capitulo 20: “ el nacimiento de un caballero"

Al llegar a su hogar, Emma llega felizmente por la noticia de que ya es parte del consejo, pero también se siente un poco melancólica por el hecho de que se ira de su hogar. Ania, aunque sabía que esto iba a pasar, le afecta tanto porque es su madre, sin embargo acepta eso. Ayudando a preparar las cosas de Emma, Ania le deja un lindo regalo de despedida, le da una caja con una hermosa envoltura, antes de abrirlo, Ania le dice.

— úsalo cuando sea una reunión importante, en una gala más que todo. Todos te verán como un hermoso ángel. Lo hice para ti.

— muchas gracias, madre...

Aunque era claro de lo que había en la caja, Emma respeta esa petición de su madre y lo abrirá en el momento indicado.

______________ al día siguiente.

Emma ya se encontraba frente de la puerta de su residencia, con las maletas ya puesta atrás del carruaje, ésta se despide de cada uno de familiares. Ania por supuesto no dejaba de abrazarla, deseándole sus mejores deseos, Alexis como no es muy afectuosos solo veía con los brazos cruzados. Emma solo le revuelve el cabello, sin embargo, ella lo abraza aunque él no quisiera...

— te extrañare, Alex...

— ya, ya... Yo también Emma. No se te olvide visitarnos.

— tu hermana tendrá el tiempo contado una vez que trabaje en la corte, no le pidas algo que está fuera de sus manos— anuncio Alessandro, con gran seriedad se mostraba, más saca una sonrisa para al final decir—... Por eso, iremos nosotros a visitarte.

— espero que sea pronto, no me acostumbraré a mi nueva vida sin ustedes... Ni tú padre, prométeme que me irás a ver...

Alessandro asiente para que Emma por fin se pueda marchar. La albina se había montado ya en el carruaje, que este comienza en su curso al castillo.

Era de mañana pero hacia un sol tan radiante que parecía ser el día más brillante de todos. Alessandro con una mano en el hombro de Ania, ella le dice aún en la entrada de la residencia.

— estamos orgullosos de ella... ¿O, no, Alessandro?

— así es, esposa... Tanto como Emma y nuestro hijo Alexis, harán cosas maravillosas... Vamos adentro.

Ania y Alessandro habían entrado tomados de la mano, mientras que el pequeño albino veía en camino que hace un momento estaba el trasporte de su Emma.

— te deseo éxitos... Hermana.

— ¡Alexis!— gritó Ania adentro de la casa, llamando a su hijo y que pasara.

_______________________

Emma llega después de un buen tiempo en el carruaje, en la entrada principal del castillo esperaba una sirvienta, aguardaba ahí por órdenes del emperador y así recibir al nuevo miembro de la corte.

— mucho gusto, mi nombre es Kira, yo seré quién le sirva en ahora en adelante.

— ya veo... Igualmente, es un placer.

— el emperador me ordenó darte una habitación apropiada, entre ello, su horario.

A los momentos después, Kira deja las maletas de Emma en su nueva alcoba, una tan espaciosa como la de su casa.

— le traerá su horario, trabajara hoy mismo si así se le requiere.

Emma asiente con la cabeza, está sirvienta se ve que tiene misma edad que ella, pero es educada y trabaja muy bien hasta los momentos. Una vez que la sirvienta se haya ido, Emma decidió quitarse la vestimenta y darse un baño. Al salir, Kira ya tenía los documentos en mano, parecía una docena de hojas llenas completamente.

— ¿Q-Que es...?

— es el horario rutinario, mi lady. De lunes a domingo.

— osea, que no tengo día libre.

— dependiendo si logra saldar los deberes, el emperador hace una excepción, por supuesto.

Como casi era hora del almuerzo, Kira le afirma que le traerá su comida hasta su habitación. Emma al estar sola, revisa los documentos de su horario... No obstante, observa en la fecha de hoy que tiene que asistir al nombramiento del caballero de plata por se miembro de la corte. Con una ligera sonrisa, ella se alista.

Luego de almorzar, la albina iba al lado de su sirvienta a su primera reunión. Cerca de este palacio habitaba un templo donde se lleva las ceremonias privadas del palacio. Solamente la familia real, el padre de Nicolás y los miembros de la corte se encontraba. Emma era la última en llegar, no era tarde puesto a que Nicolás tampoco había llegado.

— oh, señorita Emma, es un placer que se una a nuestro consejo.

— una mujer tan joven y hermosa como usted debe ser muy talentosa.

Algunos de los miembros intentaba cortejar a la dama, Emma era muy linda y encantadora. Con una sonrisa pequeña ella le aclara con modestia.

— caballeros, caballeros... Tal vez no tenga un anillo, pero ya estoy comprometida con un caballero maravilloso, le agradecería si no insistirán en eso...

Los hombres suspirando decepcionados y no insistieron más, pensaron que ella estaba soltera y tampoco querían tener problemas con la nueva miembro del emperador.

Emma lo dijo tan fuerte para que Roxan la haya escuchado, en ese momento, la albina chocó la mirada con la princesa, ella solo la miraba curvando sus labios de molestia, mientras que Emma no se mostraba así, con una radiante sonrisa iba llamando la atención de todos.

Por otro lado, en el pasillo que daba hacia el templo, un caballero caminaba con gran ímpetu. Algunas de las mujeres eran aprendices para llegar a ser santas. Sin embargo, al ver al apuesto hombre, suspirando con gran devoción al verlo pasar.

Adentro del templo, los demás junto con Emma, dirigieron su mirada a la puerta al escuchar los rechinidos de ella, está misma se abría en par para mostrar al hombre entrar como si de un ángel se tratarse.

— bienvenido joven Connell, comencemos...

Habló el emperador, iniciando con las palabras sagradas para consagrar el gran regalo que se le será entregado, sobre las manos de su majestad, una espada. Nicolás estaba de rodillas, con su cabeza agachada frente de él, el emperador con la espada le da un toque en cada hombro mientras que decía las palabras finales.

— El inicio de la vida caballeresca comienza con este acto, por el que el niño da el paso a ser hombre y el doncel se convierte en caballero; ¿Juras ser digno de empuñar la espada y de triunfar tanto en la guerra como en el amor?

Aunque Nicolás estaba concentrado por su juramento, pero en su mente se preguntaba.

“¿Amor?...— mira a Emma a un lado con los ministros, ella lo observaba con una sonrisa sin mostrar sus dientes—... Ah, es cierto, el amor también es un campo de batalla. Y estoy dispuesto todo por tí... Emma"

— lo juro...— habló Nicolás seriamente.

— Nicolás Connell, de ahora en adelante, serás el guardia de este reino... Te otorgo el título de gran caballero de plata.

Levantadose, el emperador le entrega la espada bendecida y este se da la vuelta ante el público.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***