Capítulo 12

VALERIO

La última persona que esperaba ver en la casa de Verónica era a Eliel, desde que dejo la competencia no lo había vuelto a ver, a diferencia de Verónica este nunca acompañaba a su padre a la Capital, por lo que nuestra amistad solo pudo seguir a través de cartas.

- Puedo ver que la vida te ha tratado muy bien – me dice mientras ambos nos sentamos en la mesa

- Pues a ti tampoco te ha tratado tan mal – le digo

- Y ¿aun esos tontos quieren evitar que compitas por el puesto del Gran General? – me pregunta mi amigo

- Sí, no hace mucho tuve que ir a una misión en la frontera para que ya no tuvieran excusas para evitar que compitiera – le dije

- Así que fue por eso, oí que hiciste un excelente trabajo – me dice

- Ustedes ¿se conocen? – oigo que pregunta la madre de Verónica, la mujer parece que va saltar sobre nosotros en cualquier momento de lo enojada que esta

- Claro, ambos estuvimos juntos de jóvenes en la competencia para el puesto de Gran General antes de que me viera obligado a dejarla, y allí nos hicimos buenos amigos – le contesta Eliel a la madre de Verónica – y ¿Qué haces aquí? – me pregunta a mi

- Bueno viene a pedir la mano de Verónica en matrimonio – le conteste

- ¿enserio?, Jajajaja, eso si no me lo esperaba, es verdad eso que dicen que del amor al odio hay un solo paso, aunque en su caso fue al revés, aun recuerdo que se llevaban muy mal de jóvenes, me alegro mucho por ti mi amigo, Verónica debes saber que te ganaste un gran hombre – dice mi amigo

- Lo se Eliel, lo se

- ¿Y ya te dieron la autorización? – me pregunto

- En realidad pensaba hablarlo con el padre de Verónica un poco más tarde – le digo

- Hijo por mí no te preocupes, yo solo quiero ver a mi hija feliz y sé que su felicidad está a tu lado, así que tienen mi aprobación para casarse – dice el padre de mi amada

- Entonces hay que celebrar – dice mi amigo proponiendo un brindis por nosotros

De repente oímos como la madre de Verónica se levanta abruptamente de la mesa y sale del comedor muy enojada.

- ¿la duquesa de encuentra bien? – pregunta Eliel después de un rato de silencio,

- Sí, no debes preocuparte, yo iré a hablar con ella, mientras tanto ustedes disfrutes la comida – dice el duque para luego irse tras su esposa

- ¿Qué fue eso? – nos preguntó Eliel cuando el padre de Verónica se fue

- A mi madre no le agrada mucho la idea de que me case con Valerio – le contesto mi ahora prometida, sé que aún no lo hacemos oficial, pero su padre ya acepto nuestro compromiso, así que para mí ya es mi prometida

- Oh ya veo, eso va ser un problema – nos dice Eliel

- Yo espero que no lo sea – oigo que dice Verónica en voz baja

VERONICA

La comida fue muy amena después de la partida de mis padres, pude oír las historias de Eliel y Valerio cuando aún estaban juntos en el palacio, y fue allí donde se hicieron muy amigos, sus historias son de lo más entretenidas lo que hizo que el tiempo pasara muy rápido.

Eliel se despidió de nosotros y también se disculpó por no haber podido despedirse de mis padres y se fue.

- Debo de hablar con mis padres – le informo a Valerio

- Debemos yo también, Verónica estamos juntos en esto así que iremos los dos – me dice a lo que yo asiento

Llegamos al estudio de mi padre, y al entrar podemos ver que este se encuentra solo en la habitación, se ve agotado por lo que me acerco con a él con sumo cuidado para no alterarlo

- ¿estás bien papá? – le pregunto mientras me arrodillo a su lado y tomo su mano mientras tanto Valerio se coloca del otro lado, solo que él no se arrodilla

- Hija, no sé por qué tu madre aún guarda tanto rencor, en estos años yo aleje a quien consideraba una amiga por ella, para demostrarle que estaba dispuesto a todo para que nuestro matrimonio funcionara, y creí haber tenido éxito, pero veo que no es así, tu madre siguió guardando rencor, y yo ya no sé qué hacer, a veces me pregunto si no le demostré cuanto la amaba lo suficiente y es por eso que hasta hoy actúa así – dice mi padre claramente derrotado

- No creo que esto sea su culpa, usted es un gran hombre y si su esposa no pudo ver lo que hizo por ella, ese es problema de ella, dejo que su rencor llenara su corazón y no dejo espacio para nada mas – oigo que le dice Valerio mientras apoya una mano en su hombro como muestra de apoyo

- Padre, Valerio tiene razón, durante toda mi vida vi como llenabas de atención y cariño a mi madre y como ella en alguna de esas ocasiones no recibía con alegría tus presentes y atenciones, si madre no puede ver lo mucho que la amas ese es su problema no el tuyo – le dije a mi padre mientras me levantaba y le daba un abrazo

- Gracias hija, pero temo que tu madre intente hacer algo en contra de tu matrimonio, es por eso que ye he tomado una decisión – me dice mi padre después de un rato en silencio

- ¿Qué decisión? – pregunto yo

- La verdad me siento muy viejo y sé que tu madre no te dejara vivir feliz mientras esa felicidad sea a lado de Valerio por eso he decidido que después de tu boda te dejare a cargo del ducado y tu madre y yo nos iremos – me dice mi padre

- ¿Qué?, no puedes irte – le digo a mi padre

- No te alteres mi niña, no nos iremos muy lejos, solo a aquella casa que tenemos cerca de la frontera, así podre viajar siempre que quiera para venir a verte y a los nietos que seguramente me darán, pero también esta lo suficientemente lejos para que tu madre no los moleste – nos explica mi padre

- Y ¿Por qué no solo la mandas a ella y tú te quedas? – le digo

- Porque a pesar de todo amo a tu madre y no la puedo dejar sola, tal vez sea esto lo que necesita, alejarse, alejarnos para pasar más tiempo juntos y reafirmar nuestro matrimonio, soy consciente que debido a mis deberes tal vez no estuve con ella lo suficiente, quizá estar lejos nos hará bien y con un poco de suerte tu madre acepte al hombre que te hace feliz – me dice mi padre y yo solo puedo llorar,

sé que no se ira para siempre ni mucho menos, sé que de niña hubo temporadas en la que no lo veía debido a sus deberes, pero sabía que estaba allí para mí, y aunque diga que vendrá seguido, la mansión de la que habla está muy lejos y no lo podre ver tanto como quisiera.

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