Laia
Terminé llorando junto con mis amigos, porque no solo habían hecho una gran despedida con palabras emotivas, habían dado regalos para mis hijos.
—No podré estar en su nacimiento, no podré cuidarlos cuando los papás se quieran ir a divertir, por eso les daré todo lo que puedo desde ya —En una caja un poco grande decía "Los pequeños Munté Reira" me hace llorar más, había un montón de ropa pequeña, de diferentes colores —Espero le enseñen a sus hijos a que el color no define tu género.
—Yo también les tengo regalo —Dice Ashley —Le compramos los juguetes e interacciones que los bebés van a ir necesitando de pequeños —Una caja más grande —Entre nosotros le compramos eso —Señala a mis otros amigos —No es mucho, creo que no define nuestro gran amor por ti y los niños que vienen en camino, no somos tu familia de sangre, pero de corazón somos eso y más, seremos los tíos locos que vienen muy lejos, aunque estos tíos darán todo por esos niños.
Fue el momento donde todos estábamos llorando, porque habíamos confirmado que sería el último encuentro de esta forma todos juntos, no podríamos salir nuevamente, y eso nos dolía, no podríamos escribirnos uno al otro diciendo que salgamos a última hora, no podría volver a tener a Nicole en mi apartamento porque discutió con su novio.
Casi una hora después, en la madrugada, Pol me consolaba, mientras lloraba porque estaba perdiendo a mis amigos, los mismos que me apoyaron cuando quedé embarazada, los mismos que pintaron el apartamento cuando yo no podía, los que consiguieron mi casa.
—Todo estará bien, haremos lo posible para volver —Me abrazaba, me tenía contra su pecho mientras yo sollozaba por mis sentimientos encontrados —Haré todo para que los veas, ¿sí? —Asiento sin dejar de llorar, no paraba de acariciar mi espalda.
No supe cuando me quedé dormida, porque en la mañana cuando me estiré me di cuenta de que Pol no estaba a mi lado, máximo estaba trabajando, entonces no me incomodo no verlo, simplemente me giro para seguir durmiendo, sin importarme ni un poco mi alrededor.
Ya un poco más tarde, voy a la piscina otro poquito, ya hoy en la tarde saldríamos nuevamente para la casa, para empacar las cosas que nos habían dado y mandarlo a España, lo único que llevaría a mano sería los aparatos tecnológicos y un poquito de ropa para tener el fin de semana.
Lo último que hicimos en el viaje fue tomarnos una foto grupal, había muchas más fotos de todos de forma individual, pero esta sería la primera en grupo, incluso Pol la subió en sus historias de Instagram etiquetando a mis amigos, y ahora si me pasaba algo, él podría informar, me alegraba este avance que habíamos tenido.
No me había etiquetado a mí, porque quería seguir manteniendo en secreto eso por ahora, al estar casi seguro que sus antiguos ligues iban a ir tras de mí, lo mejor sería posponer hasta que fuera totalmente oficial nuestra relación y tuviera unos meses más de embarazo.
Esas pocas horas pasan muy rápido y antes de las 6 de la tarde estábamos en mi apartamento, tan cansados que apenas llegamos a la cama, ya queríamos dormir.
—Ven —Le doy unas palmadas al colchón, me gustaba el calor que me daba el español, me había gustado dormir con él y más ahora.
—Está bien —Fueron segundos de reflexionar para decidir dormir a mi lado.
Los días pasaron y ya todo estaba listo, solo faltaba un día para coger el avión y partir al nuevo rumbo que nos esperaba en España, estaba nerviosa, ¿cómo sería ese lugar? ¿Me llevaría bien con su familia?
—Aquí los estamos esperando, mis hermanas están emocionadas porque mi hijo mayor por fin sentó cabeza —Me hablaba la mamá de Pol, estaba emocionada porque en menos de dos días nos podríamos ver —Mi hijo trabaja mucho, pero te aseguro que te dará de comer y la atención necesaria para que no te sientas sola.
—Muchas gracias, señora Munté —Ella me da una sonrisa.
—No te preocupes, para eso estoy, cuando te sientas sola me podrás llamar y haremos una salida.
—Mamá —Pol asoma su cabeza en la cámara —No le compres más ropa, deja que ella decida.
—Solo son unos cuantos vestidos, el verano sigue en esta temporada, entonces quiero que ella se sienta cómoda.
—Lo sé, el cumpleaños de ella también se acerca.
—¿En serio? ¿Cuándo cumple?
