Parte 13

Laia

El primer día en la cabaña había sido asombroso, la forma en que Pol me había tratado me hizo sentir cosquillas, aunque me hizo sentir tan tranquila que caí profundamente por esa misma emoción. 

—¿pasaste buena noche? —Lo primero que veo es a Pol, fuera de la habitación con su laptop, trabajando, aun así pregunta sobre mi noche.

—Sí, gracias —Nos habíamos quedado hasta tarde viendo películas —¿Tú? ¿Hace cuánto estás despierto?

—Desde las 3 de la mañana —Me levanto sorprendida, no había dormido mucho. 

—Tranquila, estoy acostumbrado. 

—El cuerpo pasa factura, ahorita que puedas en la tarde te puedes acostar, ¿no? Para que descanses un poco. 

—¿Y tú que harás mientras? 

—Comer y ponerme al día con las series, ¿no? —Suspira y asiente.

—Acepto la oferta. 

En la tarde, luego de almorzar, cumple la promesa de ir a dormir, yo que había aprendido a tejer, me quedé todo ese tiempo viendo una serie mientras tejía, estaba emocionada porque sería la primera vez que intentaría hacerle algo a mis propios hijos, siempre lo había hecho para algún familiar, esta vez era diferente. 

A las 7 de la noche trajeron de comer, empecé a mover despacio a Pol, el medio adormilado me agarro y me acostó a su lado. 

—Otro poquito —Me abrazo poniendo su cabeza en medio de sus pechos —Uhm, qué suave —Me sonrojo un poco.

—Pol, levántate, esta broma no me está gustando —Digo un poco incómoda, trato de moverme un poco, pero su mano va hacia mi cintura y alza mi camisa. 

—Huele delicioso —Lo escucho murmurar para luego apretarme un poco, nos quedamos unos minutos así, cuando me sacudo un poco, él por fin abre sus ojos —¿Laia?

—Esa misma —Digo mientras me quedo quieta.

—¿Qué haces? ¡Oh! —Me suelta para sentarse en la cama rápidamente —¿Estás bien?

—Sí, estoy bien —Digo separándome de él, estaba confundida y enojada. 

—¿la comida ya la trajeron? —Aún acostada en la cama, señalo donde pusieron la comida, él se levanta y me ayuda —Disculpa, seguía en el sueño. 

—Jm, con quién habrá soñado —Digo molesta, mientras voy al comedor pequeño. 

Se vuelve un silencio incómodo y en ese mismo silencio comemos la comida, estaba enojada, ¿me había confundido con alguien? ¿O qué había sido? 

Trato de no pensar más en la situación, pero al día siguiente me levanto más enojada por la situación, ¿qué mierda? Y siguiendo mis impulsos interrumpo su baño. 

—¿Quién creíste que era? 

—¿Qué? —Lo escucho decir mientras está en la bañera. 

—Sí, ayer, cuando seguías dormido y yo te levantaba, ¿quién supusiste que era?

—Nadie en específico, solo sí.

—Explícate —Él se gira a verme. 

—Tú, que eras tú en un sueño, uno de los tantos sueños que tengo. 

—¿Qué? ¿Sueñas conmigo?

—Sí, siempre sueño contigo. 

—¿Qué tipo de sueños? —La sonrisa de lado que me da, me hace entender el mensaje. 

—Algo que pone así —Se levanta y puedo ver sus ¡Oh, Dios mío! Me cubro los ojos un poco sorprendida, había pasado mucho tiempo que pude ver a su amigo, y no había cambiado mucho, seguía tal cual me gustaba, aunque ahora con las hormonas podía decir que mejor. 

—Cúbrete —Su risa ronca me hace temblar, se había divertido por ponerme de esa forma, era un maldito.

Ya dándole la espalda, siento mis mejillas calientes, carajo, no sabía que extrañaba tanto esa forma, porque hacerlo con él había sido una cosa de locos, tal vez por ser la primera vez no sabía el significado de lo que era hacerlo con más y siendo sincera, tampoco me hacía falta. 

Mi mente se llena de él, de la forma en que me tocaba y me hacía sentir, el placer tan inmenso al que llegaba al hacerlo, su forma de tocarme y hacerme suya.

—¿ya terminaste? —Le preguntó, él con una gran sonrisa sale con una toalla en su cintura. 

—Sí, el agua estaba deliciosa, la próxima deberíamos meternos al mismo tiempo.

—¿Deberíamos? —Ladeo mi cabeza, estaba sonrojada, pero no iba a permitir que me ganará ese juego y con mis hormonas a flote.

