secuestro de Giovanni

Hace 2 años...

Andrea Vitales

Mi vida no fue nada fácil. Mi esposo falleció de un día para otro y mi corazón quedó acongojado, pero tenía que ser fuerte. Personas fieles a mí, como la ama de llaves Hortensia Peretti de 63 años, siempre cuidaron de mi esposo Emanuel Ferrari, ingeniero industrial y dueño de la petrolera FORDISOF. Cuando nos casamos, fue por contrato. Después de un año de casados, yo era su asistente y nos enamoramos. Quedé embarazada y un día, mientras salía antes del trabajo para comprar algunas cosas para mi bebé, comenzó nuestro calvario. Me secuestraron y torturaron hasta que perdí a mi pequeño. Cuando Emanuel me encontró, estaba hirviendo en fiebre y me habían abandonado cerca de la casa. Me hicieron una cesárea y me quitaron a mi hijo. Caí en un pozo depresivo y no podía ni estar cerca de Emanuel. Él tomó la decisión de irnos un tiempo a Nueva York, donde me trataron la depresión y comencé con terapias. Pareció que todo estaría bien cuando llegamos una noche y un Mercedes negro se estacionó justo adelante de nuestro auto. Comenzaron los disparos y perdí el conocimiento. Me desperté 6 meses después y Hortensia me cuidaba. Nuestro contador se encargaba de llevar adelante la empresa con Henry, nuestro amigo.

Desperté y fui sometida a un tratamiento de 4 meses para volver a caminar normal. Fui a Alaska y me quedé un año y medio entrenando con la fuerza especial. Aprendí mucho y cuando volví, inmediatamente logré dar con los culpables de tanto dolor causado. Eran los tíos de Emanuel y pertenecían a una banda de secuestradores. No solo eso, sino que también estaban metidos en el tráfico de armas y drogas. Robert y Ernest Ferrari comenzaron a seguir sus pasos, pero ellos ya casi nos tenían en banca roja. Aumentaron a trabajar a la par de Henry y Alberto y logramos estabilizar la empresa. Pero para eso, Henry fue asesinado en su apartamento. Lo acribillaron y mi corazón estaba desesperado. Comencé a buscar perfiles de hombres que han pasado por mucho en su infancia para que sean preparados y queden a mi lado como mis guardaespaldas y asistentes. Ahora, Orlando y Antonio encajan perfectamente en ese perfil.

Llamada entrante desconocida...

Andrea 📱 Hola Orlando, soy Andrea.

Orlando 📱 Hola, ¿cómo obtuve mi número?

Andrea 📱 Necesito saber si tomas la decisión, que es muy importante para mí, que aceptes. Te pido ¿si puedes decirle a Antonio?

Orlando 📱 Mm, bueno, le voy a hablar a mi hermano a ver qué dice.

Andrea 📱 Bueno, gracias. Te veré en una hora. Espero ansiosa tu respuesta.

Orlando no sabe quién es y me dices para que vaya contigo y si nos matan? Decía Antonio que por la emoción se le pasó la borrachera. Era increíble que una mujer busque a Orlando.

Antonio vamos, quizás sea nuestra oportunidad para hacer algo con nuestras vidas. Dijo Orlando que sintió curiosidad sobre ese trabajo.

Orlando si yo no me siento cómodo me vuelvo, dijo Antonio.

La verdad es que fueron 6 meses de trastornos y comenzaron a trabajar con Andrea Vitales. Ahora Antonio era escolta personal de ella y Orlando su mano derecha en la empresa. Por ahora, vencieron sus adicciones. La verdad era que no les daba el tiempo para eso. Su vida estaba cambiando. Orlando ya estaba trabajando como abogado y su primer caso fue de Andrea Vitales. Ganó el juicio con el resultado final que obtuvo al 100% la empresa de Andrea Vitales. Le ganó a uno de los mejores abogados de Florencia. Resultó que él no era malo en su profesión.

Antonio estaba feliz por Orlando. Después de eso, se despidió y Andrea le pidió a Orlando que no se fuera, que se quedara esa noche. Fue así que comenzó a tener un romance y resultó que Andrea quedó embarazada. Estaban sumamente enamorados y la felicidad se hacía presente.

ACTUALMENTE...

Pero nadie sabía nada. Ya faltaba poco para el nacimiento de su bebé cuando se casaron. Orlando sigue trabajando con casos millonarios, y Antonio se encarga de cuidar a Andrea.

Mientras tanto, Alessia llegó a casa y llevó a sus pequeños Alice y Giovanni por helado con Emma. Estaban en el parque cuando un automóvil se estacionó y bajaron 2 hombres con arma apuntando a Alessia, tomando a Giovanni y se lo llevaron. De pronto se oyó pum, pum. Alessia vio caer a la pequeña Alice y a su madre al piso. Comenzó a correr tras los hombres, pero no logró alcanzarlos. Volvió desesperada, gritando pidiendo ayuda. Con su pequeña en brazos lloraba. Se acercó un hombre y llamó a la ambulancia e hizo presión en la herida de Emma.