—En agosto —Responde Pol por mí y quedo sorprendida porque se acordó —No te emociones tanto, mamá.
—¿Cómo no? Podré salir con mi nuera a comprar cientos de cosas, ¿te gustan los aretes? ¿Los collares?, deberías darle un anillo.
—Mamá.
—Claro, deberías para que sepan que es tuya, ¿no ves cómo es de linda? Ni siquiera ese vientre de embarazada a detener que le pidan el número —Niega con la cabeza —Debes conquistarla.
—Mamá, solo queda un día para el vuelo.
—¿Y? No me importa, me van a robar a mi nuera, no puedo permitir eso.
Luego una de discusión entre ellos en catalán, donde la mamá gana y el español solo suspira, me mira.
—¿no te molesta si compró un anillo? —Lo pienso un poco.
—Tiene que ser bonito y costoso.
—No dudes que lo será —Ambos nos reímos, estaba antojada de un dulce.
—¿Podemos salir a comprar un dulce? —Él se ríe y asiente.
—¿Es cerca?
—Sí, podemos ir caminando.
Solo es ponerme los zapatos para salir, mientras caminábamos con los dedos entrelazados, riéndonos por cualquier cosa que él otro decía, sentí como alguien me jalo de mi otra mano y me gire asustada, no tardo mucho para que el español se pusiera delante de mí, cubriéndome.
No vi correctamente quien había sido, pero la voz la reconocí en un segundo.
—Hija —Sentí como se me bajo el azúcar y esperaba que no fuera literal —Hija, ven, por favor —Me asomó, un poco tímida ante la situación y me encuentro con mi madre pálida y con más bolsas debajo de sus ojos.
—¿mamá?
—Sí, soy yo —Trata de acercarse, pero me refugio más en Pol.
—Señora, ¿qué necesita?
—¿Tú quién eres? —Mi madre responde grosera —Quítate, necesito hablar con mi tía.
—No le hables así —Respondo ante la actitud grosera de mi mamá.
—¿Es el papá de tu hijo? —Lo repara con la mirada —No me gusta, se ve muy mayor —Salgo un poco para responder ante la clara actitud.
—No me vas a venir hablar de edad.
—Tu papá y yo somos un caso muy diferente.
—¿Qué tiene de diferente?
—Muchas cosas.
—No, no tiene nada de diferente y lo sabes.
—No me hables así —Mi madre trata de acercarse, pero Pol me cubre mucho más —¿me podrías dar permiso? Quiero hablar con mi hija.
—¿De qué quiere hablar? —El acento de Pol se hace notar de inmediato y mi madre sorprendida.
—¿En serio, Laia? ¿Por qué tenía que ser extranjero? No te quiere para nada serio, solo va a jugar y te va a desechar, apenas tenga la oportunidad —Niega con la cabeza —No le quise creer a tu tía cuando me dijo que estabas con este —Lo mira con desprecio.
—Un poco de respeto, ¿no?
—Es un viejo.
—¿Cómo mi papá? —Mis padres tenían una diferencia de 15 años.
—Hija, no estamos hablando de eso.
—No, tú metiste la edad en la discusión, vamos a discutir sobre eso.
—Ese no es el punto, yo quiero hablar que regreses a la casa.
—No lo haré.
—Por favor, solo tienes que deshacerte del bebé y todo quedará solucionado.
—No me voy a deshacer de mis bebés.
—¿Por qué estás hablando como si fueran más de dos? —Me quedo callada mientras apretó la camisa de Pol, nerviosa.
Nunca en mi vida me había revelado de esta forma, si podía tener discusiones, como cualquier hija rebelde, pero siempre acababa cediendo de una forma u otra, aunque esto era muy diferente.
—¡Laia! —El grito que mi madre pega me hace estremecer, las miradas de gente que pasaba me hizo sentir pena —¿por qué estás hablando como si fueran más de uno? —Mira a Pol llena de rabia —Por tu culpa mi hija está pasando esto, si no hubieras llegado a su vida, ella no tendría que pasar esto.
—No lo metas en esto —Le digo, esta vez mirándola —Yo tomé la decisión, yo quiero tenerlos, quiero ser su madre.
—Eres una tonta, ¿para qué ser madre joven? Es una pérdida de tiempo.
—¿Entonces yo también lo fui para ti? ¿Te arrepientes tanto de tenerme? —El silencio que proporciona me hace doler el alma —Lo siento, tal vez no solucione nada.