—Sí —Se acerca más a mí, nuestras bocas a centímetros, y no lo pienso para dar el primer paso, él pone su mano en mi mejilla y yo me apoyo en él —Joder, como me encanta besarte —Sabía lo que ocasionaba en él.

—Entonces hazlo más seguido —Nos miramos sin separarnos, y vuelve a besarme, el beso sube más de tono, estábamos caminando a la cama, se sienta primero él, para subirme en él, los besos subiendo cada vez más de tono, poniendo sus manos en la zona trasera. 

—Si seguimos, no voy a poder parar —Lo sabía, pero al mismo tiempo sabía que si le decía que paráramos, lo haría. 

—Hazlo, intentemos —Le digo de forma sincera, él me mira unos segundos y asiente. 

Los besos poco a poco van subiendo de tono, quedo tal cual Dios me trajo al mundo, cierro los ojos al sentir sus caricias por todo mi cuerpo, no se frena, me hace sentir deseada y me lleva a la gloria, sin embargo, nunca lo mete. 

—No lo haré, quiero hacerlo cuando consiga que me perdones del todo, en este momento me sigues teniendo mucho rencor —Era verdad, no podía quererlo, no podía decir que lo amaba, estaba lejos de ese sentimiento.

—Eso va a tardar.

—Lo sé, aun así quiero hacerlo —Asiento, y le doy un leve beso.

—Estamos yendo por buen camino —Le digo con una sonrisa. 

Ya habíamos terminado los días en la cabaña, que sin duda había sido la mejor experiencia de mi vida, había pasado con muchas emociones al mismo tiempo, lo que más me había dejado sorprendida era la foto que había puesto el español conmigo, no me había etiquetado ni nada parecido, la puso y luego puso otra foto que tomamos cuando iba a lavarme el cabello, donde se veía mi vientre y poniendo una mano sobre ella, cubriendo mi rostro. 

¿Qué podía decir? Era algo muy tierno que había hecho, que me hacía sentir ¿amada? No quería utilizar esa palabra tan fuerte, porque él no me amaba, podía apreciarme, pero estaba lejos de amarme. 

—Llegamos —Me dice Pol, ambos entramos al edificio, la más emocionada con la salida había sido la mamá de Pol, que me pregunto si ya éramos pareja, le dije que no, que él sacó esa salida porque vio que estaba triste por la situación con mi familia. 

La persona con la que me encontré en el restaurante era mi tía materna, quien había estado presente en mi crianza junto con otras dos tías. Afortunadamente, la que se encontraba conmigo es la que mejor me trata, ya que si hubieran sido las otras dos, una podría haberme insultado y la otra podría haberme dicho cosas aún peores. 

Incluso cuando llegamos a la cabaña vi un mensaje de mi familia, habían cogido un celular con otro número, porque todos ellos estaban bloqueados para hablarme, me dijeron como mi mamá la estaba pasando mal, que debería pensarlo, que seguía a tiempo para abortar y poder volver a la normalidad, que si estaba obligada a tenerlo debía decirles. El mensaje fue muy claro, que si me disculpaba y seguía orden sería bienvenida a la familia como si nada hubiera pasado. 

Cuando mi tía se quedó hablando conmigo, me dijo que debía volver con mi familia, que siendo extranjero en algún futuro se aburriría conmigo, que debía de una vez cortar de raíz y no alejarme de mi pobre familia y mi madre que me amaba y me apreciaba tanto. 

Suspire, cansada de recordar todo ese momento que pasé hace unos días, había logrado descansar lo que necesitaba desde el principio, mi celular vibro por un mensaje, lo saqué y vi el número de mi ex jefe diciendo que podía pasar para reclamar mi pago. 

—Pol, ya puedo pasar a mi antiguo trabajo.

—¿El de los fines de semana? —Asiento con una sonrisa. No esperamos para volver al auto y pasar a mi trabajo —¿En serio trabajaste como camarera de una discoteca?

—Sí, son los trabajos bien pagados los fines de semana. 

—Cuando lleguemos al apartamento compraré una pizza, como un símbolo de paz entre nosotros —Suelto una carcajada, pero no me niego a la pizza. 

—Trato.

—Señorita Reira —Me saluda el jefe con emoción, era viernes, se estaban preparando para las personas que vendrían. 

—Hola, señor —Doy un pequeño saludo. 

