cap 6: No todo lo que brilla es oro

👜👜 Emily Dudamel 👜👜

Regrese a la universidad después de compartir unos días con mi familia, me concentre en mis exámenes finales, obtuve muy buenas calificaciones en las dos carreras así termine el tercer semestre mes y medio después de mi cumpleaños.

Tuvimos una semana de vacaciones así que ayude a mi tía en su tienda, era temporada de semana santa y habían gran movimiento de turistas.

Mis hermanos vinieron a traer varios encargos de fresas y me dejaron algo de dinero para mis gastos.

Esa semana fue agotadora, pero me sentí útil.

Las clases comenzaron nuevamente, era mi cuarto semestre y un profesor nuevo llego a la carrera de idiomas, era muy guapo mucho más joven que los demás, pero aun así era más de 10 años mayor que yo, nos impartiría Francés.

Mis amigas babeaban por él, pero él buscaba la forma de llamar mi atención y era más atento conmigo que mis compañeras.

Fue así como poco a poco rompió la barrera de profesor estudiante conmigo y un mes después ya me estaba proponiendo conocernos y salir.

De tonta caí en sus encantos y acepté, fuimos por un café en una cafetería cercana al campus, pedimos nuestras órdenes y mientras tomábamos unos capuchinos me confesó que le gustaba mucho y me beso las manos.

Yo me sonrojé hasta las orejas y con pena respondí que él a mí no me era indiferente.

Esa fue la primera de muchas salidas donde él era muy romántico y atento, todo un caballero, un príncipe de brillante armadura.

En la tercera cita fuimos al cine y me dio mi primer beso, mis piernas eran de gelatina y me sentía en las nubes.

Él me noto inexperta y lejos de molestarle le gusto ser primero y me dijo "bebe yo seré el primero en todo" tontamente creí en su labia.

Todos los días me llevaba un detalle como una rosa o un chocolate, me regalo una pulsera de cuero con nuestras iniciales juntas y yo cada me derretí de lo lindo que me pareció el detalle.

Así pasamos dos meses donde éramos novios de manitos sudadas y besos que me dejaban en la estratosfera, pero el quería más y me lo hacía saber con un no aguanto más bebe quiero hacerte mía.

No me sentía preparada y mi madre siempre me decía que debía llegar virgen al matrimonio, porque si abría las piernas a un hombre antes, después de obtener lo que quería me dejaría votada.

Cada vez que los besos escalaban más y más esas palabras llegaban a mi mente con un stop.

Él se molestaba mucho porque decía que yo lo calentaba y no le daba nada.

Le pedí tiempo, acepto molesto y se fue, los días siguientes de mostró distante conmigo, era su estrategia para presionarme, yo llorando como tonta porque lo perdería, hable con tres amigas para saber que hacer.

Dos de ellas me aconsejaron hacerlo, diciendo que era muy rico y placentero, que me dolería al principio y después lo disfrutaría.

Milagros me dijo no lo hagas amiga, ese hombre oculta algo, mejor aléjate de él, le dediqué una mal mirada, como puedes decir eso, ah si ya se te gusta mi novio y quieres quitármelo fueron mis palabras y su mirada de decepción quedo grabada en mi mente.

Como mosca tras la miel, fui a decirle que si quería, pero que fuera algo especial, pues era mi primera vez, sus ojos brillaron de la emoción y me dijo no te arrepentirás bebe.

Preparo la habitación de un hotel con pétalos de rosa y velas aromáticas, compro varias Smirnoff que es una cerveza dulce con alto contenido alcohólico, muy deliciosa.

Me tomé dos seguidas y sentí mi cuerpo relajarse el comenzó a besarme con ternura para ir volviéndose más apasionados, nuestra ropa fue desapareciendo de nuestros cuerpos y se prendió de mis pechos como niño pequeño eso me encendió y sentía mi centro palpitar y muy húmedo.

Con timidez quite su camisa y toque su pecho no era nada atlético, hasta tenía una pequeña pancita, pero era perfecto ante mis ojos.

Nuestras prendas restantes él se encargó de quitarlas, para tocarme en mi zona V llevándome a la locura, se posicionó y fue entrando en mí, mis lágrimas de dolor bajaban mientras emitía un grito, se introdujo hasta el fondo.

Mis amigas dijeron que dolía, pero eso era horrible, ya eres mía susurro a mi oído, relájate o te dolerá más.

Como podría si el dolor era demasiado, el comenzó a moverse despacio para luego acelerar, yo esperaba que el dolor disminuyera, pero no lo hacía, se volvió frenético nada cariñoso, estas tan apretada gruñía y jadeaba con cada estocada más profunda y fuerte aun, yo deseaba decirle que pare, pero temía que se molestara, calle y deje que siguiera, no lo disfrute ni un poquito, para mí fue horrible.

Por ser mi primera vez él no se protegió, porque era menos doloroso y más rico si un pedazo de látex de por medio.

Termino y salió de mí, yo estaba rígida por el dolor, no me pregunto si estaba bien o si me había gustado, agradecí porque tendría que mentirle.

Fue al baño por una ducha, no me ayudo ni nada, como pude me levante de la cama mis piernas me dolían y ni hablar de mi intimidad, mire las blancas sabanas que ahora tenían sangre y un dejo de tristeza se instaló en mi corazón ya no soy pura pensé.

Despacio llegue al baño, me lave mi rostro en el lavabo y espere a que saliera de la ducha.

Porque no te metiste a bañar conmigo, lo escuche y lejos de ser lindo era más un reproche.

Lo... Lo siento dije con temor, no quería volverlo a hacer.

Báñate tenemos que irnos dijo tajante y salió a vestirse, solo asentí.

Entre a la ducha con cuidado me lavé mi cuerpo y mi parte íntima, cuidando de mí mojar mi cabello o mi abuela sospecharía.

Salí me sequé y me envolví en la toalla, me fui a vestir y estaba al teléfono mirando por la ventana, me vestí rápido para que no me mirara.

Cuando giro yo estaba abrochando mi pantalón, me puse mis zapatos y salimos, me costaba caminar, pero hice mi mayor esfuerzo por seguirle el paso, se veía apurado y preocupado.

Me dejo cerca de casa y se fue sin darme un beso, eso me dolió mucho.

Entre a mi casita y agradeci que mi abuela dormia su sieta, tome un baño donde llore en la ducha por largo rato y me acoste a dormir.

Esa tarde ni cene, no tenia apetito, miraba mi celular constantemente buscando un mensaje de Ricardo, pero no me escribio.

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