Parte 11

Laia

Al llegar al apartamento estábamos emocionados por esa pequeña ecografía, en el carro le había mostrado a mis amigos la foto de los bebés, los cuales emocionados la subieron por todas partes diciendo "Los tíos más felices del mundo"

Cuando lo iba a subir en mi historia de Instagram veo la de Pol, me sorprendió al ver la ecografía con un dos bebés como emoji y un #Míos.

—¿Esa historia no te va a sacar el ganado?

—¿El qué? —Me pregunta con una sonrisa.

—Ganado, las chicas que están detrás de ti.

—No me importa, estoy satisfecho con mi vida —Asiento con una sonrisa, estaba emocionada, de verdad estaban dentro de mí.

—Te diré algo, pero nunca paso esto, ¿de acuerdo?  —Él me mira confundido.

—Solo diré —Agarro aire —Me gustabas un montón, no me negaba a tener un hijo tuyo, incluso si en unos años viajaba a España y seguía soltera, pensaba buscarte y tener un acostón de una noche y poder tener un hijo tuyo, aunque fuera madre soltera.

—Bueno, yo quiero hacer parte de tu vida, haré todo para que lo permitas —Asiento.

—Debes hacerlo, tu mamá me dijo que no te la dejará fácil, que debías sufrir —Él niega con una sonrisa.

—No me puedo quejar, yo me lo busqué.

Subimos al apartamento, no podía ir al trabajo de la discoteca porque hoy no abrían, me toca esperar el jueves o viernes para ir, no importaba, ahora estaba feliz por otra cosa, además del dinero que tenía.

—Se ven tan pequeños —Digo emocionada —Me van a mandar el vídeo de los latidos a mi correo.

—Me lo envías cuando te lo manden.

—Claro que sí —Digo, mientras busco hacerme algo de comer, tenía demasiada hambre.

Después de hacerme algo de comer, me fui a mi habitación, tenía ganas de ver una película.

—¿ya tienes sueño? —Me pregunta Pol, al ser un día tan agotador mental, pensó que me iría a dormir de una vez.

—Nop, veré alguna película en mi laptop, ¿te animas? —Le hago hueco a mi cama, que gracias a quien sabe qué era grande.

—Acepto —Se acuesta y saca una de las cobijas para arroparnos con el frío que estaba haciendo era justo y necesario.

Me despierto por el sonido de personas, bostezo mientras veo mi habitación, ayer me quedé hasta tarde viendo películas con el español, había sido divertido hacerlo, en algún punto de la segunda película me había quedado dormida, ahora que despertaba mi laptop estaba encima de la mesa de noche y yo estaba bien cobijada, me levanto para ir al baño, estaba de short de pijama y una camisa gigante, vuelvo a mi habitación para doblar y organizar la cama, nuevamente paso al baño para ver mi rostro en el espejo, cuando le iba a preguntar algo a Pol me doy cuenta de que estaba en reunión y me sonrojo, había pasado como si nada, dos veces seguida al frente de esta.

—Lo siento —Susurro, mientras me meto a mi habitación, qué vergüenza había pasado; unos minutos después Pol entra.

—No te preocupes, no se vio demasiado y se me olvidó avisarte otra vez que tenía la reunión.

—Van a pensar que estás casado o algo parecido.

—No importa, lo que me preocupa es mi mejor amiga, se va a enterar de algo que no le dije con tiempo —Él suspira —De resto me da igual lo que crean los demás.

Tal cual, unas dos horas después su mejor amiga había llamado pidiendo explicaciones de porque estaba una chica en su casa pasando casi desnuda por la cámara.

—No estaba desnuda, tenía un short y una camisa muy grande.

—¡Pol! Ese no es el punto, además de esa historia de la ecografía, ¿por qué no sabía que tenías a alguien? Y no solo vas a tener un hijo, tendrás dos —Suspira, parecía cansado.

—Anya, entiendo la situación, sin embargo, hablar calmados es lo mejor, además que ella está escuchando todo.

—¿Están viviendo juntos? Hace mucho, no querías nada serio desde ella —El chisme se estaba poniendo serio —Esta vez quieres tener hijos con alguien, nunca habías pensado así, bueno, en algún punto si lo querías, pero cambiaste de parecer luego de un tiempo, ¿qué te está pasando?