—Lástima que te fueras, muchos de mis clientes VIP estaban pidiendo que los atendieras y otros por fuera han preguntado por ti, aunque eso siempre pasaba, trataban de conseguir tu número —Suelto una risa nerviosa al escuchar lo que mi jefe dice —¿Y quién es el hombre que viene contigo? —Pol estaba mirando curioso la discoteca, era un lugar de élite. 

—Es un amigo —Le digo, no estaba segura de que decirle, después de todo no somos pareja, habíamos hecho eso, pero habíamos hecho otras cosas, en conclusión, estaba confundida. 

—Deberían quedarse hasta que abramos, al menos para pasarla un día luego de la rutina —Mi jefe ofrece —Llamar a tus amigos y simplemente disfrutar. 

Miro mi vientre, ¿si estaba para esos trotes? 

—Hablaré con él, dependiendo de lo que diga llamaré a mis amigos —Mi jefe asiente, confirma mi número de cuenta para transferir la plata.

—Me cuentas —Salimos del local y veo una pizzería en frente. 

—Pol, ¿te gustaría quedarte? —Me mira confundido —Esperar que abran del todo, el negocio y quedarnos a bailar.

—¿Si puedes? Debes recordar tu estado. 

—Podríamos poner la sala VIP, aunque es más costosa. 

—¿Te podrás sentar? —Asiento —Bien, entonces yo pongo lo que haga falta —Vuelvo asentir para acercarme y darle un beso en la mejilla. 

—Le avisaré a mis amigos —El español asiente, pero me hace entrar a la pizzería de en frente, mientras él hace la orden, le aviso a mis amigos, en menos de cinco minutos todos habían confirmado con un "Siempre puestos pal desorden" 

No faltaba mucho para que llegara la hora de entrar a la discoteca. Desde aquel día que conocí al español, habían pasado unos tres o cuatro meses sin que saliera así de fiesta. Me invadió la nostalgia al recordar todo lo que había pasado en ese tiempo. En un futuro, les contaré a mis hijos que salí de rumba con ellos, aunque tendré que omitir algunas partes vergonzosas o inapropiadas.

—¿ya llegaron todos? —Pregunta Nicole a mis amigos, Caled levanta el pulgar para afirmar que todos estabamos —Listo, muchachos, primero la plata que nuestra amiga embarazada necesita descansar más seguido que nosotros. 

Cuando terminan de poner el dinero que tenían, sumado que habían invitado a más personas para que fuera más poco la plata a poner, entramos a la discoteca, la música a tope no dejaba de resonar en mi cabeza, esa sensación de poder hacer todo, me hizo sentir un poco de adrenalina. 

—¿Todo bien? —Me pregunta Pol y asiento. 

—Tal vez sea la última vez que salga, ¿no? Al menos de esat forma. 

—No, en España te llevaré a todo lo que sea posible, te haré disfrutar de todas las formas posibles —Me sonrojo un poco al escucharlo —También de esa forma si me dejas —Sigue y me volteo para negar con la cabeza. 

No sé en que momento mis amigas se habían ido para ir a bailar con desconocidos, incluso Caled estaba con una chica, alzó mi pulgar por esa forma de bailar. 

—¿te gustaría bailar? —Me pregunta un chico ajeno, era lindo, pero no mi tipo. 

—Yo no tengo ganas, muchas gracias —Le doy una sonrisa, él asiente para irse del lugar y Pol me mira, mientras toma de su trago, ¿cómo nos ibamos a devolver? 

—No te preocupes por el carro, es mi primera copa —Señala su trago —No tomaré más —Asiento, para sentarme a su lado, yo solo había tomado agua y un poco de gaseosa —¿por qué no aceptaste bailar con él?

—Me parecía grosero. 

—¿El qué? —Lo miro y niego con la cabeza —¿por mí?

—¿Tu qué crees? —Contesto un poco enojada, él ríe y se acerca para darme un beso, el primero en la noche y yo lo sigo. 

—Así me gusta —Siento un cosquilleo en mi parte baja al escuchar ese halago, joder, no sabía que me gustaba que dijeran esas cosas. 

Esa noche, sin mostrar celos al otro, simplemente disfrutamos bailando y viendo a mis amigos hacerlo; mientras reíamos por todo eso.

Más populares

Comments

Era

Era

🤣🤣🤣🤣🤣 como soldaditos en fila

2024-09-05

0

Era

Era

🤣🤣🤣🤣🤣

2024-09-05

0

Griss Romero

Griss Romero

Que buena salida, después de haber encontrado a su tía le viene bien una buena divertida 💖

2024-08-27

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play