Capitulo 3

El sol estaba en todo su esplendor. Sus rayos brillaron a través de las cortinas de color rosa claro y aterrizaron en un hermoso rostro. Con el ceño fruncido por la perturbación del sol, se dio la vuelta para evitar su luz.

"Debí cerrar las cortinas en la noche", murmuró Verónica somnolienta.

Se acurrucó más profundamente en su cálida manta y almohada suave. Eran las diez de la mañana y Verónica aún no quería levantarse de la cama. Estaba mental y físicamente agotada el día anterior, por lo que su cuerpo estaba demasiado cansado para levantarse.

"Verónica levántate, ánimos", Su Madre fue a llamar a su hija para el desayuno y vio a su hija todavía envuelta en su manta. Entró en su habitación y se sentó en el borde de la cama.

"Levante y baja a desayunar necesitas recuperar fuerzas" dijo suavemente mientras acariciaba el cabello de Verónica.

"Hmm, cinco minutos más, mamá. Quiero dormir más", Verónica se acurrucó en el calor de su madre. No tenía nada que hacer ahora, así que ¿por qué debería despertarse temprano?

"Vamos, despierta. Tu mamá preparo waffles con miel de maple para el desayuno, si te despiertas te hago unas de chocolate". Inmediatamente después de pronunciar la palabra "Chocolate", Verónica saltó de la cama y corrió al baño para limpiarse.

"Bajaré enseguida, mamá".

Riendo ligeramente, su madre se sintió alegré al ver lo animada que estaba Verónica, Extrañaba mucho a su hija, ahora que están juntas solo desea pasar más tiempo con ella.

Poniéndose de pie, su Madre rápidamente hizo la cama de Verónica y se dirigió a la cocina para preparar los waffles de chocolate.

Ahora puede probar sus nuevos platos con su hija y no estará comiendo sola.

Verónica inmediatamente fue al comedor a comer después de que se había refrescado. El aroma que venía de la cocina era celestial. No podía esperar para probarlo.

"WOW mamá todo está delicioso"

Verónica puso la mesa con la ayuda de su hija y pronto comenzaron a comer.

"Comelos despacio"

Verónica asintió y comió lentamente disfrutando cada bocado.

"Mamá, tienes que enseñarme cómo preparas estos deliciosos waffles. Hmm, son tan perfectos para mi paladar", Verónica elogió las habilidades culinarias de su madre.

Su Madre solía trabajar en un restaurante en sus días libres. Le encantaba la cocina y siempre quería aprender postres nuevos. Pero una vez que tuvo a Verónica tuvo que detenerse.

Después de limpiar la mesa y lavar los platos, Verónica y su Madre se sentaron en la sala de estar. No había nada que hacer, ninguna sabe a dónde ir y sobre todo ambas estaban prácticamente sin trabajo.

El silencio en la habitación era reconfortante. Verónica tenía la cabeza en el regazo de su madre con la cara hacia arriba, mientras su madre jugaba con los mechones de su suave cabello negro hasta la cintura. Ella estaba haciendo trenzas con eso.

"Mamá"

"Hmm"

"Daniel termino conmigo", espetó. "Creo que se va a comprometer con otra mujer la próxima semana".

"Lo sé cariño. Pero ¿qué pasa con eso? ¿Todavía lo amas?" su madre preguntó con cuidado para no herir los sentimientos de su hija. "Bueno, él era el único chico al que amaba. Es un poco difícil olvidarlo. Todavía me duele el corazón cuando pienso en lo que dijo y su compromiso", explica con calma.

Un par de semanas después.

Cuando revisó las últimas noticias, vio el compromiso de Daniel como una de ellas.

Ella lloró mucho esa noche y no pudo dormir, su corazón dolía tanto, estaba tan deprimida que su Madre tuvo que consolarla.

Después de un buen tiempo, calmo sus sentimientos. El hecho de que su novio se comprometiera felizmente después de su ruptura fue doloroso, pero ella tiene que soportar y continuar con su vida. "Sé cómo te sientes. Hablando por experiencia, solo tienes que seguir adelante como él también ha seguido adelante. No puedes permitir que eso te mantenga atada al dolor", le aconsejó su madre.

