satisfacción de Leonardo y Betiana, noticias de nuevos integrantes

Leonardo estaba sentado tomando whisky mientras Betiana le hacía sexo oral. Él gruñía ante la acción de ella. "Eres muy buena haciendo tu trabajo", dijo Leonardo agarrando del cabello a Betiana. Ella se limpió la comisura de sus labios y él la besó. Dejando su trasero expuesto, comenzó a darle palmadas.

"Recuerda desde ahora no puedes irte con nadie, debes complacerme solo a mí", decía Leonardo dándole estocadas suaves y continuas.

"No lo haré, seré solo tuya", dijo Betiana entre jadeos. Sus respiraciones estaban agitadas, sus pechos golpeaban el escritorio de Leonardo. Ellos estaban satisfechos. Por fin, él la sentó en sus piernas y la besó con intensidad, mordiendo sus labios al final.

Después de varios minutos, Alessia volvió a reaccionar. Se sentía algo cansada y con mucho apetito. "Amor mío, por fin despiertas", dijo Alessandro con una dulce sonrisa.

"Mm, bueno amor, por ahora muero de hambre. ¿Qué tal si me llevas a comer con los niños?", dijo Alessia abrazando a Alessandro y dejando un casto beso sobre sus labios.

"Bueno, pero a las 17 tenemos que ir a la clínica. Vamos a que te vea Noah. Te hará una ecografía porque aparentemente seremos padres", dijo Alessandro con entusiasmo.

Alessia sonrió levemente y con sus ojos cristalizados habló: "¿De verdad, mi amor? ¿Tendremos un bebé? Hum, ahora que lo dices, traigo tres meses de atraso. Eso significa que Noah no está errado en su diagnóstico. Esto es fantástico, mi amor", dijo ella abrazando a Alessandro.

Ellos fueron por los niños y luego a almorzar. Estuvieron charlando y llevaron a los niños con Emma y Lorenzo. Ellos querían compartir con sus abuelos la tarde, y tanto Alessandro como Alessia no pudieron negarse a la petición de sus pequeños hijos.

"Giovanni, compórtate o le diré a nuestros padres. Mira, eso es horrible. Tengo mucho miedo a los gusanos", decía Alice dando unos pasos atrás, mientras que

Giovanni sonreía levemente. "Alice, eres muy exagerada. Mira, es una oruga. No hace daño", le dijo Giovanni suspirando. Logró dejar la oruga cerca de un gajo.

Emma, los niños están en el jardín. ¿Puedes decirles que ya estoy listo? - dijo Lorenzo sonriendo. Sentía alegría de que sus nietos quisieran compartir con él.

- Mmm, ¿estás seguro de que irás a ver una película con ellos en la sala? - le preguntó Emma con curiosidad. Lorenzo siempre estaba en la cama, pero los pequeños lograban sacarlo de su habitación.

- Si puedo ir ya, es La Era del Hielo 2. El otro día vimos la 1, pero es divertido mirar con ellos. ¿Emma, podrías hacernos palomitas? - dijo Lorenzo mientras se movía en su silla.

- Vaya, me hacen cocinar y todo. Está bien, lo haré - dijo Emma sonriendo. Ella haría cualquier cosa por verlos felices. - ¡Niños, vengan! ¡Su abuelo los está esperando en la sala! - gritó ella.

- ¡Ya vamos, abuela! - respondieron ambos niños.

Mientras tanto, en el hospital...

- ¡Señora Alessia! El doctor Noah la está esperando. Pase, por favor - dijo la enfermera.

- ¡Gracias! - dijo Alessandro sonriendo. Tomó la mano de Alessia y entraron al consultorio.

- Hola, Alessia. ¡Qué alegría verte bien! Ven, ponte esto y te haremos una ecografía - dijo Noah.

Una vez que Alessia se recostó, Noah colocó un gel sobre su vientre y con un aparato comenzó a ver en la pantalla. Alessandro y Alessia miraban con brillo en sus ojos. Estaban completamente felices. Claro que era de esperarse. Habían hablado de tener hijos, pero más adelante. Y ahora veían un porotito en esa pantalla. Estaban sumamente ilusionados. Ahora su familia estaba creciendo. Escucharon con atención lo que Noah les decía.

- Mira, está muy bien. A ver, aquí hay dos bebés. No logro ver bien, pero mira, allí se ve mejor. Vaya, están en perfecto estado. Me gustaría que vengas en 15 días. Hoy te voy a dar unas vitaminas y haremos el seguimiento del bebé. Los felicito - dijo Noah con una sonrisa.

- Noah, muchas gracias. ¿Entonces solo estas vitaminas? - dijo Alessandro sonriendo. Estaba muy feliz.

- ¿Podré seguir teniendo intimidad con Alessandro? - preguntó Alessia, aunque su cara se volvió roja como un tomate y la de Alessandro aún más. Ella no quería tener dudas.

Mm, si normalmente no cambia en nada, uno o dos es solo un embarazo. Eso sí, nada de brusquedad, dijo Noah entregando las recetas.

Gracias, respondieron ambos. Se despidieron y fueron a la farmacia por las vitaminas. Luego fueron a casa de Emma y Lorenzo tendrían que contarles la noticia de que serán abuelos y contestar las dudas de sus pequeños hijos, que seguro tendrán muchas preguntas para hacerles.

Continuará...

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