El cenar transcurrió tranquilo y armonioso, cerca de las diez de la noche, Igor todavía no podía dormir. Parecía que aún no había logrado ajustarse al cambio horario y se encontraba en una habitación relativamente extraña.
Había ocurrido muchas cosas ese día y aún las procesaba en su mente. Se puso la camisa de su pijama y se preparó para dar un paseo por el jardín, tal vez así lograría cansarse un poco y conciliar el sueño. Igor se llevó una sorpresa al abrir la puerta, ahí, apoyado en la pared, se encontraba el pequeño Samuel.
El niño estaba parado allí con los ojos rojos, parecía desamparado y herido. Aunque durante el día intentara aparentar ser adulto, seguía siendo solo un niño y actuaba como tal. Igor se acercó a él, intentado descubrir qué había causado su llanto.
- ¿Por qué estás llorando, Samuel?
Él solo intentó tragarse el llanto y negó con la cabeza, a pesar de parecer herido, aún no quería hablar. Igor tenía poca experiencia con niños y volvió a preguntar.
- ¿Por qué estás llorando, ratón? - lo provocó.
- No soy un ratón, soy un hámster -respondió, desmientiendo la provocación.
- Está bien... hámster, pero ¿me vas a decir por qué estás llorando?
Samuel vio la sonrisa en el rostro de Igor y ya no se enfadó por la provocación.
- ¿Quieres que te lleve con tu tío o con la señora Odete?
- No me lleves con mi tío, no le gusta que llore.
Por un momento, Igor se preguntó si Enrico podía ser tan malhumorado como para no permitir que un niño llorara. A pesar de querer ocultar el motivo, Samuel se abrió con él.
- Soñé con mi mamá.
Ante esa respuesta, el corazón de Igor se apretó. Sabía cómo podía sentirse esa sensación, ya que cuando él era niño había soñado varias veces con su madre y, al perderla, tenía más o menos la misma edad que Samuel.
Igor se agachó y tomó al niño, llevándolo de regreso a su habitación. Una vez que entraron, le hizo algunas preguntas.
- ¿Recuerdas cómo era ella?
- Sí, está en la foto, igual que en el sueño - le dio un sollozo leve - ¿Por qué los demás niños tienen mamá y papá y yo soy el único que no?
La tristeza era visible en su voz.
- ¿Quién te dijo eso? - lo acostó en la cama - Yo tampoco tengo mamá.
- Entonces, ¿eres como yo? - sus ojos brillaron de expectativa.
Igor lo cubrió con la colcha y, sin darse cuenta, habló suavemente, con ternura.
- Sí, pero sé dónde están tus padres.
- ¿Dónde? - sus ojitos parecían brillar en ese momento.
Igor recordó cómo hacía su madre. Acarició suavemente la frente del niño. Una nostalgia se reflejó en sus ojos, parecía estar intentando calmar a Samuel, pero él lo hacía recordar a sí mismo.
- Están en el cielo, se convirtieron en estrellas y tú los puedes ver siempre que mires hacia arriba en la noche.
- Mi tío dijo lo mismo - pareció de mal humor, resopló y tomó la ropa de Igor con sus pequeñas manos - ¿De verdad te vas a quedar aquí, como familia? - había emoción en su pregunta.
- Sí, y voy a robar tu pez - le gustaba provocarlo.
- No necesitas robarlo, lo comparto contigo.
Igor sintió que su corazón se calentaba y en ese momento no supo qué decir. Solo asintió y volvió a acurrucar al niño en la cama. Las emociones de un niño eran como una montaña rusa. Después de unos minutos de conversación, Samuel volvió a conciliar el sueño. Igor salió silenciosamente de la habitación para encontrarse con Enrico parado en el pasillo, cerca de la puerta.
Sus miradas se encontraron por unos instantes. Igor cambió su expresión de nostalgia a una de provocación.
- En un día ya me bloqueó dos veces en la puerta, ¿no sería mejor que la próxima vez entrara? - se apoyó en la pared.
- Vi que hiciste un buen trabajo calmando al niño - dijo en voz baja, con miedo de despertar al pequeño en la habitación - Aún es pequeño, es comprensible que se despierte llorando de vez en cuando. Disculpa por las molestias.
- No fue una molestia - movió su cuerpo mirando hacia el interior de la habitación nuevamente y luego miró a Enrico - ¿Uno de los motivos por los que me pidió como esposo es él?
Igor ya había percibido eso, después de la pregunta, Enrico no lo negó, simplemente golpeó varias veces con las puntas de los dedos en el brazo de la silla, respondiendo a continuación.
- Una de las razones sería para impedir ciertos pretendientes poco confiables que me acosan, la otra realmente es por causa de él.
Igor se sintió halagado por la parte de ser confiable, pero aún prestó atención a las expresiones del hombre frente a él. Enrico miró sus piernas y un poco de oscuridad apareció en sus ojos, antes de que él continuara.
- No puedo moverme con facilidad para acompañarlo en algunas actividades en el parque, la señora Odete ya no es tan joven, así que un padre de una manera legal, sería lo ideal. Encontrar a alguien del sexo opuesto sería inconveniente, Samuel no se sentiría cómodo y el divorcio después de que el acuerdo termine, podría afectar la reputación de una mujer.
Todo lo que Enrico dijo tenía sentido y era muy preciso, para que nadie dudara de sus razones, Igor curvó un poco sus labios y estrechó sus ojos hacia él, sintiendo que había algo más en esa historia.
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Comments
Gledys Hernandez
que será lo que oculta Enrico.
2024-04-05
7