Alessandro Rizzo, de 32 años, es el CEO soltero más cotizado. Es un hombre aventurero que nunca quiso dañarse y está dedicado a la empresa de su padre. Actualmente está al frente de la empresa aquí en Montevarchi, cerca de las instalaciones donde trabaja Alessia.

La ambulancia llevó a Emma y a la pequeña Alice, mientras Alessia esperaba que los doctores le avisaran alguna novedad de su hija y madre. Alessandro Rizzo estaba haciendo llamadas. Inmediatamente entraron escoltas con cambio de ropa y otro traía una carpeta como si le informaran algo. Alessia estaba devastada, sus lágrimas ya no salían. Tenían una mezcla de odio y dolor. ¿Quién será el maldito que les estaba causando daño? Llegó a su padre.

—Papá, por favor, vienen borrachos cuando mi madre está peleando por su vida y mi hija también. No ves que me quitaron a mi hijo —decía Alessia con amargura—. ¿Qué quieres que haga? Es tu culpa, maldita sea. Alessia sabe que tenemos enemigos y se te ocurre llevar a tomar helado a los niños al parque —gritó Lorenzo apenas podía estar de pie—. Si, papá, claro. E imagino porque tantos enemigos. Eres tú el que siempre hace mal todo —dijo Alessia ni bien terminó de decir esas palabras y Lorenzo le dio una bofetada.

—Te callas, no eres nadie —levantó su mano para pegarle una vez más, pero una mano fuerte lo detuvo—. ¿Y tú quién eres? ¿Así seguro el que paga a mi hija por su servicio? —dijo Lorenzo y este le sonrió levemente. Le dio un puñetazo a Lorenzo provocando que cayera—. Usted no debería ser padre. Es incapaz de valorar lo que tiene, señor Lorenzo Coppola. Mi nombre es su peor pesadilla —dijo Alessandro ayudando a Alessia. La sacó de allí y le dio un poco de café—. Gracias, pero no debes haber hecho nada. Estoy acostumbrada a que nos insulte —dijo Alessia derramando lágrimas. Alessandro limpió la sangre de sus labios con delicadeza—. Una dama no merece ser tratada de esa manera —dijo él limpiando las lágrimas de Alessia.

—Señor, logramos localizar el automóvil que se llevó al niño —dijo Edwards. Alessia sintió que su corazón comenzó a latir otra vez—. ¿Puedo ir, por favor? —dijo ella.

—No debes estar aquí. Ellas te necesitan. Yo iré con mis hombres y prometo regresar con él. Ve a ver cómo salen de cirugía —dijo Alessandro saliendo del lugar, pero giró sobre sus pies dando órdenes a—. Enzo, quédate con la señora Alessia. Por ningún motivo dejes que su padre se acerque —decía él pasando la mano por el cabello. Aparentemente estaba nervioso—. Sí, señor Alessandro. Estaré pendiente de la señora Alessia —dijo Enzo caminando junto a Alessia.

Cuando llegaron al lugar, ya no se encontraban allí, pero dejaron un mensaje: "Nos devuelven lo que es nuestro o no volverán a ver al mocoso". Alessandro observó el lugar y encontró a un hombre muerto. Su identificación decía Alonso Martini. Busca información. Este hombre está congelado y lleva mucho tiempo muerto. Llama al comisario e informa de esto. Ustedes siguen buscando en todo el lugar. "Señor, se está moviendo el rastreador. Está a una hora de aquí", dijo Edward. Él apenas ubicó a los secuestradores y les puso un localizador bajo la furgoneta. El automóvil abandonado era coincidencia o algo olía mal. Aquí estaba a nombre de Alonso Martini. "¡Vamos tras ellos!", dijo enojado Alessandro.

Mientras tanto, el hombre más despreciable estaba sentado al lado del pequeño Giovanni. "Así es, volví pequeño. Tu madre y ustedes serán felices conmigo", decía Leonardo Caruso. Causaba mucho miedo al pequeño. Estaba temblando. Ese hombre fue el que violó y abusó de manera desagradable de Alessia. Confabulado con Lorenzo, mintió que corrió a Alonso mientras lo tenían prisionero en un lugar. Lo torturó mucho tiempo y lo congeló estando aún con vida.

Sin percatarse de que ya los estaban siguiendo, ellos siguieron por el camino a las montañas, donde este hombre vivía. Uno de los hombres de Leonardo pidió que se detuvieran porque vio una luz roja que encendía y apagaba debajo de la furgoneta. Se bajaron y quitaron el rastreador, dejando en manos de uno de los que tienen moto, que desvió a los que venían tras ellos.

¿Qué va a pasar con el pequeño Giovanni? ¿Alessandro podrá ayudar a Alessia? ¿Quién es él en realidad?

Agradezco a todas las que me siguen. No olviden comentar, dejar un me gusta y calificar si esta historia les llega. Sé que es feo porque hay muchas cosas desagradables, pero pronto la historia dará un giro especial.

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