Dejando escapar un suspiro, continuó: "Lo sé Mamá".

Esta pareja de madre e hija se ha roto por tres de una :cosa u otra. Pero aún tienen que enfrentar la realidad con un corazón y una mente fuertes.

"No te preocupes. Estoy contigo ahora. Podemos seguir adelante juntos, dejar el pasado y pensar en cómo abordar el futuro. Sé fuerte, Verónica. No di a luz a una mujer debil"

****

En un restaurante, dos apuestos jóvenes estaban sentados en un área apartada. Uno de ellos estaba vestido con ropa casual. Su cabello rubio caía sobre sus cejas manteniendo a la vista sus ojos azules, comía con elegancia mientras se ocupaba de un juego en su teléfono.

A su lado estaba otro hombre que llevaba un elegante traje blanco, tenía el pelo negro hacia atrás dejando unos mechones que caían sobre su frente tersa.

El nombre de este hombre es Joseth Gallagher, un reconocido Doctor, entrecerró los ojos mientras miraba su reloj de edición limitada.

"¿Por qué tarda tanto?, pensé que habías dicho que estaba en camino". Joseth frunció el ceño.

"Sí, al menos eso fue lo que me dijo", dijo Diego su mejor amigo, de hecho, con su atención totalmente en su juego. En ese momento sonó el timbre de la puerta de la cafetería.

Allí estaba el playboy Alan Miller un famoso piloto de carreras y no solo es un piloto sino también lidera una de las compañías de Abogados más grandes de los Angeles.

Tenía su abrigo doblado en su mano izquierda mientras que la otra estaba en su bolsillo. Distante, encantador y peligrosamente caliente.

Las mujeres de la tienda no pudieron evitar caer en trance mientras caminaba majestuosamente hacia una mesa en la esquina.

"¿Los hice esperar?" Alan preguntó mientras tomaba asiento cerca de la ventana.

"Sí, lo hiciste, idiota", maldijo Yoseth. Este amigo suyo siempre los hacía esperar. Para ellos era como un hábito reunirse en el restaurante antes de partir hacia sus diversos lugares de trabajo.

"Bueno, al fanático de los juegos no parece molestarle", señaló Alan hacia Diego, a quien ni siquiera parecía importarle lo que sucedía a su alrededor.

Yoseth le arrebató el teléfono y lo reprendió: "Amigo, mirar constantemente tu teléfono es dañino para tu cuerpo, especialmente para tus ojos. ¿Cuántas veces tengo que decirte esto para que lo entiendas?"

"Oye, devuélveme mi celular. Mis ojos están perfectamente bien", se quejó Diego como un niño al que le robaron un dulce.

Debido a su adicción a las computadoras y su teléfono, los ojos de Diego sufrieron el daño que lo obligó a usar un par de anteojos.

"Estamos aquí para pasar el tiempo", le recordó Alan.

"Suspiro, está bien bien. ¿Cómo están todos?" Yoseth comenzó la conversación.

"Estoy tan saludable como siempre", dijo Yoseth con una sonrisa, desechando la mirada severa que tenía antes.

"Bueno, en cuanto a mí, me duele la cabeza. ¿Ya puedes deducir por qué Yoseth?", dijo Alan.

"¿Por qué? ¿Mamá te regañó otra vez?"

"¡Gracioso! ¿Qué le hiciste a Andrea esta vez?", Lo acompañó en la provocación.

Siempre estaba entusiasmado cuando se trataba de Yoseth y su novia.

"No cambias de tema.

Con un suspiro de frustración, Alan los contó. "Ella quiere que me consiga una novia y me casé".

"Jajajaja...", ambos amigos se rieron de Yoseth.

"Pues deberías, no puedes andar de mujeriego todo el tiempo"

"Pienso lo mismo"

"Pero tú ni siquiera tienes novia, no puedes juzgarme"

"No me compares contigo, yo no ando con una y otra mujer cuando se me plazca la gana", replica Diego.

Alan suspiro, su situación actual se tornó muy díficil desde que su madre empezó a pedirle insistentemente que se consiguiera una novia estable.

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