Alessia le deja claro a Betiana que no pueden vivir bajo el mismo techo

Alessandro y Alessia se fueron a descansar al siguiente día que habían trabajado. Llegaron y Alessia se encargó de los niños, mientras que Elvira preparaba la cena con Enzo y Emily. Alessia bajó a dejar a los pequeños en el living y fue a la cocina.

"Hola, ¿Alessandro? Ya terminé con los niños y vine por él", dijo Alessia tomando un pedazo de tomate. "Mm, que rico", agregó ella.

"Mm, eso me huele a embarazo", dijo Elvira sonriendo dulcemente. Alessia casi se ahogó al oírla.

"Toma un poco de agua, yo creo que seré tío entonces", dijo Enzo en un tono burlesco y Alessia solo sonrió.

Betiana entró al despacho y Alessandro estaba concentrado en su laptop. Levantó la mirada y volvió a lo que estaba haciendo, mientras que ella abrió el vestido quedando expuesto.

"¿Qué quieres Betiana?", dijo Alessandro y siguió escribiendo.

"¿No quieres verme? ¿Ya olvidaste la noche de pasión que tuvimos?", dijo Betiana. Caminó coqueta y rodeó el escritorio acariciando con su dedo índice. Llegó hasta Alessandro.

"¿Qué haces? ¿Acaso no entiendes que tú y yo no tenemos nada? Estás obsesionada. Yo amo a Alessia", dijo Alessandro.

Alessia escuchaba detrás de la puerta. Ingresó sin pedir permiso, fue hasta Alessandro y agarró a Betiana de su brazo. La empujó y le dio una bofetada y otra tras otra. Su mano le ardía, pero ella estaba muy enojada. Betiana solo se tocó sus mejillas. Ella nunca pensó que Alessia sería así.

"Zorra, en mi casa no hay lugar para otra. Así que tomas tus cosas y te largas. ¡Fuera de mi casa!", gritó Alessia muy enojada. Se oyeron los gritos hasta en la cocina.

"Alessandro Rizzo, que te quede claro. Si quieres vivir conmigo, deberías despedir a esa mujer. Yo no pienso convivir con esa zorra bajo el mismo techo, porque cuando menos espero estar en nuestra cama", dijo ella muy enojada. Su rostro estaba rojo.

Alessandro abrazó a Alessia y le dejó un beso en sus labios. "Si, mi amor, lo que tú quieras. Tranquila", dijo Alessandro. La tomó de la mano y sonrió. Ella lo miró apenada porque levantó la voz y él era más tranquilo que agua de tanque.

"Amor, lo siento. Me excedí, pero no voy a permitir que nadie se te acerque. Eres solo mío", dijo Alessia y le dio un beso apasionado. Esto le agradaba a Alessandro. Él disfrutaba verla enojada y decidida.

¿Todo bien, mi niño? - Dijo Elvira con seriedad, aunque los gritos fueron evidentes, y Emily con Enzo se llevaron a los niños al jardín para que no escucharan la discusión. "Nada, mi querida Elvira, dile a Betania que mañana pase a buscar su liquidación", dijo Alessandro. Llevó a Alessia al comedor, y Elvira fue a entregar el recado.

Betiana estaba llorando cuando llegó Elvira. Ella se asustó y la miró con lágrimas, diciendo: "¿Qué vienes a humillarme?" Elvira le dio un pañuelo y sonrió: "Vine a decirte que mañana debes venir por tu liquidación, y que te lo advertí y no me escuchaste. Espero puedas conseguir un empleo pronto", dijo Elvira. Se despidió y salió de la habitación.

Después de ese momento tan incómodo, cenaron en armonía. Llevaron a los pequeños a descansar, y Alessandro pidió que Enzo se encargara de la liquidación de Betiana.

"Gracias, Alessandro, por cuidarnos. Alice y yo queremos preguntarte si podemos decirte papá. Nosotros, desde que estamos aquí, nos sentimos como si fuéramos tus hijos", dijo Giovanni con su mirada triste. "Sería un honor para mí. Ustedes son mi prioridad, y yo con gusto sería su papá", dijo Alessandro. Los pequeños subieron a su regalo, él los abrazó con tanto amor que dejó un beso en su frente, mientras Alessia contemplaba esa imagen tan tierna con sus ojos cristalizados. Alessandro les leyó un cuento, y los niños se durmieron. Él los acogió y fue con Alessia a su habitación con una gran sonrisa. "Creo que te ganaste el amor de mis pequeños. Sabes, tengo muchas ganas de comer helado", dijo ella abrazando a su hombre. Lo besó con ternura, y Alessandro sonrió y la llevó a la cama. "Debería mandar por ese helado entonces. Ven aquí, mi amor, nos quedamos esperando mientras nos traen, ¿quieres?", dijo Alessandro besándola y acariciando su mejilla. "Te amo, Alessandro. Manda por ese bendito helado porque deseo comer. Que sea chocolate con almendras, amarena y bombón de dulce de leche", dijo Alessia. Él solo la miró y se dijo a sí mismo: "Es raro, esta semana dos veces pidió helado y se lo come sola. Tendré que llevarla a la clínica".

Lo que menos se imagina es que viene un pequeño en camino. Ahora les esperan días muy felices mientras Leonardo se prepara para atacar y tendrá nuevos aliados. ¿Quién será el nuevo aliado que la quiere separar a Alessia de Alessandro? Están ensañados con destruir la felicidad de ellos. Aunque pusieron más guardaespaldas, están siendo vigilados muy de cerca.

Gracias por seguirme. Dejen su "me gusta" y sus comentarios. Un cariño enorme, Mary.

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