—Si te digo, me vas a matar.

—Dilo, no me metas misterio a la situación.

—Está bien —Le cuenta todo a su mejor amiga y durante unos segundos todo se queda en silencio.

—Me gustaría decir que eres un hijo de puta, pero te aseguro que tu mamá estaría muy decepcionada de lo que me acabas de decir.

—Sí, ya me regaño, y le dijo a ella que no me perdonará.

—¿Tu mamá ya la conoce?

—Sí, por FaceTime.

—Pásala, la quiero ver —Suspira y me llama con su mano, estaba comiendo unas papas de limón, pero me acerco, me encuentro con la mujer más linda que había visto en mi vida.

—Pues, hetero, hetero, no soy —Digo sin pensarlo, escuchó una risa de parte de ella, me sorprendo por lo lindo que podía sonreír.

—Me cae bien, la apruebo.

—Oh, qué halagada me siento —Me sonrojo un poco.

—Además de linda, tiene buena personalidad, te conseguiste la lotería, no lo perdones fácil, se merece que se esfuerce el doble por ser un imbécil.

—No se la estoy dejando para nada fácil —Asiento con mi cabeza mientras me siento en la silla donde estaba antes Pol.

—Me alegra, cuéntame como te ha ido y cómo se volvieron a ver, quiero saber todo por qué él nunca me cuenta nada —Suelto una carcajada y poco a poco empezamos hablar —¿Entonces te dejaba de hablar así como así?

—Sí, era extraño porque me sentía mal, siempre me preguntaba si había hecho algo mal, aunque mis amigas me decían que no me matará pensando, siempre lo hacía.

—Bueno, es un muchacho que está acostumbrado a que todas se vuelvan loca por él, es de buena familia y también es guapo.

—Es verdad, es muy guapo, al principio hablaba con él solo por eso.

—¿No te interesaba su personalidad?

—No, incluso ahora casi no me gusta, aunque ha cambiado un poco en la forma del trato.

—Eso pasa con los hombres, si te vuelve especial para ellos, te van a tratar como una reina —Asiento —Es un maldito, estoy acostumbrada a llevarme mejor con los hombres, aunque existen mujeres como tú que se llevan naturalmente con todas las chicas, en mi caso no siempre fue así.

—¿por qué? —Pregunto curiosa.

—Como habrás notado, tengo los ojos bonitos, el cabello, soy como el promedio, pero al mismo tiempo no lo soy, entonces genera un conflicto interno, porque muchos somos altos y rubios, pero no tienen el color de mis ojos —Ella suspira —Eso generaba una barrera entre las otras chicas y yo, cuando pensaba tener una amiga quería competir conmigo, ¿su primera presa? El muchacho que tienes al lado, me volteo a verlo, estaba en el sofá viendo el celular.

—Bueno, no se pierden de mucho.

—No te voy a mentir, le sigo a muchas la charla, obviamente —Suspira mientras niega con la cabeza —Cada vez que veas que se va a meter con alguien, le sonríes y le dices "Hazlo" yo le daré su merecido, aunque si las dos bebés salen siendo niñas, te aseguro que le va a llegar el karma, porque van a ser preciosas y no las van a dejar de ver.

—En eso tienes razón, de pequeña era rubia, con muchos crespos —Mi pelo ahora se encontraba más ondulado.

—Ya me imaginé a mis sobrinos, serán una cosa preciosa, ¿no tienes foto de ellos?

—Creo que a mi correo ya llego también el vídeo de los latidos.

—Dile a Pol que te mande mi número, para que charlemos sin que él nos escuche todo, también deberías pedirle un nuevo celular, solo digo —Se encoge de hombros —Tiene para zapatos de casi 800 euros, tendrá para un celular nuevo de su mujer.

—No soy su mujer.

—Sé que no eres su novia, pero eres la madre de sus hijos y si quiere arreglar el caos que hizo, lo hará —Pol me mira y asiente.

—Mañana iremos, Anya —Le responde para levantarse del sofá, seguiré todas las indicaciones que me dices.

