primer encuentro Alessia y Alessandro

Alessia y Alessandro no pasaban de un beso. Él era tierno, respetuoso y no quería presionarla. Era paciente y ya llevaban un año viviendo juntos, y hacía cuatro meses que eran novios oficialmente. Emma estaba feliz de ver a su hija feliz, junto a sus nietos. Después de ver sufrir a su hija, no deseaba más que la felicidad de ella. Esta tarde, en la oficina, Alessandro besó con más intensidad a Alessia y ella solo dejaba fluir, más allá de sus sueños húmedos, que últimamente eran muy frecuentes...

Alessia estaba cansada y no podía dormir. Fue por un poco de helado para quitar la ansiedad que tenía. Estaba buscando el helado cuando sintió que unos brazos la envolvieron a través de su cintura y la atrajeron hacia su cuerpo. Sintió esa colonia tan rica, cerró los ojos y aspiró. Sus besos estaban recorriendo su cuello con sus besos húmedos. Su respiración hacía que ella disfrutara de su acción. Él la mordió suavemente el hombro y la volteó. Se besaron intensamente. Menos mal que la volteó, ya que sentía su erección como rozaba en su trasero. Sus manos recorrían su cuerpo traicionero. Él la hizo soltar un jadeo de placer. Él la levantó sobre la isla y comenzó a acariciar su zona prohibida. Sus manos eran suaves y todo era perfecto hasta que sintió su miembro en la entrada. Oh dios, este hombre era bien dotado. Sintió como jugaba en la entrada y entrando. Sintió como abría camino. Se despertó agitada. Dios, tenía estos sueños muy seguidos. Se levantó y fue a la cocina. Cuando llegó, se encontró con Alessandro sentado bebiendo whisky. Él le sonrió. Este hombre estaba en todas partes...

- ¿No puedes dormir? - Dijo Alessandro sonriendo levemente. Recorrió con la mirada el cuerpo de Alessia y estaba tan bella como para no hacerlo.

- No tuve un mal sueño y vine por agua. ¿Y tú qué haces aquí y bebiendo whisky?

- Alessia, ¿qué soñaste? ¿Mm, si se puede saber?

- Contigo - (lo dije sin titubear) - Lo siento, mejor me voy a descansar.

- ¡No te vayas! Quiero saber qué soñaste - Alessandro decía con una sonrisa pícara. Notó que Alessia estaba muy roja. Se acercó y tomó el mentón de ella. La besó con intensidad y la levantó. Ella envolvió sus piernas en la cintura de Alessandro y se dejó llevar. Él caminó con ella en sus brazos y su mirada seguía siendo dulce, pero tenía un brillo especial...

" Aaaah, Alessia, te necesito", dijo él entrando a su habitación. La dejó sobre la cama y la besó en cada parte, provocando que Alessia se estremeciera. Ninguno decía nada, solo se despojaron de aquellos pijamas, quedando frente a frente. Se miraron y volvieron a besarse. Alessandro lo estaba disfrutando.

"Si deseas que me detenga, solo dímelo", dijo Alessandro mirando a Alessia con ternura. Ella solo asintió y él siguió. Sus besos estaban recorriendo el cuello de Alessia, sus besos húmedos, su respiración hacía que ella disfrutara de la acción de Alessandro.

Le mordió suavemente su labio, se besaron intensamente. Ella podía sentir la ere*ción como rozaba en sus piernas. Las manos le recorrían el cuerpo, ella como si la estuviera esculpiendo. Ella sentía que el cuerpo la estaba traicionando, soltando un jadeo de placer. Este fue acariciando hasta llegar a su zona prohibida, sus manos suaves. Todo era perfecto hasta que sintió su mie*bro en la entrada de su intimidad. Su sueño era real, pensó sintiendo lo dotado que era Alessandro y sintiendo deseo de tenerlo. Al sentirlo como jugaba en la entrada, se posicionó y entró en ella de una sola estocada. Esta soltó un jadeo y él un gruñido de placer. Disfrutaron hasta llegar al clímax, ambos agitados. Sonriendo, se dieron un beso.

Alessia, ¿te arrepientes de esto? Te amo. Quizás esto sea incómodo, pero yo quiero que seas mi esposa, que sigas aquí conmigo y tus hijos. Sabes que los amo como si fueran míos...

Mm, no. fue hermoso. Lo disfruté mucho. Puedo decir que pensé que era un sueño, pero al final no. -sonrió Alessia y lo besó con ternura.

Después de una ducha, ambos se quedaron dormidos. Los dos estaban cansados y, por primera vez después de tanto tiempo, no se limitaron. La mañana siguiente era domingo y no trabajaban...

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