Capítulo 3

VALERIO

Al día siguiente fui a ver a Leila, ella sería mi entrada hasta el círculo de entrenamiento del actual gran general

- ¿Qué quieres que? – me pregunto mi amiga

- Que me consigas una audiencia con tu madre

- ¿para qué? – me pregunto

- Porque necesito hablar con ella y pedirle algo importante

- Y ¿eso es? – me pregunto mi amiga, a veces olvido lo curiosa que es

- Voy a convertirme en el siguiente gran general, así que necesito la ayuda de tu madre para poder entrar a entrenar con este

- Oh, Valerio eso es increíble, estoy seguro de que lo lograras, no te preocupes yo hablaré con mi madre

Debido a los deberes de la emperatriz no pudo recibirme hasta 5 días después, por petición mía Leila no le dijo a su madre por qué quería hablar con ella.

- Me sorprendió que pidieras una audiencia conmigo, sabes que puedes venir a verme cuando quieras – me dijo la reina cuando me recibió

- Lo se majestad, como amiga de mi madre y casi una tía para mí sé que puedo venir a verla y visitarla, pero esta vez quiero hablar con usted como la emperatriz del reino de Luna – le dije mientras le hacia una reverencia

- Ya veo, entonces ¿de qué quieres hablar conmigo? – me pregunto

- Le pido que me dé la oportunidad de entrar entre los jóvenes que entrenan por el puesto del gran general del reino, quiero proteger a la gente de este que es mi hogar, para que nadie más pase por lo que mi familia y yo tuvimos que pasar – le dije

- Así que era eso, sabes que no será fácil, solo los más talentosos guerreros entran para competir por ese puesto – me dice

- Lo sé su majestad, pero le aseguro que no la decepcionare, seré el mejor y si no es así luchare para serlo – le dije

- Y sé que no me decepcionaras, hablare con el gran general sobre tu entrada, te hare llegar una carta cuando todo quede arreglado

Salí de allí con una sonrisa en el rostro, lo había logrado, ya había superado el primer obstáculo para cumplir mi sueño, sabía que este sería el más fácil de superar, y mi camino no sería fácil pero confiaba en que lo lograría.

Tres semanas después estaba empacando mis cosas para partir, como lo había dicho la reina, ella arreglo todo por lo que a partir de hoy viviría en el castillo y mi entrenamiento empezaría, en estos días practique todo lo que pude con los guardias que protegen el Baronesado, sabía que mis habilidades debían mejorar, así que puse todo de mi para practicar lo mas posible en este tiempo.

- Cuídate mucho – me dice mi abuelo mientras nos despedimos

- No te preocupes abuelo estera bien – le dije y nos despedimos con un abrazo

Llegue al palacio donde uno de los guardias reales me recibió y me llevo a donde viviría a partir de ahora, al entrar pude darme cuenta de que no entonaba aquí, en el lugar de encontraban dos de los hijos de los Duques de Luna, Tomas hijo del Duque Bulan, quien al verme su cara se desfiguro con una evidente mueca de desprecio y disgusto, por lo que se él es solo una año menor que yo, el otro es Eliel el hijo del Duque Maan, quien tiene mi misma edad, él es un poco más amable dándome la bienvenida, los demás son hijos de Marqueses, y ellos tiene la misma reacción que Tomas, algo me dice que no hare muchos amigos.

Con ayuda de Eliel llego a mi habitación.

- Ignóralos, son unos idiotas – me dice Eliel cuando estamos a solas

- No pensaba darles mucha importancia – le contesto a lo que él sonríe

- Te dejo para que te instales, notaras que el lugar es muy cómodo, descansa el entrenamiento empieza temprano – me dice antes de irse

Siguiendo su consejo decidí irme a dormir temprano.

Antes del amanecer uno de los guardias encargados de vigilarnos pasó por los pasillos para despertarnos y decirnos que nos preparamos para el entrenamiento.

Totalmente motivado me levante de la cama y me aliste lo más rápido que pude y me dirigí al campo de entrenamiento para empezar el día, al llegar pude notar que Eliel ya estaba allí y frente a él se encontraba el gran general David

- Al fin alguien más que se toma esto enserio, ya empezaba a perder la esperanza, ¿Cómo te llamas muchacho? – me pregunto

- Soy Valerio Ritter señor – le dije mientras le hacia su correspondiente reverencia

- Y uno muy educado, veo un gran potencial en ti

El entrenamiento comenzó y como iba avanzando la mañana el resto se unió a nosotros, una vez terminado el entrenamiento, que por cierto fue aún más demandante de lo que me habían dicho, fuimos hasta nuestras habitaciones para refrescarnos y desayunar un poco, por la tarde el entrenamiento se repetiría, pero estaría enfocado en otras cosas, hasta entonces podíamos descansar.

- Miren ahí esta ese sucio plebeyo, crees que por que tu abuelo compro un título eres de los nuestros, déjame decirte que no es así, tu no perteneces aquí – me dijo Tomas y el resto lo secundaron

- Carlos no digas esas estupideces – le contestó Eliel

- No Eliel ellos tiene razón en algo, no soy uno de los suyos, soy mejor que ellos y a diferencia de ustedes que creen que por ser hijos de alguien ya tiene un lugar asegurado, yo sé que para conseguir lo que uno quiere debes esforzarte, así que a diferencia de ustedes yo si pertenezco aquí – les dije y me fui dejándolos allí, no tenía tiempo que perder con ellos, tenía un objetivo que cumplir

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