Capítulo 8

Todos seguían impactados por aquella pregunta, ¿cómo podía sugerir que Enrico Moretti hubiera ido a esa casa para proponerle matrimonio a él? Su familia en ese momento deseaba tener una mordaza para taparle la boca a Igor, así podría dejar de decir cosas que no debía. Todos estaban preparados para ver a Enrico desatar su ira sobre el chico, pero inesperadamente, él respondió de manera más suave.

- ¿Cuál es la diferencia entre las dos propuestas? -su dedo aún recorría el brazo de la silla.

- Bueno, si vino a proponer matrimonio al joven de su familia, sugiero que dé media vuelta y se vaya -sus palabras fueron claras, pero aún con el mismo tono provocativo.

Todos se preguntaban si en realidad estaba loco, ¿cómo podía decirle a ese hombre que se fuera? ¿No estaba jugando con la suerte? ¿O estaba buscando la ruina de su familia con su propia desgracia?

El abuelo de Igor estaba desesperado, viendo a su nieto actuar de esa manera, casi estaba sufriendo un ataque cardíaco al pensar en la situación en la que Igor los estaba metiendo.

- Igor, ¿qué insolencia es esta? ¡Pide disculpas al señor Moretti! -intentó salvar un poco la situación.

Igor escuchó la reprimenda de su abuelo y no pudo evitar sentirse satisfecho al verlo en pánico, esbozó una leve sonrisa, sintiéndose más animado que nunca. En ese momento pudo ver cuánto poder tenía, si lo tuvieras, las personas como su abuelo, arrogantes por naturaleza, terminaban por agachar la cabeza, tal como estaba haciendo en ese momento.

Lo que más le divertía a Igor en ese momento era pensar en el hecho de que no querían que se casara con alguien de la familia Moretti. ¿No querían a toda costa que fuera obediente y hiciera lo que querían? Bueno, lo estaba haciendo, pero no de la manera en que su familia quería. Aunque Igor todavía no estaba seguro de ese sueño, recordaba que si huía, su vida estaría arruinada, por lo que lo haría, pero a su manera.

Enrico pudo ver la burla en esa sonrisa, sus ojos afilados a través de esas gafas, parecían ver todo lo que sucedía y ante esa percepción, agregó:

- ¿Y si propongo matrimonio para mí?

Esa mañana estaba siendo muy interesante, en lugar de enojarse en público por la actitud de Igor, Enrico básicamente estaba cediendo ante los caprichos del joven, algo que nadie lo había visto hacer antes. En la parte de atrás, Jhone prestaba atención a la dirección que estaban tomando las cosas y finalmente su expresión de buen chico cambió.

El joven con el que Igor se casaría no era más que un playboy, pero Enrico era diferente, era el jefe de una familia poderosa, por lo que los intereses detrás de todo eso cambiarían. Enrico era alguien que no podía ser manipulado, y si Igor se casaba con él, las cosas podrían no salir como él quería, incluso la posición de Igor se elevaría.

Andrea vio la expresión de su hijo, entendió lo que estaba en juego y trató de intervenir en ese asunto.

- Igor, sabemos que por haber sido criado en el extranjero, te gusta jugar y tal vez no entiendas la seriedad de las cosas. Sé que eres joven y crees que no te has divertido lo suficiente y por eso no quieres casarte, pero este no es el momento para juegos, ¿qué pensará el señor Moretti de ti y de nuestra familia?

A primera vista, cualquiera que escuchara ese discurso pensaría que era solo un consejo y que ella estaba preocupada por su bienestar, pero Igor sabía muy bien lo que ella quería, de hecho, ella solo quería dar una muy mala impresión sobre él a Enrico y eso hizo que también viera lo desesperada que estaba en ese momento. Se enderezó y refutó su argumento.

- Tía, ¿cuál es tu problema? ¿Ahora te toca a ti querer enseñarme una lección?

- Tú...

El discurso de Andrea fue interrumpido por la mirada gélida de Enrico, él se quitó los anteojos lentamente, revelando una mirada aún más fría sin esas lentes.

- No me pareció que estuviera bromeando -respondió mirándolo fijamente.

Enrico argumentó, poniendo fin a la posible obstrucción de esa familia, levantó la mirada hacia Igor, repitiendo su pregunta, algo que no solía necesitar hacer.

— Aún no has respondido mi pregunta, si te propongo matrimonio, ¿me considerarías digno de ti?

Igor encontró la mirada de Enrico y por primera vez sintió una especie de conexión, mirando más detenidamente y sin las provocaciones y bromas, parecía haber visto esa mirada antes, no era la misma mirada gélida que le había dado a su madrastra, tenía un calor que él no entendía, pero ese pensamiento desapareció rápidamente. Enrico no era el tipo de hombre que olvidaba fácilmente, pero se sorprendió con la pregunta, ¿no era él quien debía preguntarse si era digno de Enrico?

— Claro que eres digno — respondió sin poder usar un tono bromista.

Igor no estaba mintiendo en ese momento, ¿cómo Enrico no iba a ser digno de él? No importaba por qué motivo se había involucrado en el juego, y lo estaba ayudando a escapar de esa casa, simplemente iba a aprovechar esa oportunidad para liberarse de esa situación y de su familia.