Capitulo 13

"Entonces mi padre te acogió cuando tus padres murieron"

"Así es, el señor es mi benefactor, sin embargo era un hombre muy frío e indiferente, paso casi la mayor parte de su vida buscando a tu Madre, así que cuando la encontro, por primera vez en mi vida lo vi sonreír", dijo Francis.

"Mi padre y mi madre lo pasaron muy mal éstos años, debido a un malentendido se lastimaron ambos"

"Pero eso ya no importa, el señor está más feliz que nunca, rebosa de alegría cuando está con ustedes, incluso es mucho más amoroso con tu Madre", agrego Francis.

"Me alegra que mi madre al fin sea feliz"

"Y... ¿Ya sabe que nombre le pondré a su hijo?", pregunto Francis al ver el prominente vientre de Verónica.

"No, aún no, me falta un mes para que de a luz, así que aún lo estoy pensando"

"Ya veo, pero se que usted le pondrá un nombre muy especial y hermoso"

"Si, creo que tienes razón", sonrió Veronica.

Desde que Verónica llegó a Italia, Francis que es casi la misma edad de Verónica la ayudó a adaptarse a la nueva ciudad, ambos con el tiempo se hicieron muy buenos amigos, sin embargo lo que Verónica no sabe es que Francis está enamorada de ella.

"Francis, puedo salir, estoy muy aburrida"

"No puedes Verónica, tus padres dijeron que hasta que no des a luz no puedes salir y más cuándo estás en tu último mes de embarazo", le explicó Francis.

"Solo un rato", suplico Verónica.

"No", dijo con firmeza Francis.

"Tsk... que aburrido", Verónica hizo puchero

"Porque mejor no encendemos la televisión"

"Si está bien"

Cuando la televisión se encendió una mujer de vestido rosa presentaba las noticias con una brillante sonrisa en su rostro.

("Hoy son muy buenos días y más para los futuros novios, la hija del empresario Albert Mendoza, Míriam Mendoza de casa con el unico heredero del Grupo RS, Daniel Risso, hoy en Hotel lujoso Lorem, ser el matrimonio del Año"), informó la periodista.

Verónica al escuchar la noticia se quedó en shock solo paso siete meses desde que terminó con Daniel, pero él ya se está casando con Míriam.

El corazón de Verónica al instante se le rompió en mis pedazos, sin importar que haya pasado aún quería a Daniel, pero al parecer nunca fue importante para él, sino porque se casaría tan pronto, acaso no fue él quien por tres años enteros estaba atrasando su boda con Verónica.

Verónica era la que se sentía traicionada y fueron dos veces.

Ella jamás engañó a Daniel pero las personas detrás de aquel incidente lo hicieron ver qué si.

Verónica está tan dolida que empieza a llorar, quizás está más sensible con su embarazo, por otro lado Francis al ver la reacción de Verónica por las noticias, la apaga, sin embargo lo que pasó no es algo que ambos prevenían.

Debido a todo el shock que le provocó la noticia de la boda, Verónica tuvo un sin fin de emociones negativos, ahora había entrado en labor de parto, Francis angustiado no sabía que hacer, aun faltaba un mes para el nacimiento del bebé, porque se adelantó.

"¡Aaaah!... ¡Francis, mi bebé está por nacer!... ¡Ayúdame!", Verónica grito adolorida.

Francis se calmó, cargo a Verónica que estaba con contracciones y con mucho dolor y la llevo al auto, antes de irse le pidió a una sirvienta que le informaran a los padres de Verónica que ella estaba el labor de parto.

Al mismo tiempo.

La boda entre Daniel y Miriam se llevaba con tranquilidad, todos en el salón de bodas creían que este matrimonio era un día especial para los novios que se amaban mutuamente, sin embargo lo que no sabían era que, este matrimonio solo era un acuerdo entre ambas familias, no había amor por intermedio y aún sabiendo Daniel que sería infeliz con este matrimonio aún así acepto ese acuerdo, pero aún ama a Verónica, pero aún se siente traicionado por Verónica.

***

"Señorita, empuje más fuerte, la cabeza está casi fuera", alentó el médico, Verónica que estaba bañada en sudor y hacía que algunos mechones de su cabello se pegaran a su frente.

"¡Aaahhh!" Ella gritó mientras trataba de empujar al bebé fuera de ella. El médico y las enfermeras continuaron convenciéndola para que empujara más. Una de las enfermeras ayudó a limpiar las gotas de sudor de su frente.

"Señorita, ya casi llega".

"Puedes hacerlo."

"Empujar un poco más".

"¡Aaahhh!" Después de empujar, aspirar aire y empujar de nuevo, el bebé finalmente salió seguido de un fuerte llanto que llenó toda la habitación. La cabeza de Verónica cayó débilmente. Se sentía agotada tanto física como mentalmente.

"Buen trabajo señorita. Lo hizo bien y tiene un hermoso niño", la felicitó el médico y colocó al bebé envuelto en sus manos.

El bebé había sido limpiado para que se revelara la blancura de la piel. Justo cuando Verónica sostenía al bebé, abrió los ojos.

Las enfermeras se quedaron sin aliento ante el color de sus hermosos ojos claros. Ojos que eran tan azules como la superficie del mar y tan brillantes como un cielo despejado.

Incluso Verónica se sorprendió. Ver los ojos azules de su hijo recién nacido le recordó al hombre con el que tuvo una aventura de una noche en el hotel.

También tenía ojos azules como su hijo. Ella sonrió dulcemente a su bebé. Su nueva alegría encontrada y un rayo de esperanza en este mundo cruel.

Después del parto seguro, el médico salió del quirófano y preguntó por los familiares de Verónica. Sus Padres corrieron hacia el médico y le preguntaron sobre el bienestar de su hija y su nieto.

"Señora, su hija está a salvo al igual que el bebé. La estaríamos trasladando a su sala ahora. Mientras tanto, necesito que me siga para que podamos hablar sobre la salud de su hija", informó el médico.

"Iré yo Andrea, tú entra y ve como está nuestra hija"

"Esta bien, pero no te tardes"

Luego el médico se dirigió a su oficina con Lorenzo detrás.

Andrea entró en la habitación para ver a su hija sosteniendo protectoramente al bebé recién nacido. Se veía pálida pero esa palidez no podía ocultar la alegría en sus ojos y su sonrisa.

"Felicitaciones, hija", interrumpió el dulce momento de Verónica con su bebé. Mirando hacia la voz que acababa de hablar, la sonrisa de Verónica se amplió aún más hacia su madre.

"Mamá, ven y mira a tu hermoso nieto", elogió Verónica

"Oh, es un niño, qué hermosos ojos azules tiene, creo que las heredo de su padre desconocido", dijo Andrea con una sonrisa pura.

"No hables de él, quiero apreciar este regalo que he recibido en forma de esperanza. Le daré lo mejor y lo llenaré de amor para que ni siquiera necesite un padre", se prometió asi misma Verónica.

Había encontrado una razón para volver a ser fuerte. Una razón para olvidar el pasado y pensar sólo en el futuro. Un futuro brillante para ella y su hijo.

"¿Ya pensaste en un nombre?" preguntó Andrea. Ahora sostenía al bebé en sus brazos. Acariciando su suave mejilla.

"Sí... ya que es lindo, al crecer será un hombre muy bien parecido, así que se llamará Alán ese será si nombre"

"Si es un bonito nombre para un niño muy hermoso"

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