quiere que se divorcien.?_

Atenea asintió, aún sentía un poco de esperanza y si en el plazo que le podía al divorcio no lograban nada, se daba por vencida.

_Solo hágame ese favor sin que sepan._

El abogado aceptó, si se podía hacer el esfuerzo de salvar un matrimonio, no estaría mal y menos si el pago era igual.

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