—Si me entiendes, ¿por qué vas a cometer el mismo error que yo?
—Porque para mí no es un error —Le respondo con sincera —Para mí es lo más maravilloso del mundo, ser madre, no me molesta cambiar pañales, no me molesta tener que trasnochar cuidando bebés, estaré encantada de dedicarles tiempo a mis hijos, porque serán la adoración de mis ojos.
—Eres muy joven, no sabes de lo que hablas.
—Lo sé, es una de las cosas que más he luchado conmigo misma, ¿quién le gustaría ser madre joven? A nadie —Digo riendo —Sin embargo, de solo pensar como mis bebés me van a sonreír, cuando darán su primera carcajada, su primera palabra me hace estremecer de alegría por ese regalo tan maravilloso.
—Por favor, hija —Los ojos suplicantes de mi mamá, me hace doler mi alma —Hazlo por tu mamá, te juro que si abortas y vuelves a la casa nunca hablaremos del tema.
—¡Basta! —Le digo enojada, esta vez sin cubrirme con Pol, estaba llorando —No lo haré, quiero tener a mis hijos, quiero criarlos junto a él —Señalo al español enojada —Ni tú ni nadie me quitará esa felicidad, deberías ser como la madre de él, está emocionada por sus nietos —No vi venir la cachetada que me dio, el sonido hizo que muchas personas se giraran a vernos.
El español me agarra de la mejilla con cuidado, ignorando a mi mamá.
—Vamos al doctor, necesitamos ir al doctor para ver si los bebés están bien.
—Estoy bien, no te preocupes —Le digo con una sonrisa, tratando de calmarlo, pero se estaba enojando, lo alejo un poquito para darle mis últimas palabras a mi mamá.
—¿Sabes? Te sigo queriendo mucho, porque aprecio todo lo que hiciste por mí, aprecio el amor que me diste, lo incondicional que fuiste conmigo, no te juzgo por las actitudes que estás tomando, no te diré que eres la peor mamá por hacerme esto —Le doy una pequeña sonrisa —¿Recuerdas cuándo me decías que al ser madre lo iba a entender? Te lo puedo confirmar ahora, tienes razón —Asiento acariciando mi vientre —Lo comprendo, mamá —Mis lágrimas empiezan a salir, de verdad este puto sentimiento me esta haciendo sentir como una mierda —También comprendo tu sentimiento, pero debiste pensar en lo que yo quería, en mis sueños, en mis putos sentimientos, mamá —Digo enojada señalando mi pecho —Amo a mis hijos, los amo aunque no hayan nacido —Suspiro para acercarme más a Pol y agarrar su mano —Es el padre de mis hijos, tal vez no comenzamos de la mejor forma, pero eso no lo sabes porque no estuviste conmigo —le doy una última sonrisa —Me iré lejos, olvidate que tuviste una hija, simplemente haz de cuenta que morí, es lo mejor para ambos.
Doy media vuelta para seguir el trayecto a la casa, sería la última vez que lo haría, entonces no importaba demasiado.
—¿A dónde irás? ¡Laia! —Escucho los gritos de mi madre, pero no le respondo simplemente seguimos derecho, también escucho sus llantos, porque se sincronizaban con lo mío, cuando estuvimos lo suficientes alejados frené el paso para llorar en paz, Pol solo me abrazaba.
—Lo siento, siento que tengas que pasar esto por mi culpa —Unas palabras tan simples, tan sencillas que no sabía que las necesitaba para perdonarlo un poco más del 50%
Lloré, lloré igual o peor que el día en el parque, había dejado a mi madre, a la persona que siempre pensé que me apoyaría, la había dejado, mis hijos no tendrían abuela materna, no tendrían su abuela que siempre estaba presente, mis hijos no tendrían eso, yo no tendría a mi mamá luego del parto cuidándome, yo no lo iba a tener.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 42 Episodes
Comments
Griss Romero
Que dolor, saber que ya nunca verá a su madre, ni a su padre, ni a nadie de su familia y que las cosas terminarán asi, que sus hijos nunca conocerán a su familia materna y que tidis ellos pensaran tan mal de ella y de Pol, lo bueno es que Pol estará para ella y sus hijos la consolarla y la hará familia feliz 💖💖
2024-08-27
1
Raquel Sanchez
Ha perdido a su hija por su terquedad
2024-05-24
1
Liliana Barros
Que situación tan injusta. La madre que debería apoyarla, la dejó sola realmente. No lo entiendo 😞
2024-02-18
0