—Bueno, entonces voy a preparar algo de comer —Le digo para despedirme de la mejor amiga del español, hoy tenía ganas de huevo, dos meses no había podido comer porque su olor me daba náuseas, emocionada porque tenía ganas de comer huevo, al abrirlo el olor me volvió a llegar, empecé a sentir ahorcadas y salí corriendo al baño para vomitar todo el desayuno —Yo quería huevo —Digo mientras lloro —Bebés, no pueden ilusionar a su madre así —hablo sin dejar de llorar.

—¿Todo bien? —En el marco de la puerta estaba Pol mirándome con tristeza.

—Yo quería huevo, estaba antojada de huevos con salchicha.

—Tranquila, en un futuro podrás comerlo.

—Yo quería ya —Lloro más fuerte, él se acerca para vaciar el baño y levantarme en sus brazos y llevarme al sofá para abrazarme.

—Te daré cualquier cosa, si quieres pedimos huevos a domicilio.

—Ya no quiero huevo —Digo con un puchero, su risa ronca me hace estremecer.

—Entonces, no te daré huevo, ya terminé mi trabajo, ven salgamos —Me da un beso en la cabeza, y no me suelta, se queda así, abrazándome.

Por un momento siento miedo, ¿Me podía enamorar de él? Levanto mi mirada para verlo, su barba bien hecha, su cabello perfectamente cortado, ¿por qué no? Verdad, estaba su personalidad, aunque había mejorado demasiado.

—¿Salir a dónde?

—Donde quieras, salgamos a almorzar, tengo hambre —no puedo evitar reír por la forma en que me estaba animando, sin esperar más, le hago caso.

No sin antes pedirle el número de su amiga y descargar el vídeo para mandar de los latidos del bebé, se lo mandé a mis amigos por el grupo, a la mamá y mejor amiga de Pol; todos se emocionaron al escuchar los latidos, recibí todo de forma positiva, sin dudarlo lo subí en las historias de Instagram, había una solicitud de seguimiento de parte de Anya, me reí al verla y la acepté para subir el vídeo de los latidos, hace mucho había eliminado todo familiar que pudiera dar la noticia a mis padres, estaba feliz con mi vida actualmente.

—¿Tú tienes un hermano? ¿Cierto?

—Sí, ¿por qué la pregunta?

—Estaba preguntando nada más, ¿es mayor o menor?

—Menor, yo soy el mayor, mi hermano tiene 24 años —Asiento sorprendida, seguía siendo seis años mayor que yo —Es mucho más tranquilo que yo, ha sido duro ser el hermano mayor.

—¿Sí? Me ha pasado, trataron que fuera perfecta.

—¿Tienes hermana menor? ¿No?

—Síp, es chistoso, lo opuesto que somos, ¿no?—él me mira de reojo y asiente.

—Bastante, es como si estuvieras enlazados por algo, ¿no?

—Sí, es algo único —Le digo mirandolo fijamente, estabamos en un semaforo en rojo, no dejabamos mirarnos, sin dudarlo más me acerqué, lo quería besar, joder, era adicta, sabía que nadie me podía besar como él lo había hecho, nadie me iba a mirar como el lo hacía, pero al mismo tiempo, nadie me haría tanto daño como él lo hizo.

Lo estaba organizando, estaba reparando lo mismo que él rompió, no podía olvidar las cartas que había hecho para olvidar el dolor causado, recordé ese dolor y no pude lanzarme a besarlo, y el sonido de las bocinas para que seguieramos el camino me hizo caer en cuenta que esto era mala idea.

Muy mala idea besarlo, ¿entonces por qué al siguiente semáforo en rojo no me detuve y lo besé? ¿por qué me siguió el ritmo? Nos separamos por el cambio de rojo a verde, y suspire mordiendo mi labio inferior, quería más besos, mi mamá me había enseñado que un beso no se le negaba a nadie.

—Quiero otro beso —cuando llegamos al parqueadero donde ibamos a comer, no espera para besarme y sostenerme de la nuca, tal cual nuestro primer beso, se vuelve más profundo y siento sus manos en mis muslos.

—Joder, extrañaba esto —Lo escucho susurrar, sí, yo también.

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