cap 17: Estudiante y mama.

👜👜 Emily Dudamel 👜👜

Tener a mi bebe fue mi mayor bendición, pero también el mayor reto enfrentado en mi vida, si bien nadie nace aprendido, a mí me toco sin compañero al lado, pero como dice el famoso refrán mejor sola que mal acompañada.

Durante la cuarentena mi madre permaneció en casa, ella y mi abuela me cuidaban y consentían muchísimo, además de ayudarme con Óscar.

Los resultados fueron presentados en la base de datos de la universidad y vi que aprobé con excelentes calificaciones.

Tendríamos dos semanas de vacaciones para iniciar el siguiente semestre.

Mi ventaja era que ya tenía aprobadas tres de las ocho materias que vería en este semestre.

Mis llaveros fueron un éxito, mi tía los vendió casi todos y me trajo el dinero, quería seguir tejiendo, pero mi madre no lo permitió diciendo que era malo y podía volverme loca o quedar ciega, no sé si son únicamente creencias o había algo de realidad ahí.

Mi padre volvió al campo a ayudar a mis hermanos, pero venían a visitarme constantemente y me traían cosas para Óscar.

El septo semestre inicio y los profesores muy considerados me permitieron hacerlo semipresencial.

Mila me prestaba sus apuntes y aclaraba mis dudas, igual que le entregaba mis trabajos a los profesores.

Mila me presto su computadora para las clases online y cuando podía iba a la universidad a presentar algún examen.

Me era difícil dividir mi tiempo entre atender a mi bebe y hacer mis trabajos, lo más complicado era cuando debía conectarme en una videoconferencia con un profesor, pero mi abuela me ayudaba mucho.

No sé cómo la mujer de Ricardo se enteró de mí y del bebe, pero avenido en reiteradas ocasiones a insultarme a mi casa, es tanto el acoso y las amenazas de la desquiciada mujer que no tuve de otra que denunciarla a las autoridades y con ayuda del hermano de Milagros, Raúl que es abogado conseguí una orden de alejamiento en su contra.

Mi niño cada vez esta más grande y hermoso.

La situación del país empezó a empeorar más y más, ya no se encontraban varios rubros sino que era por largas colas.

Los artículos de higiene personal comenzaban a escasear.

Así que mis hermanos me compraban varias cosas como toallas, champú, desodorante y jabón de baño, pasta dental, hasta el papel higiénico era difícil encontrarlo.

Los pañales era el otro problema, al igual que la leche de fórmula que mi hijo tomaba.

Solo podía comprarla los padres con la partida de nacimiento del niño, el día de que le correspondía con el terminal de su número de cédula, mi cédula termina en dos y me correspondía los martes.

Me iba de madrugada, hacia la cola y muchas veces no podía obtener la leche o los pañales para mi bebe.

Pablo viajó a San Antonio con un gran pedido de hortaliza y paso la frontera a Colombia de donde me trajo un bulto de pañales G y varios potes de fórmula.

Todo se complicaba cada vez más y nos tocaba comprar los rubros alimenticios a los tan llamados bachaqueros, quienes revendían los artículos de la canasta básica hasta el doble de su valor.

Con dificultad terminé mi septo semestre en último trayecto tuve que asistir pues eran los exámenes finales, así que mama vino a cuidar de Óscar.

Me topé con Ricardo en la entrada y el muy cínico me sonrió con la clara intención de hablarme, pero seguí mi camino e hice como que no lo conocía.

Otro semestre culminado y con un bebe de casi 7 meses, era un éxito, pues muchas abandonan la carrera, pero mi hijo me impulsaba a querer superarme día tras día.

Mis tejidos cada vez eran más fluidos y me quedaban hermoso, hacía desde llaveros, gorros, peluches, bufandas hasta piezas de ropa como vestidos de niña.

Lo más vendido eran los gorros de niños y las bufandas.

Eso era una gran ayuda para mí, que ahora era madre soltera.

Solo me faltaban dos semestres me decía cada día frente al espejo como motivación.

El séptimo semestre inicio, y ya si o si debía ir a diario a la universidad así que cuando mi abuela o mi tía no podían cuidarme a Óscar lo llevaba conmigo, mi bebe era muy tranquilo y solamente lloraba si estaba hambriento o necesitaba un cambio de pañal.

En la universidad era el centro de atención y todos se derretían en halagos para él.

Ricardo intentaba acercarse a nosotros, pero siempre estaba rodeada de compañeros que lo impedían, si no lo quiso y se atrevió a decir que no era su hijo, porque ahora quiere conocerlo.

Los meses pasaban entre mis estudios, mis deberes de madre y mis tejidos.

Óscar cumplió su primer añito y Milagros le organizo la fiesta, mis padres, hermanos y compañeros de estudio estuvieron presentes al igual que algunos de mis profesores, mi hijo tuvo tantos regalos que no sabía ya donde guardar tantas cosas.

Los exámenes finales llegaron y mama vino nuevamente a ayudarme, obtuve la mejores notas de mi clase y estaba feliz.

Óscar ya decía mama, agua, tete y apita, para pedir arepa.

Comenzaba dar pasitos un poco vacilantes, pero para mí era una ternura.

Mi último semestre comenzaría y ya con Óscar más grande, haciendo mil y una travesuras, decidí llevarlo a una guardería cercana.

Me esforcé al máximo en este último semestre mucho más que todos los anteriores, mi príncipe era mi motivación.

Las pasantías la realizaríamos en el hospital o algunos centros de salud rurales, donde verificaríamos el estado nutricional de niños y ancianos.

Fue un golpe duro a la realidad ver a tantos niños mal nutridos por la crisis tan fuerte que atravesaba el país.

Los últimos exámenes finales llegaron, esta vez mama no vino, pues Óscar se había adaptado a la guardería.

Mi hermano mayor planeaba su boda con Marina una hermosa y humilde joven de nuestro pueblo, con quien llevaba un año de novios.

La boda será después de mi graduación.

Prepare mi tesis, con ayuda de un doctor amigo de mi abuela como tutor.

Mi familia vino toda a apoyarme en mi presentación, donde obtuve la nota mayor.

Mi graduación llegó una semana después, donde me toco dar el discurso, ya que tenía el puntaje más alto de la promoción.

Me compré un hermoso vestido verde agua y tejí unas hermosas sandalias para ese día

Mi nino lucia guapisimo tanto que robaba suspiros y no tenia ni dos años.

Mi familia no cabía de orgullo, era la primera que se graduaba y eso era motivo de celebración.

En la graduación había profesores de todas las carreras, pues se realizaba un solo acto de grado para todos los graduandos de diferentes carreras.

Así que fue inevitable no ver a Ricardo, quien me miraba embobado con su fuera un perro queriendo comerse un enorme filete.

Intento acercárseme y a Óscar pero mis guapos hermanos no se lo permitieron.

Baile y disfrute de mi fiesta de graduación hasta que me dolieron los pies, merecido lo tenía después de tanto esfuerzo.

Dos semanas después mi hermano se casó y mi bebe llevo los anillos.

Le tejí una pareja de novios que irían sobre el pastel.

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