cap 20: Comienzo dificil.

👜👜 Emily Dudamel 👜👜

El viaje en autobús fue duro varias horas para llegar a mi destino, una mujer con un niño que solo lloro por casi todo el camino, cosa que me pareció muy raro, porque no vi que hiciera algo por calmarlo.

Varios de los pasajeros estaban molestos y ella solo decía que entendieran que era un bebe, hijo de su hermana quien había tenido un accidente.

Nada pintaba bien y querían bajarla de la unidad de transporte.

Le ofrecí ayudarla y acepto a regañadientes, cosa que me pareció aun más rara.

Tome al pequeño, quien sollozaba en mis brazos, estaba sucio y necesitaba un cambio, además se veía hambriento y deshidratado, algo muy malo ocurría lo podía ver en los ojitos de ese angelito.

Tiene pañales y toallitas, la mujer negó.

Yo tenía toallitas desmaquilladoras, pero no pañales.

Alguien tiene un pañal grité y un señor abrió un paquete y me entrego dos.

El chico de al lado se levanto para que acostara al bebe, lo cambie, estaba muy irritado producto del tiempo que tenía con el panal sucio, me dio mucho verle la colita así.

No dije nada, por sentía que ella no era nada del bebe, no sé algo me decía que debía hacer algo por salvar a ese príncipe.

La ropa del bebe se veía lujosa en comparación con los trapos humildes que la mujer llevaba, le di agua y tomaba con desespero como si no hubiera bebido en horas el vital líquido, saque una galleta y se la di, niño la devoró en seguida así que abrí otra y lo mismo ocurrió, el bebe me miro sonriente como si me agradeciera, esa acción me dio el valor de hacer algo.

La mujer se levantó y me quito el niño de los brazos, este comenzó a llorar otra vez, para luego dormirse, ni las gracias me dio la horrible mujer, pero no me importa.

Una alcabala de la policía detenía el tráfico y revisaba vehículo por vehículo.

La mujer envolvió al niño en una cobija, no quitaba mi mirada de ella, pues veía su nerviosismo, lo que me confirmaba que algo malo ocurría.

Dos oficiales ingresaron a la unidad y nos dieron orden de bajar, solo quedarían embarazadas, mujeres con niños, ancianos y discapacitados.

Esa era mi oportunidad, baje y en silencio me dirigí a un oficial, hable en inglés con un poco de dificultad explique lo que ocurría y el policía se miró con otro y dejaron ese es.

Entraron al bus y salieron con la mujer quien se negaba a entregar al bebe, cuando se lo quitaron y lo desenvolvieron de la manta vieron que era el bebe que buscaban.

Hacía unas horas antes la mujer había secuestrado al bebe de un parque dejando golpeada a la niñera, era de una familia acaudalada y pedía rescate por el niño.

Se la llevaron detenida, el sargento me agradeció, la familia del bebe llego emocionada, subiendo al autobús vi como el pequeño sonreía en brazo de su mamá.

Todos me felicitaron por tan heroico acto.

El viaje transcurrió y llegué a mi destino, Francis me recogió en el terminal de pasajeros, tomamos un taxi y fuimos a su hogar un modesto, pero cómodo y acogedor departamento que compartía con otra chica a la que presento como Olivia, me instale en una pequeña habitación con aspecto de oficina que tenía un closet de donde se desplegaba una cama de una plaza.

Ayude a preparar la cena, tome un baño y me acosté cansada.

Al siguiente día me levante temprano hice café y revise el periódico en la sección de empleos, vi varios anuncio y me dispuse a ir con mi mejor actitud.

Tome un baño rápido y me vestí con unos pantalones negros blusa rosa palo con detalles en encaje y unas zapatillas blancas, tome una taza serví leche y cereal me senté y desayune.

Francis y Olivia se levantaron tarde, porque ellas son meseras en un bar y trabajan de noche.

Fui a los lugares donde solicitaban, y fui rechazada en todos, muchos me miraban mal a ver que soy venezolana, como discriminan y tildan a todas las personas por los errores de otros, no todos los venezolanos somos malos, habemos quienes solo venimos a trabajar para ayudar a nuestra familia que otros hagan cosas indebidas no significa que todos somos iguales.

En cada posible lugar me rechazaban y al terminar él día seguía desempleada.

Llegue a casa desanimada y las chicas me decían que no estuviera triste que siguiera buscando y sino ellas hablarían con su jefe, para que me diera empleo.

Les sonreí, pero me negué a esa posibilidad no me veo trabajando entre borrachos y menos usando esos uniformes tan reveladores.

Al día siguiente fue igual, y al siguiente, ya tenía una semana y no encontraba trabajo, por más que ayudaba en casa me sentía incómoda que ellas me mantuvieran.

En mis ratos libres tejia, y ya tenia varios peluches.

Una nueva semana inicio y oré mucho a Dios Por conseguir un empleo, con mente positiva salí y despues de ser rechazada en dos ocasiones y cuando estaba por tirar la toalla.

Entre a un Mac Donald que tenía un aviso de se solicita personal para atención al público, me entrevistaron y obtuve el trabajo.

Comencé al día siguiente donde me dieron el uniforme y me explicaron con calma todo lo que debía hacer.

Las semanas pasaban y aunque mis jornadas eran largas y extenuantes, no me quejaba, mis pies eran los que más sufrían con ampollas e hinchazón, estar parada todo el día atendiendo y sirviendo comida no es fácil, pero soy una luchadora como todas las mujeres venezolanas, que somos aguerridas esforzadas y valientes y no, nos dejamos intimidar ni vencer ante cualquier circunstancia, cuando ya siento que no puedo más pienso en mi familia en especial en mi pequeño y ese es el impulso para seguir adelante.

Con el tiempo me he hecho amiga de todos mis compañeros y juntos salimos los fines de semana.

Les he contado parte de mi historia y mis experiencias en el hospital, les conté también de la fundación sin fines de lucro que forme junto a mi familia y que aún sigue brindado ayuda a todos esos niños y ancianos que son recluidos en el hospital.

Más de uno me ofreció su ayuda y mensual reúno 200 $ entre mis compañeros que son enviados a mis padres para comprar leche, azúcar y cereales para los teteros de los pacientes.

Mi familia al igual que el director y una excompañera de clase velan porque los más necesitados sean beneficiados con esa ayuda.

En las tardes por más cansada que llegue de trabajar preparo la cena, lavo los trastes y comienzo a tejer.

Francis y Olivia me motivan a vender mis creaciones tejidas, pero aquí no conozco a nadie que le interese comprarlas.

Meses han pasado y tengo peluches tejidos por todos lados mi favorito es un dinosaurio de 25 cm, cada que lo miro me recuerda a Óscar.

La hija de una compañera de trabajo cumplió 4 añitos y le celebrarían su cumpleaños con motivo de pepa, todos fuimos invitados, decidí hacerle una pepa super especial para la pequeña princesa.

A la niña le gusto mucho y a mis compañeros les encanto el regalo y me pidieron algunos encargos, les mostré fotos de los que ya tenía hechos y vendí varios.

El dinero de mis tejidos lo fui guardando para enviarle algunas cosas a mi Óscar.

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Comments

Linda Gomez

Linda Gomez

Muchas bendiciones a tu hijo y mucha felicidad a tu familia.

2024-04-27

1

ana maria talbott

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2024-04-19

0

Noemi Rosado

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2024-04-19

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